El pasado sábado, 7 de septiembre, se produjo el regreso de la cápsula Starliner a la Tierra, sin mayores novedades. Supuso el fin del viaje de la cápsula, aunque lo hizo sin su tripulación a bordo, al considerarse demasiado peligroso por los problemas que había presentado durante el viaje de ida a la Estación Espacial Internacional…

El regreso de Starliner fue rápido y sin novedades

El primer vuelo tripulado de Boeing terminó con el aterrizaje de la cápsula Starliner, en plena noche, apenas seis horas después de haberse desacoplado de la Estación Espacial Internacional. Starliner aterrizó en las instalaciones de misiles de White Sands, en Nuevo México, tras haber realizado todas las operaciones necesarias con el piloto automático. Fue el mejor escenario posible para una misión que comenzó con muchas dificultades. Los problemas en los propulsores, y las fugas de helio, solo hicieron que la situación fuese todavía más compleja.

El regreso de Starliner transcurre sin incidentes
La cápsula Boeing Starliner acercándose a la Estación Espacial Internacional. Crédito: Bob Hines/NASA

Finalmente, la NASA decidió que Barry Wilmore y Sunita Williams permanezcan en la Estación Espacial Internacional como parte de la Expedición 72, que comienza en este mismo mes de septiembre. Boeing insistía, por su parte, en que Starliner era una cápsula segura y que en su regreso podía traer a los astronautas sin mayor complicación. La agencia espacial estadounidense, sin embargo, no estaba de acuerdo con esta valoración. La misión, que debería tener una duración de unos ocho días, finalmente estará cerca de los ocho meses para ambos astronautas.

Tras recibir varias actualizaciones de software, la cápsula abandonó la estación con los asientos vacíos, los trajes espaciales azules de la compañía y equipo viejo. El desacoplamiento se produjo cuando se encontraban sobre China. Sunita Williams permaneció despierta hasta la conclusión del viaje de regreso, para ver cómo se desarrollaba todo. Las cámaras de la Estación Espacial Internacional, y un par de aviones de la NASA, captaron la cápsula como una estela blanca que reentraba en la atmósfera, apenas minutos antes del aterrizaje.

Un regreso que, a pesar de todo, tuvo sus imprevistos

Durante la reentrada, la cápsula sí sufrió más imprevistos. Entre ellos, los propulsores volvieron a dar problemas. Aunque eso no impidió que el aterrizaje de la cápsula fuese muy preciso, teniendo lugar en la zona en la que se esperaba. A pesar de esto, Steve Stich, mánager del programa de tripulación comercial de NASA, explicaba que entendían que habían tomado la decisión correcta al hacer que Starliner volviese vacía. Boeing no participó en la rueda de prensa posterior al aterrizaje, pero dos de sus directivos sí comunicaron a los empleados que apoyaban la decisión de NASA.

El vuelo de demostración tripulado ha terminado tras un buen montón de retrasos y contratiempos. Tras la retirada del programa del Transbordador Espacial, la NASA contrató a Boeing y SpaceX para enviar astronautas al espacio. Boeing es, sin duda, la que más problemas se ha encontrado en su desarrollo. Las reparaciones necesarias, tras los vuelos de prueba sin tripulación, se estima que superaron los 1000 millones de dólares en gastos. SpaceX, por su parte, lanzará su décimo vuelo tripulado, desde 2020, en apenas unas semanas.

La cápsula Crew Dragon partirá con dos astronautas. Los otros dos asientos estarán reservados para el viaje de vuelta de Wilmore y Williams. Ambos astronautas contaban con que el vuelo pudiese estar repleto de obstáculos. Pero, desde su llegada a la estación, han participado en todo tipo de actividades. Tanto en reparaciones como experimentos. Ahora, son parte de la tripulación a tiempo completo, junto a los otros siete astronautas que ya estaban presentes allí antes de su llegada. Ahora, podrán centrarse en multitud de actividades.

El futuro de Starliner todavía está por esclarecer

Ya antes de que comenzasen su viaje, el pasado 5 de junio, Starliner había sufrido una fuga de helio en su sistema de propulsión. Pero era pequeña y se pensó que era un caso aislado. Sin embargo, en el viaje de ida, surgieron otras cuatro y fallaron cinco propulsores. Cuatro de ellos volvieron a funcionar, pero el problema fue lo suficientemente importante para sembrar la duda sobre la seguridad de la cápsula. Si los propulsores fallaban, era posible que el descenso por la atmósfera de la Tierra fuese, simplemente, demasiado peligroso.

Tripulación de la cápsula Boeing Starliner: Suni Williams y Barry Wilmore. Crédito: NASA

Boeing llevó a cabo multitud de pruebas de los propulsores, tanto en el espacio como en tierra. Tras el desacople, ya en el viaje de regreso, los controladores de vuelo realizaron más encendidos de prueba de los propulsores de la cápsula. Uno de ellos volvió a fallar. La sospecha de los ingenieros es que, cuanto más se usan los propulsores, más se calientan y, en consecuencia, los sellos protectores se hinchan y obstruyen el flujo de combustible. Sin embargo, no podrán verificar este extremo, porque esta sección de la cápsula se desintegra en la reentrada.

Tras su regreso, Starliner ahora viajará hasta el Centro Espacial Kennedy. Allí se llevarán a cabo nuevos análisis. En cualquier caso, la postura de la agencia espacial estadounidense no ha cambiado. Quieren tener dos compañías estadounidenses para enviar astronautas al espacio, y tanto SpaceX como Boeing se turnarán (cada compañía realizará un lanzamiento por año). Esto se mantendrá hasta el final de la vida de la Estación Espacial Internacional, en 2030. Respecto al próximo vuelo tripulado de Starliner, por ahora no tiene fecha…

Referencias: Phys