Un grupo de astrónomos ha determinado algunos de los riesgos a los que se enfrentan los posibles planetas habitados en otros lugares de la galaxia. Más concretamente, para los planetas en torno a enanas rojas, las estrellas más abundantes del universo, y las más misteriosas…
Los riesgos para los planetas habitados en torno a enanas rojas
Los investigadores explican, en un nuevo estudio, que las enanas rojas pueden producir llamaradas estelares con un nivel de radiación ultravioleta lejana mucho más alto de lo que se pensaba. El descubrimiento es negativo porque implica que esta intensa radiación ultravioleta podría afectar, de manera significativa, a los planetas en torno a enanas rojas. Lo más interesante es que, por lo general, se creía que no hay muchas estrellas que puedan emitir suficiente radiación ultravioleta, en llamaradas, como para ser un peligro para la habitabilidad.
En su trabajo, han visto que muchas más estrellas, de lo creído en un primer momento, tienen esta capacidad. El estudio ha sido posible gracias a los datos del telescopio espacial GALEX. Con él, se buscaron llamaradas en 300 000 estrellas cercanas al Sistema Solar. GALEX ya no está en funcionamiento, pero observó simultáneamente la mayor parte del firmamento en los espectros de ultravioleta cercano y lejano. Estuvo en funcionamiento entre 2003 y 2013. Con la ayuda de nuevas técnicas de computación, han obtenido más información de esos datos.
Con la ayuda de los ordenadores modernos, y muchos datos recopilados a lo largo del tiempo, los investigadores han podido buscar llamaradas en miles de estrellas cercanas. Según explican, la radiación ultravioleta de las llamaradas estelares puede arrancar atmósferas planetarias, amenazando a su capacidad de albergar vida. Curiosamente, también pueden ser beneficiosas, porque pueden contribuir a la formación de los bloques básicos del ARN. Un componente esencial para que pueda llegar a aparecer la vida en un planeta.
Llamaradas muy potentes
En su trabajo, los investigadores ponen en cuestión los modelos de llamaradas estelares y habitabilidad de exoplanetas. Han observado que el nivel de radiación en el espectro ultravioleta lejano, de esas llamaradas, es unas tres veces superior a lo que se planteaba habitualmente. No solo eso, esa radiación puede llegar a ser una docena de veces superior a lo esperado. Por lo que nos encontramos ante un panorama que resulta intrigante. Los propios autores explican a qué equivale esa diferencia en los niveles de radiación emitida.
El triple de radiación ultravioleta es la misma diferencia, en sus palabras, que la cantidad de radiación ultravioleta que alcanza a Anchorage (en Alaska) durante el verano, frente a la que llega a Honolulu (Hawái) donde es mucho mayor. En este último lugar, la piel expuesta, sin protección, puede broncearse en menos de diez minutos. El motivo exacto de esa radiación ultravioleta lejana más potente no está claro. Creen que podría deberse a que la radiación de la llamarada está concentrada en longitudes de ondas específicas. Algo que indica la presencia de átomos como carbono y nitrógeno.
El estudio ha cambiado la imagen que se tiene del entorno de estrellas menos masivas que el Sol. Estas estrellas, en circunstancias normales, emiten muy poca radiación ultravioleta. Por todo esto, la imagen parece clara (y no resulta especialmente novedosa): es necesario recopilar muchos más datos con la ayuda de telescopios espaciales. Específicamente, es importante entender mejor la luz ultravioleta de las estrellas. Es necesario para poder comprender mejor cuál es la fuente de esta emisión durante las llamaradas estelares de enanas rojas.
Los riesgos para los planetas habitados… si es que existen
El estudio resulta muy interesante porque pone de relieve la necesidad de estudiar detenidamente los efectos de las llamaradas estelares en los entornos de exoplanetas. Los telescopios espaciales serán esenciales para poder obtener el espectro ultravioleta de las estrellas y, así, descubrir el origen de estas emisiones. En cualquier caso, una pregunta subyacente es qué enanas rojas pueden ser más adecuadas para la habitabilidad. Naturalmente, aquellas estrellas que emitan estos niveles tan altos de radiación ultravioleta, en el espectro lejano, pueden ser poco idóneas.
Si bien es cierto que habrá que considerar muchos otros factores. No podemos olvidar, además, que no todas las enanas rojas muestran el mismo nivel de actividad. Algunas enanas rojas, como TRAPPIST-1 son estrellas capaces de emitir llamaradas tremendamente violentas. Lo mismo sucede en la estrella más cercana al Sol. Próxima Centauri, parte del sistema triple de Alfa Centauri, es una enana roja con un nivel de actividad muy elevado. Otras enanas rojas, sin embargo, se muestran mucho más tranquilas y con llamaradas más suaves.
Es perfectamente plausible, por tanto, que algunas enanas rojas ofrezcan entornos mucho más suaves y con mejores probabilidades para que la vida pueda llegar a aparecer. Es, sin duda, una de las grandes preguntas a la que buscará responder la astronomía moderna. Las enanas rojas son las estrellas más abundantes del universo (en secuencia principal, es decir, que estén fusionando en helio el hidrógeno que acumularon durante su infancia). Pueden dictar, de una manera dramática, si la vida podría ser abundante o no…
Estudio
El estudio es V. Berger, J. Hinkle, M. Tucker et al.; «Stellar flares are far-ultraviolet luminous». Publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society el 5 de agosto de 2024. Puede consultarse en este enlace.
Referencias: Phys