Esta semana, en Crónicas bajo la bóveda celeste 1×09, seguimos nuestro repaso volviendo al Viejo Continente. Hablamos de la historia de la astronomía en los siglos previos al nacimiento de Copérnico y su revolución. En YouTube, además, hablamos del descubrimiento de azúcares en Bennu.

Crónicas bajo la bóveda celeste: la astronomía en la Europa del Renacimiento

Europa cambió mucho, en términos de conocimiento, gracias a las traducciones de obras procedentes de Grecia y del mundo islámico. Esto permitió que las primeras universidades pudiesen ofrecer acceso al conocimiento de trabajos como el Almagesto y la visión del mundo de Ptolomeo. También a los ziyes, tablas y conocimiento que procedía de lugares como Oriente Medio. Con el paso de los siglos, Europa no solo se dedicó a modernizar su conocimiento sobre el firmamento (hasta entonces muy limitado), también lo analizó profundamente.

Los azúcares de Bennu y Crónicas bajo la bóveda celeste 1x09
Nicolas Copérnico. Crédito: Desconocido

Era cuestión de tiempo que terminasen surgiendo voces críticas y figuras que intentaban ofrecer una versión actualizada de todo lo que se había aprendido. A fin de cuentas, con el paso de los siglos, y un calendario que no era perfecto (el calendario juliano), la Pascua comenzaba a desfasarse cada vez más respecto a la fecha en la que debía suceder. El modelo de Ptolomeo era cada vez más complejo para poder explicar los movimientos de los objetos celestes y para poder realizar predicciones más acertadas sobre próximos eclipses (y muchos otros fenómenos).

Así que nos encontramos con figuras como Peuerbach, que ofreció una versión resumida y simplificada del Almagesto, con una versión mucho más radical que la de Ptolomeo. A fin de cuentas, imaginaba un firmamento en el que todo estaba encerrado en orbes físicos, en vez de ser puntos matemáticos. De esto, y mucho más, hablamos en Crónicas bajo la bóveda celeste 1×09, que ya está disponible para los mecenas de Astrobitácora en iVoox, en la aplicación en iOS y Android; en la web, en este enlace, o también aquí mismo.

YouTube: Los azúcares de Bennu

El estudio del asteroide Bennu está siendo muy interesante. La sonda OSIRIS-REx trajo muestras que están ayudando a comprender cómo fue la infancia del Sistema Solar. Lo más interesante es que estamos ante una oportunidad de comprender mejor cómo pudo aparecer la vida en la Tierra. Y es que, en uno de los trabajos publicados recientemente, un grupo de investigadores anunciaba la detección de ribosa y glucosa. Ambos azúcares son importantísimos para la vida. El primero por su papel en el ARN.

El asteroide Bennu visto de cerca por OSIRIS-REx. Crédito: NASA/Goddard/University of Arizona

No podemos olvidar que el ARN pudo ser muy importante para las primeras formas de vida de la Tierra. Tiene la capacidad tanto de almacenar información como de servir de catalizador para muchas de las reacciones que necesita la vida. Tanto es así, que una hipótesis popular sobre cómo eran las primeras formas de vida de nuestro planeta es la del mundo ARN, porque hubiera sido esencial para aquellos primeros organismos. Por otro lado, la glucosa resulta también muy interesante porque es una fuente de energía muy importante.

Mucha de la vida de la Tierra utiliza la glucosa y, por tanto, su hallazgo en un asteroide como Bennu resulta de lo más interesante. Permite pintar un paisaje en el que, en la infancia de nuestro sistema, dos de los ingredientes básicos para que pudiese aparecer la vida estaban repartidos por todo el sistema. Además, también podría dar más fuerza a la idea de la panspermia, que plantea que los bloques básicos de la vida llegaron a mundos como el nuestro gracias al impacto de asteroides y cometas. De esto, y más, hablamos en el vídeo de esta semana, que puedes ver en este enlace o al principio del artículo.