La misión BepiColombo, de la Agencia Espacial Europea y JAXA, se prepara para el segundo sobrevuelo de Mercurio, que tendrá lugar este 23 de junio. Es la segunda maniobra, de un total de seis asistencias gravitacionales, que permitirán que la nave entre en la órbita del planeta en 2025…

BepiColombo se aproximará, de nuevo, al planeta

El sobrevuelo será muy similar al que ya tuvo lugar en 2021. BepiColombo pasará a unos 200 kilómetros sobre la superficie del planeta. El momento de menor distancia se producirá a las 11:44 (hora peninsular española). El principal objetivo de este sobrevuelo, en realidad, es utilizar la gravedad del planeta para ajustar la trayectoria de la nave. La misión fue lanzada en 2018 a bordo de un cohete Ariane 5, desde el Centro Espacial Kourou. BepiColombo utiliza nueve sobrevuelos para lograr llegar a su objetivo de orbitar Mercurio.

BepiColombo prepara su segundo sobrevuelo de Mercurio
Diagrama del segundo sobrevuelo de Mercurio por BepiColombo. Crédito: ESA

Concretamente, un sobrevuelo de la Tierra, otro de Venus y seis de Mercurio. Estas asistencias gravitacionales, y el propio sistema de propulsión de la nave, permitirán que logre entrar en la órbita del planeta hacia 2025. En estos sobrevuelos, la nave se mantiene en su configuración de crucero. Es decir, muchos de sus instrumentos todavía no están preparados para realizar mediciones. A pesar de ello, puede recoger una buena cantidad de datos para entender y conocer mejor el planeta más cercano al Sol. Las mediciones serán muy variadas.

Tres cámaras tomarán varias secuencias de imágenes, observando la superficie. Otros instrumentos analizarán el entorno, cerca y lejos del planeta, para estudiar el entorno magnético, plasma y partículas. Estarán funcionando en las horas en torno a la aproximación. Como explican desde la Agencia Espacial Europea, estos sobrevuelos son muy útiles porque permiten observar regiones de Mercurio que, posteriormente, no serán observables cuando ya se esté en órbita. Además, permite realizar los preparativos para esa fase de la misión.

La dificultad de entrar en órbita en torno a Mercurio

Un aspecto muy especial de la misión BepiColombo es la doble naturaleza de la nave. Por un lado, tenemos el Mercury Planetary Orbiter de la Agencia Espacial Europea. Por otro lado, el Mercury Magnetospheric Orbiter de la Agencia Espacial Japonesa. Ambos serán desplegados en órbitas complementarias, alrededor del planeta, por un tercer módulo, el Mercury Transfer de la ESA. Tendrá lugar en 2025. Conjuntamente, estudiarán todos los aspectos de Mercurio. Desde su núcleo a los procesos que tienen lugar en su superficie. Así como su campo magnético y exosfera. Todo ello para entender mejor el origen y evolución de un planeta muy cercano a la estrella de su sistema.

Las observaciones dobles son clave para entender los procesos magnetosféricos dirigidos por el viento solar. BepiColombo será una innovación al proporcionar observaciones, sin parangón, del campo magnético e interacción del viento solar con Mercurio, desde dos lugares diferentes y a la vez. Los sobrevuelos requieren una precisión muy grande, para garantizar que la nave, al acercarse a un objeto masivo, ve su trayectoria modificada a la distancia, ángulo y velocidad correctos. Es algo que se prepara con años de antelación y debe salir tan perfecto como sea posible.

Entrar en órbita de mercurio es muy difícil. En primer lugar, BepiColombo necesitaba eliminar la energía orbital que arrastraba al ser lanzada desde la Tierra. Así que primero voló en una órbita parecida a la del planeta, reduciéndola poco a poco hasta llegar a una órbita similar a la de Mercurio. Los sobrevuelos de Venus y la Tierra sirvieron para deshacerse de esa energía y acercarse al centro del Sistema Solar. Los sobrevuelos de Mercurio persiguen el mismo objetivo, perder más energía orbital y, además, terminar siendo capturados por la gravedad del planeta.

Un sobrevuelo muy rápido

En este segundo sobrevuelo de Mercurio, BepiColombo necesita pasar a 200 kilómetros de la superficie, con una velocidad relativa de 7,5 km/s. Así, su velocidad relativa, en comparación al Sol, se reducirá en 1,3 km/s. Algo que acercará a la nave a esa órbita de Mercurio. Para afinar el sobrevuelo, es posible realizar diferentes maniobras de corrección, garantizando que la trayectoria es la correcta. En estos sobrevuelos, no es posible usar las cámaras de alta resolución, debido a que están ocultas tras el módulo de trasferencia en esta fase de la misión.

Mercurio visto por la sonda Messenger en 2008. Crédito: NASA

Sin embargo, las tres cámaras de monitorización sí estarán capturando imágenes. BepiColombo se acercará a Mercurio por el hemisferio nocturno. Las primeras imágenes, con Mercurio iluminado, se esperan cinco minutos tras la mínima distancia al planeta, a unos 800 kilómetros de la superficie. Las cámaras proporcionarán imágenes de 1024×1024 píxeles y podrán observar, por su posición, tanto el planeta como la nave.

Las primeras imágenes deberían llegar solo unas pocas horas después del sobrevuelo. La primera imagen, para el público, se espera que se publique en la tarde del 23 de junio. El resto se descargarán a lo largo del día y, el viernes 24, habrá una segunda publicación de imágenes. En las más cercanas, es espera poder identificar cráteres de impacto y otras características, que podrían estar ligadas a la actividad volcánica y tectónica. Todo ello permitirá entender mejor los 4600 millones de años de historia de Mercurio. Y esto todavía es el principio…

Referencias: Agencia Espacial Europea