Un nuevo estudio plantea que el telescopio James Webb también podría detectar contaminación en exoplanetas que pudiesen estar habitados por civilizaciones. Algo que resulta muy interesante, por la posibilidad que implica al permitir detectar civilizaciones similares a la nuestra…

El telescopio James Webb podría detectar la contaminación de otras civilizaciones

En diciembre de 2021, el telescopio James Webb por fin fue lanzado y puso rumbo a su ubicación final, en el punto de Lagrange L2. Hay muchas esperanzas puestas en el telescopio. Desde que permita comprender mejor el universo en su conjunto, igual que ha permitido el telescopio Hubble, hasta que pueda analizar la atmósfera de exoplanetas cercanos al Sistema Solar. Lo interesante, en este sentido, es que la capacidad de observación del telescopio Webb abre muchas posibilidades en cuanto a la búsqueda de señales de vida extraterrestre.

El telescopio Webb podría detectar contaminación en exoplanetas
Concepto artístico del exoplaneta rocoso HD 85512 b, una supertierra. Crédito: NASA

Se ha planteado, por ejemplo, que se podría detectar la vida vegetal a través de la fotosíntesis. Sería posible captarla en el espectro de infrarrojo, ya que la clorofila absorbe la luz visible. En infrarrojo, sin embargo, brilla con mucha intensidad, y daría un marcado tono rojizo a los planetas que tengan vegetación. Incluso una imagen de un único píxel podría dar suficiente información para determinar si podría haber vida. Bastaría con estudiar la información captada por el telescopio durante la observación de ese exoplaneta en particular.

A la hora de pensar en civilizaciones, es decir, en vida más parecida a la nuestra, el telescopio también puede ayudar. Una de las mejores maneras es comprender qué aspecto tiene la presencia del ser humano, en la Tierra, vista desde otros lugares de la galaxia. Nuestra civilización emite calor residual (procedente de la industria y hogares) así como luz artificial de noche. Pero una de las pistas más potentes, sin duda, es la presencia de compuestos químicos en nuestra atmósfera. Compuestos que no podrían estar presentes sin nosotros…

La contaminación como una pista a seguir

Esos compuestos artificiales son una pista inequívoca, para una civilización que observase nuestro planeta, de que estamos aquí. Un nuevo estudio se pregunta si podríamos hacer lo mismo con la ayuda del telescopio James Webb. Específicamente, los investigadores se centran en los clorofluorocarbonos, que en la Tierra son producidos a escala industrial, como refrigerantes y agentes de limpieza. Los CFCs crearon un agujero en la capa de ozono en la década de los 80. En 1987, una suspensión internacional en su uso fue una gran ayuda.

Permitió reducir el nivel de CFCs en la atmósfera a valores menos peligrosos. Si estos compuestos estuviesen presentes en la atmósfera de algún otro planeta, sin duda, apuntarían a la presencia de una civilización. Tendría un nivel de desarrollo similar al nuestro. Curiosamente, el haber sido irresponsables con nuestra atmósfera podría ayudarnos a encontrar otras civilizaciones que también lo hayan sido con las suyas. Eso sí, el telescopio James Webb podría detectar esta contaminación, pero con algunas limitaciones que resultan lógicas.

Si la estrella es demasiado brillante, el telescopio no podrá detectar la señal del planeta. Las mayores posibilidades de éxito, según explican los investigadores, estarán en estrellas de clase M. Es decir, enanas rojas. Estas estrellas tenues y longevas serían el objetivo ideal. Tanto es así que hay, incluso, un ejemplo perfecto. Se trata del popular sistema de TRAPPIST-1, que se encuentra a 40 años-luz del Sistema Solar. En la escala astronómica, es un sistema tremendamente cercano, y que podría ser estudiado por el telescopio James Webb.

Ni siquiera un telescopio como James Webb podría detectar la contaminación de nuestro planeta…

El escenario que pintan los investigadores resulta muy llamativo. Hay que recordar que, en principio, nada hace pensar que TRAPPIST-1 pueda tener vida extraterrestre. En el caso de este sistema, el telescopio podría captar esa contaminación porque la estrella, simplemente, no es muy brillante. Así que su luz no llegaría a ocultar la presencia de clorofluorocarbonos que pudiesen encontrarse en alguno de sus planetas. Sin embargo, no sería así en el caso de una estrella de tipo G, como el Sol, que resulta mucho más brillante.

Este concepto artístico muestra la posible superficie de TRAPPIST-1f. Crédito: NASA/JPL-Caltech

Dicho de otra manera, un telescopio como el nuestro sería incapaz de captar los CFCs de la Tierra. El Sol es tan brillante que ocultará su presencia. Por desgracia, el panorama general, en estos momentos, sugiere que las enanas rojas no son el mejor lugar para buscar vida. En su juventud, son estrellas inestables. Envían grandes llamaradas que pueden exterminar la vida que pudiese llegar a establecerse en los planetas a su alrededor. Con el tiempo, por suerte, su actividad se vuelve mucho más estable y por tanto, hay resquicios para la esperanza.

Es posible que, en algún lugar, nos podamos encontrar con un sistema que sí haya llegado a desarrollar vida. Una cuestión completamente diferente es sí podría llegar a tener vida compleja. El hecho de tener un telescopio tan potente como James Webb resulta muy interesante. Es un paso adelante, tecnológicamente hablando, que podría resultar fundamental para descubrir si estamos solos, o no, en la Vía Láctea. El tiempo dirá si, a lo mejor, detectamos a una civilización que resulte tener una capacidad muy similar a la nuestra…

Estudio

El estudio es J. Haqq-Misra, R. Kopparapu, T. Fauchez et al.; «Detectability of Chlorofluorocarbons in the Atmospheres of Habitable M-dwarf Planets«. Está disponible para su consulta en arXiv, en este enlace.

Referencias: Universe Today