Esta semana, en Astrobitácora 7×04, hablamos de los ‘Little Red Dots’, un nuevo tipo de objeto descubierto en la infancia del universo. En YouTube, hablamos de un estudio que plantea que los mundos hicéanos podrían ser un concepto erróneo y no tener esa cantidad de agua…
Astrobitácora 7×04: Los intrigantes Little Red Dots
En la infancia del universo, el telescopio James Webb ha descubierto pequeños objetos rojizos que parecen galaxias. Sin embargo, desde su descubrimiento, se han planteado diferentes hipótesis. Algunas resultan de lo más lógico, como que los ‘Little Red Dots’ (pequeños puntos rojos) sean los precursores de galaxias más maduras que vemos en etapas posteriores del universo. De hecho, estarían relacionados con otros objetos vistos cientos de millones de años después, conocidos como ‘BlueDOGs’. En este escenario, serían galaxias con mucho polvo y gas.

Pero hay otras hipótesis que resultan más exóticas. Hay investigadores que plantean que podría tratarse de un objeto hipotético. Una cuasiestrella, también llamada estrella de agujero negro. La idea, en resumidas cuentas, es la de un agujero negro que tiene muchísimo material a su alrededor. Se comporta, en realidad, como una estrella. Los investigadores van incluso más allá. Dicen que estaríamos ante el precursor de los agujeros negros supermasivos.
Son dos planteamientos diferentes que parten de la misma idea. La necesidad de explicar algo que no se esperaba encontrar en una época tan joven del universo. Es un aperitivo fantástico, de hecho, de todo lo que está por venir y lo que ya está propiciando el telescopio James Webb. La infancia del universo nos está mostrando multitud de cosas intrigantes y llamativas, que ayudarán a tener una mejor imagen de su evolución. Puedes escuchar Astrobitácora 7×04 en la aplicación de iVoox en iOS y Android; en la web, en este enlace, o aquí mismo:
YouTube: La improbabilidad de los mundos hicéanos
En YouTube, además, hablamos de un estudio sobre un tipo de exoplaneta que se ha vuelto muy popular en los últimos tiempos. Se trata de los mundos hicéanos. Planetas que, en teoría, tendrían densas atmósferas de hidrógeno y contendrían océanos globales (o casi). Este escenario sería muy interesante para la posibilidad de que pueda surgir vida. Así que no es sorprendente que muchos investigadores hayan centrado la atención en estos exoplanetas para entenderlos mejor. Este nuevo estudio pinta un panorama mucho más pesimista.

Con la ayuda de modelos, y exoplanetas sintéticos (es decir, ficticios) que representan diferentes tipos de posibles planetas hicéanos, los investigadores explican que no podrían existir. En realidad, hace referencia a la cantidad de agua que serían capaces de conservar tras su fase de océano de magma. Ese océano es el responsable de que los planetas hicéanos pierdan prácticamente toda el agua que pudieran adquirir en su formación. Curiosamente, este mismo estudio explica otra realidad que resulta mucho más intrigante.
Tiene que ver con la Tierra. La conclusión es clara: nuestro planeta no es extraño. El estudio explica que los planetas rocosos, por las interacciones entre oxígeno e hidrógeno del océano de magma y la atmósfera, pueden tener una cantidad de agua suficiente para ser mundos habitables. Así que, como mínimo, deja esa puerta abierta a la posibilidad de que nuestro planeta no sea extraño. Y, con ello, que tampoco lo sea la posibilidad de vida en mundos similares. De esto y más, hablamos en el vídeo de esta semana. Puedes verlo en este enlace o al principio del artículo.