Un grupo de investigadores plantea terraformar Marte con aerogel de sílice. Lo más intrigante es que el proceso se podría llevar a cabo en décadas. Es decir, podríamos pensar, de una manera realista, en transformar la superficie del planeta rojo. Eso sí, debería ser poco a poco y con mucha paciencia…
Cómo terraformar Marte con aerogel de sílice
Hacer que Marte se convierta en un mundo hospitalario para la vida es extremadamente complicado. La terraformación, al menos planteada hasta ahora, es de una complejidad tan grande que se habla de procesos de siglos de duración. O, por ponerlo incluso peor, de milenios. Eso suponiendo, además, que realmente tengamos la capacidad tecnológica de poder conseguir esas cosas. Aunque la ciencia nos diga que es posible puede que nuestra civilización nunca llegue a tener ese dominio de la tecnología. Por eso, este estudio es muy llamativo.
Porque un grupo de investigadores ha planteado cómo podríamos terraformar Marte con aerogel de sílice. No podríamos transformar todo el planeta de golpe. Pero se podría hacer que pequeñas regiones fuesen habitables con el paso del tiempo. Además, el sistema planteado es eficiente y barato. Bastaría con colocar pequeñas capas de aerogel de sílice bien en la superficie, o bien sobre ella. Ese aerogel aislante calentaría la superficie hasta el punto de derretir el agua. Además, bloquearía la siempre peligrosa radiación ultravioleta.
Es decir, se podría crear un entorno en el que las plantas, y otras formas de vida capaces de realizar fotosíntesis, podrían crecer y desarrollarse. Además, los investigadores defienden que podríamos poner en marcha este proceso en un plazo de tiempo relativamente breve. Lo más llamativo de todo esto es, precisamente, que aquí no se piensa en un período mucho más difuso. Se podría lograr en solo unas décadas. Aunque no está completamente claro cuál sería el proceso exacto para poder desplegar todo esto en la superficie del planeta rojo.
Un lugar que una vez fue habitable
Sabemos, por las características de la superficie de Marte, que en el pasado fue habitable. Hace unos 4000 millones de años, el planeta rojo tenía lagos, ríos e incluso un gran océano. Pero todo se fue al traste después de que perdiese su campo magnético. Sin su protección, el viento solar del Sol comenzó a arrancar una atmósfera marciana que, en el pasado, seguramente debió ser bastante densa. En la actualidad, es una atmósfera muy fina que no puede retener el calor ni impedir que la radiación ultravioleta llegue a la superficie.
Con el paso del tiempo, la superficie de Marte se volvió seca y árida. En la actualidad, quizá solo los acuíferos, que puedan haber sobrevivido bajo la superficie, podrían ser los únicos lugares en los que encontrar algún tipo de vida similar a la de la Tierra. De hecho, es uno de los escenarios que se barajan para que hoy en día pueda haber vida allí. Quizá por todo esto, también, la idea de que Marte pueda ser un lugar hospitalario para los seres humanos es igualmente intrigante. Pero, generalmente, la atención se centra en recuperar esa atmósfera.
Se han sugerido muchos métodos diferentes. Uno de ellos, por ejemplo, consiste en evaporar grandes cantidades de hielo y dióxido de carbono congelado. Sin embargo, ese proceso no solo parece irrealizable hoy en día. Incluso si, de algún modo, pudiésemos llevarlo a cabo, sería extremadamente costoso y requeriría de un largo tiempo para ver los efectos de esa acción. No solo sería una tarea titánica para liberar todo ese hielo y dióxido de carbono. Habría que esperar muchísimo tiempo, quizá miles de años, para ver los resultados.
Terraformar Marte con la ayuda de aerogel de sílice es mucho más simple
Los investigadores, sin embargo, se basan en un enfoque completamente diferente, pero no descabellado. En las capas de hielo de dióxido de carbono, en los polos de Marte, se pueden observar regiones más oscuras. Se cree que se trata de lugares formados por un efecto invernadero sólido. La luz del sol es absorbida en el interior de nieve y hielo translúcidos. Algo que provoca que, con el tiempo, se derrita. Así que los investigadores se hicieron una pregunta que parece obvia: ¿cómo se podría replicar este efecto con el aerogel de sílice?
