Un nuevo estudio analiza una posible biofirma en Marte, que apunta a un pasado en el que hubo vida microbiana. Es un hallazgo que ha sido posible gracias al róver Perseverance y que permite profundizar en las condiciones del planeta rojo hace miles de millones de años y el entorno del cráter Jezero…

Una posible biofirma en Marte que es prometedora… pero no definitiva

El trabajo ha permitido descubrir una variedad de minerales y materia orgánica en las rocas marcianas, algo que permite imaginar un pasado de condiciones habitables y posibles procesos biológicos en Marte. Ahora, un equipo de investigadores plantea que las características geológicas de una formación, llamada Bright Angel, en el cráter Jezero, están muy conectadas al carbono orgánico. No solo eso, podría ser una convincente biofirma de vida en el pasado. Es un descubrimiento muy interesante, pero los propios investigadores advierten que no es un descubrimiento de vida.

Perseverance descubre una posible biofirma en Marte
Concepto artístico del cráter Jezero en la antigüedad de Marte, donde se ha encontrado una posible biofirma.
Crédito: NASA/JPL-Caltech

Es necesario analizar la roca (llamada Cheyava Falls) en un laboratorio de la Tierra. Solo así se podría confirmar si los procesos biológicos estaban involucrados en esas características. Perseverance ha estado explorando el cráter Jezero, de 45 kilómetros de diámetro, desde 2021. El lugar se escogió porque, en su pasado, tuvo un gran lago y el delta de un río. Es decir, entornos que se consideran objetivos ideales en la búsqueda de antigua vida. Uno de sus objetivos clave es recoger y almacenar el primer conjunto de rocas y suelo para su estudio en nuestro planeta.

El estudio se centra en una formación llamada Bright Angel, que está en lo que fue el antiguo valle de un río, que proporcionaba agua al lago de Jezero. Al conducir por el valle, conocido como Neretva Vallis, Perseverance se encontró con una sucesión de conglomerados de arcilla y limo. Allí realizó un análisis detallado de las rocas, utilizando instrumentos como PIXL y SHERLOC (por las siglas de sus nombres en inglés). Al crear un mapa de los tipos y distribuciones de rocas sedimentarias, el equipo pudo recrear cómo era el entorno.

Un pasado con condiciones muy particulares

En su análisis, observaron una variedad de estructuras sedimentarias y texturas que indicaban la presencia de un lago. Los detalles coincidían con el margen y el lecho de un lago, incluyendo una composición rica en minerales como los silicatos y la arcilla. Es un escenario completamente opuesto al de un río. Allí, el agua con su movimiento rápido se hubiera llevado esas pequeñas partículas. Esto llevaba a una conclusión sorprendente: se habían encontrado depósitos propios de un lago en el fondo del valle de un río. Es algo atípico e intrigante.

No se esperaba encontrar algo así en Neretva Vallis. Lo que muestran las estructuras es un entorno pasado, de baja energía, como un lago. Es un entorno muy adecuado para tener condiciones habitables. La historia es algo más compleja. El hallazgo apunta a un período, en la historia del cráter Jezero, en el que el valle en sí mismo estaba inundado. Esto permitió la aparición de un lago potencialmente habitable. Tras determinar este escenario, el equipo se centró en estudiar las rocas y, así, se encontraron con el hallazgo más interesante.

Observaron un pequeño grupo de nódulos y frentes de reacción. El análisis químico desvelaba que estas estructuras, de milímetros, están enriquecidas en minerales de sulfuro y fosfatos de hierro (seguramente vivianita y greigita). Su origen estaría en reacciones redox (reducción-oxidación) que involucraban al carbono orgánico. Este proceso podría haber sido producto de química abiótica o, lo más interesante, biológica. Esto sirve como escenario para la formación de sedimento oxidado, rico en fósforo y hierro, esencial para crear los ingredientes de las reacciones posteriores.

El papel de la Tierra para estudiar la posible biofirma de Marte

Estos ingredientes se parecen a los subproductos del metabolismo microbiano en la Tierra. Por lo que, al ser una posible biofirma, eleva la posibilidad de que Marte una vez tuviese vida microbiana. En última instancia, la única forma de saber cuál es su auténtico origen es traer esas muestras a nuestro planeta. Una posibilidad que depende de que futuras misiones puedan recoger las muestras de la superficie del planeta. Por suerte, Perseverance ya ha recogido muestras de esta formación rocosa, junto a otras que ha recolectado en este tiempo.

La Tierra, vista el 27 de junio de 2019 por el satélite DSCOVR. Crédito: NASA

Una vez en la Tierra, los instrumentos de laboratorio, mucho más sensibles que los de Perseverance, permitirían entender su naturaleza sin dudas. El descubrimiento es un paso adelante enorme, porque estamos ante la evidencia más convincente que se ha encontrado hasta ahora de posible vida microbiana en el pasado del planeta rojo. Es la primera vez que se encuentra este tipo de estructura química en Marte. Por lo que estamos ante una oportunidad fantástica para entender si el planeta llegó a tener las condiciones necesarias para la vida microbiana.

Lo más importante es tener presente que estos hallazgos no son suficientes para afirmar, sin género de duda, que hubiese vida en Marte hace miles de millones de años. Las próximas misiones a Marte, incluyendo la del róver Rosalind Franklin, ayudarán a seguir comprendiendo los misterios de Marte. De momento, estamos solo ante una posibilidad muy atractiva e interesante. Es posible que Marte llegase a tener vida microbiana en el pasado. Pero, por ahora, habrá que esperar un poco más, hasta que se pueda determinar sin ningún género de dudas.

Estudio

El estudio es J. Hurowitz, M. Tice, A. Allwood et al.; «Redox-driven mineral and organic associations in Jezero Crater, Mars». Publicado en la revista Nature el 10 de septiembre de 2025. Puede consultarse en este enlace.

Referencias: Phys