Esta semana, en Crónicas bajo la bóveda celeste 1×08, hablamos de la historia de la astronomía en el Antiguo Japón y la Antigua Corea. Además, en YouTube, hablamos de por qué las herramientas como ChatGPT, Grok o Gemini (entre otros) no son IA a pesar de que los llamemos así…

Crónicas bajo la bóveda celeste 1×08: La astronomía de Japón y Corea

Generalmente, al hablar de la historia de la astronomía, es habitual comenzar con las civilizaciones más antiguas (Babilonia), pasando por Grecia y después entrando en Europa. Sin embargo, en otros lugares del mundo, el ser humano también necesitaba observar el firmamento para poner orden en su vida. De hecho, al repasar la astronomía de Japón y Corea, nos encontramos con muchos aspectos comunes a lo que ya conocemos de Occidente. Un calendario resulta tremendamente útil para medir el paso del tiempo… y también como herramienta de poder.

La IA no es inteligente y Crónicas bajo la bóveda celeste 1x08
El telescopio Subaru, en Mauna Kea, Hawái (y por extraño que pueda parecer, es del Observatorio Astronómico Nacional de Japón, no de EEUU). Crédito: Denys/Wikimedia Commons

La historia de Corea y Japón, en este sentido, es especial. Ambas regiones comienzan adoptando el calendario chino. Algo que tiene connotaciones políticas importantes. Porque, a fin de cuentas, al utilizar ese calendario, se estaba reconociendo de facto la autoridad del emperador chino. Sus tradiciones y sistemas se extendieron por el este y, durante mucho tiempo, fueron una herramienta muy importante. Japón decidió enfrentarse a la astronomía de manera muy burocrática. Todo se realizaba de puertas para adentro, lejos de los ojos de la sociedad.

En Corea, sin embargo, se optó por lo contrario. La astronomía estaba presente en la vida de los ciudadanos. Especialmente durante el reinado de Sejong el Grande, que fue un paso más allá al construir relojes de agua y otros instrumentos en lugares de mucho bullicio. En ambos casos, nos encontramos con una astronomía que convive con el mito y que, siglos después, evoluciona gracias a la llegada del conocimiento de Occidente. Puedes escuchar Crónicas bajo la bóveda celeste 1×08 en la aplicación de iVoox, en iOS y Android; en la web, en este enlace, o aquí mismo (para mecenas):

YouTube: LA IA no es realmente IA

En YouTube, esta semana, nos alejamos del enfoque habitual para hablar de la inteligencia artificial. Con el paso del tiempo, ChatGPT, Grok o Gemini están cada vez más presentes en nuestras vidas. Son solo algunas de las herramientas que se están popularizando. Sin embargo, aunque las llamamos IA (Inteligencia Artificial), lo cierto es que el nombre no es el más adecuado. Están muy lejos de lo que solemos ver en el mundo de la ciencia ficción, y también de lo que podríamos pensar en el contexto de civilizaciones extraterrestres.

Concepto artístico de un explorador en la superficie de Marte. Crédito: Alberto Vangelista

A fin de cuentas, una inteligencia artificial tradicional es, en esencia, indistinguible de un ser humano salvo por el hecho de ser de naturaleza tecnológica. Tiene sus propios anhelos y aspiraciones. Una IA propiamente dicha debería ser consciente de su propia existencia. Esto no sucede con ninguna de esas herramientas. De hecho, ni siquiera son conscientes del paso del tiempo. Y, en cierto modo, dejan de «existir» en el momento en el que cerramos la aplicación (o navegador) en el que estemos utilizando esa herramienta. Pero va más allá.

A pesar de que la IA puede parecer inteligente, y puede parecer que está pensando, ChatGPT no es capaz de entender cosas como la importancia de Albert Einstein y su papel en la historia. No es capaz de comprender por qué Konstantin Tsiolkovski es indispensable para la exploración espacial actual. Son, en todo caso, el primer paso hacia algo de lo que todavía estamos muy lejos: conseguir simular el funcionamiento de un cerebro humano. De esto, y mucho más, hablamos en el vídeo de esta semana, disponible en YouTube en este enlace, o al principio del artículo.