Esos aerogeles están compuestos por núcleos de sílice conectados en forma de red en una escala diminuta. En realidad, el 97% de su volumen está ocupado por aire. Nos es muy familiar, porque lo usamos en la Tierra como aislante. Incluso se ha usado más allá de nuestro planeta. Estos aerogeles permiten calentar, de forma pasiva, grandes edificios. En forma de capa fina, también, sirvieron para que los róvers Spirit y Opportunity pudiesen enfrentarse a las frías noches de marte. Pero ¿cómo funcionaría ese aerogel en esas condiciones?
Para saberlo, sometieron el aerogel de sílice, a las condiciones de Marte, en un laboratorio. Expusieron el material a la misma cantidad de energía solar que llega a la superficie. Lo que observaron es que una capa de apenas 2 o 3 centímetros, es capaz de elevar la temperatura del suelo sobre el que esté en más de 50 grados. Suficiente para poder derretir el hielo que se encuentre debajo y, además, mantenerlo derretido durante todo el año marciano. Además, el aerogel de sílice también bloquea los rayos ultravioleta. Serían aislantes y protectores.
El aerogel de sílice es versátil
Así que, terraformar Marte con aerogel de sílice parece muy interesante por las ventajas que plantea. Se podría colocar, además, tanto en la superficie como por encima. Se podrían construir pequeños invernaderos. En su interior sería posible almacenar plantas y comida. Si esa estructura se extiende a una región más grande, permitiría que el efecto invernadero sólido sea más eficiente. Según los investigadores, colocarlo en el suelo, o formando una cúpula por encima, muestra aproximadamente los mismos resultados. Podría usarse en casi todo Marte.
La única excepción sería las regiones por encima y debajo de los 45 grados de latitud (Tanto norte como sur). En estos lugares, la cantidad de luz del Sol recibida es insuficiente para producir el calentamiento. Dentro de la región que sí puede funcionar, hay multitud de regiones que podrían tener grandes cantidades de hielo cerca de la superficie. Así como un viento capaz de mantener el aerogel limpio, al expulsar los granos de arena más finos de sus alrededores.
Los resultados parecen muy prometedores. Pero, como explican los investigadores, no es más que un primer paso. Ahora quieren poner a prueba esta técnica de una manera mucho más palpable. En el Desierto de Atacama (en Chile), o en el Ártico, quieren comprobar cuál es su eficiencia. Pensando en el futuro, quedan otras incógnitas que todavía no han sido respondidas. ¿Cómo se llevaría este aerogel de sílice a Marte? Se podría transportar desde la Tierra, porque no es un material especialmente raro. O se podría fabricar en el propio Marte.
Sin obstáculos a la vista
Aunque los investigadores no hablan de este aspecto, sí destacan que, a su juicio, no hay nada que impida que se pudiese llevar a cabo. La parte tecnológica en este caso, desde luego, parece mucho más manejable y realista que la que plantearía alguna de las técnicas de terraformación que se han planteado tradicionalmente. También queda una cuestión ética. ¿Deberíamos llevar organismos de la Tierra a otro planeta? Y más concretamente, ¿a un planeta que en el pasado pudo tener su propia biosfera y, quizá, incluso conservarla hoy en día?
Lo cierto es que no es una discusión menor. Durante años se han tomado medidas para proteger otros objetos celestes de la contaminación de formas de vida de la Tierra. Entre otras cosas, por la necesidad de evitar falsos positivos. Si una nave no estuviese debidamente limpia, podría llevar a bordo formas de vida de nuestro planeta que, quizá, podrían lograr desarrollarse en su nuevo destino. Imaginemos la reacción si, un día, se descubriese posible vida microbiana en algún lugar y, después, resultase ser un organismo terrestre extraviado.
Sea como fuere, lo más interesante es que tenemos un escenario sobre como terraformar Marte con aerogel de sílice. Es un sistema que no busca alterar toda la atmósfera de un planeta. En su lugar, y poco a poco, plantea que el planeta rojo se vaya convirtiendo en un lugar mucho más similar al nuestro. Veremos si, en el futuro, hay algún tipo de interés en perseguir esta iniciativa. No hay que olvidar que, si queremos asegurar la supervivencia de la especie, tarde o temprano tendremos que expandirnos a otros lugares. Y cuanto más fácil sea, mejor para todos…
Estudio
El estudio es R. Wordsworth, L. Kerber y C. Cockell; «Enabling Martian habitability with silica aerogel via the solid-state greenhouse effect». Publicado en la revista Nature Astronomy el 15 de julio de 2019. Puede ser consultado en este enlace.