Con la ayuda del radiotelescopio ALMA, un grupo de investigadores ha encontrado pistas que apuntan a que el origen de la vida pudo estar en el espacio. Aunque no es la primera vez que se afirma algo así, sí es la primera vez que se encuentran algunas de las moléculas clave en un disco protoplanetario…

El origen de la vida pudo estar en el espacio en sí mismo

El radiotelescopio ALMA ha permitido determinar la presencia de 17 moléculas orgánicas complejas en un disco protoplanetario en torno a una estrella lejana. Entre esas moléculas están las primeras detecciones de etilenglicol y glicolonitrilo, que se consideran bloques fundamentales en la formación de aminoácidos, así como de sus precursores. No es la primera vez que se detectan estas moléculas en el espacio, pero sí en un disco protoplanetario, por lo que podríamos estar ante posibles pistas sobre cómo apareció la vida en el universo.

El origen de la vida pudo estar en el espacio
Concepto artístico de un disco protoplanetario. Crédito: NSF/AUI/NSF NRAO/S.Dagnello

Las moléculas orgánicas se han descubierto en el disco que rodea a la estrella V883 Orionis. Se trata de una protoestrella que está a 1350 años-luz en la dirección de la constelación de Orión. Las moléculas orgánicas complejas son compuestos con más de cinco átomos, incluyendo al menos uno de carbono. La detección de glicolonitrilo es particularmente interesante porque se trata de un precursor en la síntesis de glicina y alanina, así como la adenina, una de las bases del ADN y el ARN. Este descubrimiento ha permitido resolver un viejo misterio…

Cuando una protoestrella (como V883 Orionis) pasa de ser una protoestrella fría a una estrella joven, con su disco protoplanetario, el proceso suele estar acompañado de una fase de choques intensos y radiación que perturban el gas y polvo del disco. Hasta ahora, se creía que estos procesos destruían la mayoría de las moléculas complejas formadas en las etapas más tempranas de un sistema. Esto llevaba a los científicos a plantear el «escenario del reinicio», por el que las moléculas orgánicas complejas deberían volver a formarse en un disco protoplanetario.

Un escenario que no parece ser cierto

Las buenas noticias son que, según este estudio, parece que sucede lo contrario. Los discos protoplanetarios conservan las moléculas orgánicas complejas que ya estaban presentes en las etapas anteriores y, por tanto, la formación de esas moléculas puede seguir adelante durante esa fase. El escenario del reinicio se enfrentaba a un problema muy complejo, porque el tiempo disponible durante la transición de protoestrella a estrella joven es demasiado corto para que se puedan formar grandes cantidades de moléculas orgánicas complejas.

Este nuevo estudio, sugiere que las condiciones que conducen a procesos biológicos están presentes desde fases muy tempranas de la evolución de la estrella, en lugar de solo en sistemas planetarios ya formados. Los investigadores explican que el estudio apunta a que se trata de un proceso continuo de enriquecimiento y aumento de la complejidad de estas moléculas desde la primera fase, en las nubes interestelares. Además, la complejidad y abundancia de esas moléculas orgánicas complejas no deja de aumentar con el tiempo.

Sucede a medida que los discos protoplanetarios evolucionan hacia sistemas planetarios y los componentes básicos de la vida están presentes desde las primeras etapas de la formación de una estrella. En estudios anteriores, ya se habían identificado moléculas orgánicas sencillas, como el metanol, en regiones de formación de estrellas. Por otro lado, los aminoácidos y las bases del ADN y el ARN también se han observado en asteroides, cometas y meteoritos del Sistema Solar. El interior de estos objeto puede ser muy rico en moléculas orgánicas complejas.

El origen de la vida podría estar muy relacionado con la vida de las estrellas

Las reacciones químicas que llevan a la formación de estas moléculas orgánicas complejas tienen lugar bajo condiciones muy frías. Por lo que, explican los investigadores, es probable que haya grandes cantidades en el interior de asteroides y cometas. Por desgracia, no es fácil acceder a su interior (a menos que se planteen misiones para perforar su interior). Los cometas, sin embargo, emiten gas al acercarse al Sol, dando lugar a la coma y las espectaculares colas (de gas y polvo) que los acompañan. Algo que permite a los astrónomos estudiar su composición.

El cometa Tsuchinshan-ATLAS visto desde Auckland, Nueva Zelanda. Crédito: AlexL1024/Wikimedia Commons

Lo más interesante es que este mismo proceso es el que se está observando en el sistema V883 Orionis. La estrella todavía está en la fase de acumulación de gas del disco que la rodea. Con el tiempo, la estrella comenzará el proceso de fusión de hidrógeno en su interior. Durante la etapa en la que está, el gas se calienta y emite ráfagas de radiación que permiten calentar el disco y, en el proceso, liberar las moléculas orgánicas que el equipo logró detectar con ALMA. El hallazgo abre la puerta a futuras observaciones para profundizar en este asunto.

En próximas investigaciones, se podría confirmar la presencia de estas moléculas buscándolas en otras regiones del espectro electromagnético. También cabe la posibilidad de identificar compuestos aún más complejos, como aminoácidos. Algo que permitiría entender mejor cómo se repartieron los ingredientes de la vida durante las primeras etapas de nuestro Sistema Solar. Algo que, a su vez, permitiría obtener pistas sobre en qué otros lugares podríamos esperar encontrar más moléculas similares y entender si el origen de la vida está, en realidad, en el espacio y el nacimiento de nuevos sistemas.

Estudio

El estudio es A. Fadul, K. Schwarz, J. Huang et al.; «A Deep Search for Complex Organic Molecules toward the Protoplanetary Disk of V883 Ori». Publicado en la revista The Astronomical Journal el 14 de mayo de 2025. Puede consultarse en este enlace.

Referencias: Universe Today