Un grupo de investigadores ha desvelado que el futuro de la Vía Láctea podría asemejarse a un gran baile cósmico, aunque con un resultado muy definitivo. Como en cualquier grupo o cúmulo de galaxias, la evolución futura del grupo es la de la formación de una única galaxia gigante, y el Grupo Local no será una excepción…
Un baile cósmico de la Vía Láctea y galaxias enanas
El futuro de la Vía Láctea está repleto de colisiones (al igual que su pasado). La investigación, del estudio de la Universidad de Queensland, describe un gran baile cósmico que dará forma al grupo de la Vía Láctea y Andrómeda a lo largo de los próximos miles de millones de años. El objetivo del estudio era determinar si la evolución de nuestra galaxia es normal o se trata de una rareza en el cosmos. Lo explica Sarah Sweet, que encabeza el proyecto Delegate, en el que participan diferentes centros de Australia (incluyendo la Universidad de Queensland).

«La Vía Láctea se fusionará con Andrómeda y sus respectivas galaxias enanas dentro de unos 2500 millones de años. Aunque hemos estudiado mucho lo que pasa en nuestro Grupo Local, no sabemos si es un caso común«. Por ello, para entenderlo, el equipo quiso analizar dos galaxias espirales parecidas a la Vía Láctea y Andrómeda, pero que ya están en proceso de colisión. Se trata de las galaxias NGC 5713 y NGC 5719. Según explican, ambas galaxias se mueven como si estuviesen en una suerte de gran baile, acompañadas de sus galaxias satélite.
Éstas últimas orbitan a su alrededor de manera coordinada. Sin una colisión como esta, las galaxias permanecerían distribuidas al azar, en lugar de organizarse en planos coherentes. Es algo que, de hecho, se observa también en nuestro vecindario galáctico. Por ello, Sweet explica que «esta podría ser la mejor oportunidad para entender cómo se forman los sistemas de satélites como el de La Vía Láctea, así como su evolución. Entender el futuro de nuestra galaxia nos ayuda a refinar los modelos sobre la evolución de galaxias, materia oscura y la estructura del universo».
Las lecciones de las colisiones galácticas
Añade además, que «nos recuerda que somos parte de una historia cósmica más grande, que se desarrolla a lo largo de miles de millones de años, involucrando los bailes de galaxias y moldeando el universo en sí mismo». El equipo ya ha anunciado que se publicarán diferentes estudios para confirmar los hallazgos del proyecto Delegate. El autor principal del estudio, Helmut Jerjen, ha explicado que los investigadores están comparando nuestro Grupo Local con otros grupos de galaxias gemelas, donde nos encontramos con dos grandes galaxias.
Esto permitirá entender mejor si el Grupo Local es un ejemplo típico de lo que sucede en otros grupos de galaxias o, por el contrario, nos encontramos ante una rareza cósmica. Es algo que va más allá de la simple curiosidad. Porque si se determina que lo que observamos aquí es típico, entonces los investigadores podrán extrapolar (con cierta seguridad) lo que se observa aquí para entender la evolución de galaxias de una forma mucho más general. Si no es así, sin embargo, será necesario profundizar en el estudio de otros grupos y cúmulos.
El mayor problema es que, en estos momentos, hay una tensión (o discrepancia) de lo más desconcertante. Según explica Jerjen, lo que vemos en el Grupo Local y lo que predicen los modelos cosmológicos más avanzados no encaja. Por ejemplo, muchas galaxias enanas se agrupan en planos orbitales alrededor de sus galaxias anfitrionas. Es algo que todavía no está bien entendido y que apunta, directamente, a que podría ser necesario volver a diseñar las simulaciones que se utilizan en la actualidad. ¿Cómo será el baile cósmico de la Vía Láctea?
Un baile cósmico inevitable, pero incierto en los detalles
En términos generales, el futuro del Grupo Local es claro. Nuestra galaxia chocará con Andrómeda dentro de varios miles de millones de años. En la mayoría de casos, se plantea que ese proceso comenzará en unos 5000 millones de años (coincidiendo, aproximadamente con la recta final de la vida del Sol). Es decir, para ese entonces, hará miles de millones de años que la Tierra habrá dejado de ser habitable. Posteriormente, la colisión se desarrollará a lo largo de varios miles de millones de años más, dando como resultado una galaxia elíptica gigante.

Jerjen se pregunta si la Vía Láctea y Andrómeda comenzarán ese proceso de colisión con sus galaxias enanas girando a su alrededor o, si por el contrario, ese escenario se desarrollará de alguna otra manera. Es una nueva perspectiva para ayudar a comprender lo complejo de este tipo de escenarios, incluso sin tener que plantearse el hecho de qué sucederá en un futuro extremadamente lejano. A fin de cuentas, el papel de las galaxias enanas es también importante. ¿Podrían alterar el desarrollo de la colisión, alargándolo o acortándolo?
En cualquier caso, como mínimo, el trabajo sirve para recordarnos una vez más que queda mucho por entender incluso en nuestro propio vecindario tanto a nivel del vecindario del Sistema Solar como de la propia galaxia. Las colisiones entre galaxias son parte de un proceso inevitable que lleva a las galaxias espirales a convertirse en galaxias elípticas a lo largo del tiempo. Entender el impacto de las galaxias enanas satélite y las condiciones que observamos aquí sirve para tener una idea mucho más precisa de lo que se ve en el resto del cosmos…
Estudio
El estudio es H. Jerjen, S. Deeley, H. Baumgard y S. Sweet; «The coherent satellite velocity field around the interacting spiral galaxy pair NGC5713/19: signature of two galaxy groups merging». Publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society el 28 de julio de 2025. Puede consultarse en este enlace.
Referencias: Phys