La búsqueda de vida extraterrestre inteligente (SETI, por sus siglas en inglés) necesita límites. Por raro que pueda parecer, es un problema de escala. Hay demasiados lugares en los que observar esperando encontrar una señal interestelar. Incluso observar el lugar correcto no es una garantía…
La necesidad de poner límites en SETI
Porque incluso si observamos el lugar correcto, es posible que no se esté observando en la frecuencia adecuada o, incluso, que no sea en la época correcta. Por ello, se han desarrollado diferentes estrategias para acotar la búsqueda entre este exceso de datos. Algo que intenta responder un nuevo estudio. Para ello, han usado la ráfaga de rayos gamma más brillante registrada, así como la propia Vía Láctea. Al buscar posibles señales de vida extraterrestre inteligente, una civilización tiene que elegir tres factores que son muy importantes.

Crédito: NASA/JPL-Caltech/S. Stolovy (SSC/Caltech)
Dónde observar, qué buscar y cuándo hacerlo. Ese mismo problema es al que se enfrenta el lado transmisor, porque enviar señales lo suficientemente fuertes para llegar a otras estrellas, en todas las direcciones, requiere muchísima energía. Es decir, ninguna civilización en su sano juicio podría mantener algo así durante mucho tiempo. ¿Qué sucede si envías la señal en la frecuencia equivocada? ¿O si se cambia de frecuencias? ¿Cómo podría saber la civilización, que recibe esa señal, cómo poder encontrarla y entenderla?
Por sorprendente que pueda parecer, hay varios estudios que se han centrado en esta cuestión. La respuesta está en algo conocido como teoría del juego. Es una rama de las matemáticas que en este campo en particular resulta interesante. En teoría del juego hay un concepto llamado punto de Schelling. Se trata de la solución a la que recurre un jugador cuando no es capaz de comunicarse con otros. Generalmente, esto representaría algo único, o que encaje bien, para cualquier información que se esté intentando transmitir.
El papel de la teoría del juego
Este concepto ya se había utilizado anteriormente para sugerir que deberíamos enviar (o escuchar) señales a través de un «evento ancla» en nuestra galaxia. Cosas como supernovas históricas o colisiones entre estrellas de neutrones. Sin embargo, cada uno de estos eventos ancla tiene sus propios puntos fuertes y flojos. Por ejemplo, no hay ningún sistema binario de estrellas de neutrones que estén lo suficientemente cerca de fusionarse, que pudieran servir como anclas. Y las supernovas especiales, como la que creó la nebulosa del Cangrejo, no tienen distancias bien definidas.
Así que no se podría acotar el área de búsqueda particularmente bien. Por ello, para resolver estos problemas, Naoki Seto, que ya ha publicado un estudio sobre los eventos ancla, sugiere una estrategia híbrida. En lugar de utilizar un único fenómeno, sugiere utilizar dos. Por un lado, una referencia espacial y por otro, una que sea temporal. En el estudio, sugiere que la referencia especial debería ser el centro de la galaxia. La referencia temporal debería ser algún fenómeno extremadamente brillante que tenga lugar fuera de la Vía Láctea.
La idea es que se establezca un anillo de búsqueda que se centre en ese fenómeno, en el caso de una civilización que esté buscando señales. En el caso de una civilización que las emita, en su lugar, esa misma región tiene un propósito diferente y se convierte en un anillo de transmisión, la región a la que enviar esas señales. El diámetro de cada anillo crece en función del tiempo que haya pasado desde la ráfaga original y la distancia a esa ubicación desde el centro de la galaxia. Además, el ángulo entre el fenómeno y el centro de la galaxia es también muy útil.
Los límites de SETI para poder buscar civilizaciones con más facilidad
Ese ángulo permite alinear el retraso en el tiempo hasta que una señal se envíe a un sistema estelar específico. Una civilización en ese sistema estelar objetivo también sabría cuándo buscar una señal. Siempre que tuviese en cuenta los mismos parámetros de inicio del fenómeno, distancia al centro de la galaxia, y el ángulo en el que se produjo. El motivo por el que usar el centro de la galaxia como punto de Schelling espacial es que las civilizaciones, que tengan un nivel tecnológico similar al nuestro, tendrán mediciones muy precisas de su distancia.

En cuanto a los fenómenos brillantes, Seto destaca que hace poco se descubrió uno que sería ideal. Se trata de la ráfaga de rayos gamma GRB 221009A. Recibió el apodo de BOAT (en inglés, por la más brillante de todos los tiempos) porque fue 40 veces más brillante que la siguiente ráfaga de rayos gamma más brillante registrada. También está en un lugar ideal en el firmamento, a una latitud galáctica baja. Por lo que muchas de las estrellas de la Vía Láctea estarían en el radio de búsqueda del anillo. Seto calcula que esta combinación de brillo y posición ideal en el cielo solo sucede una vez cada 100 000 años.
Por desgracia, esta coincidencia temporal y espacial no se coordina necesariamente con la otra variable: frecuencia. Aunque la línea de hidrógeno (1420 Mhz) podría ser una idea, una civilización que capte la señal necesitaría buscar en otras frecuencias. A pesar de todo, la técnica híbrida podría limitar el espacio necesario para buscar una civilización en un factor de 100. Pero se basa en la suposición de que otra civilización llegaría a la misma metodología que la nuestra. Por lo que es difícil pensar que pueda convertirse en un éxito garantizado.
Estudio
El estudio es N. Seto; «Hybrid Strategy for Coordinated Interstellar Signaling: Linking the Galactic Center and Extragalactic Bursts». Puede consultarse en arXiv, en este enlace.
Referencias: Universe Today