La NASA perderá alrededor del 20% de su plantilla como consecuencia de los recortes de la administración de Donald Trump. Es parte de las labores de su gobierno por reducir el tamaño de la plantilla federal (no solo en la NASA), al mismo tiempo que busca dar prioridad a las misiones tripuladas…
El 20% de la plantilla de NASA tendrá que buscar otro empleo
La agencia espacial estadounidense perderá alrededor de 3900 empleados bajo la presidencia de Donald Trump. Algo que, aunque entendible (más allá de estar de acuerdo o no), resulta sorprendente teniendo en cuenta que su gran objetivo es dar prioridad a las misiones tripuladas. Específicamente, busca lograr enviar una misión tripulada a Marte, además de las todavía previstas Artemisa II y III. En esta última, una tripulación volverá a caminar por la superficie de la Luna, algo que no sucedía desde el programa Apolo, hace ya más de 50 años.

La NASA ha anunciado que unos 3000 empleados han participado en la segunda ronda de su programa de despido voluntario. Algo que permite a aquellos que se inscriban seguir recibiendo beneficios durante un período de tiempo predefinido. A estos 3000 hay que sumar los 870 que se apuntaron en la primera ronda, así como los despidos habituales. La plantilla de la agencia se reducirá de los más de 18 000 empleados que tenía, antes de la llegada de Trump al gobierno en enero de 2025, a unos 14 000, es decir, aproximadamente un 20% menos.
La situación de la agencia espacial estadounidense no podría ser más complicada. Desde NASA se ha explicado que las cifras podrían cambiar en las próximas semanas. Sin embargo, el mensaje que se transmite es que es necesario para conseguir que puedan entrar en una nueva época dorada de exploración e innovación, centrando la atención en la Luna y en Marte. Algo que no logra ocultar la situación en la que queda la agencia con los presupuestos que entrarán en vigor a partir de 2026, y que suponen todo un varapalo para muchas de sus actividades.
La realidad es mucho más pesimista de lo que intentan vender
Hace solo unos meses, la administración de Trump propuso un presupuesto con el objetivo de regresar a la Luna y también viajar a Marte… pero destrozando otros programas de ciencia y clima. El objetivo de la Casa Blanca es el de vencer a China y regresar a la Luna antes de que el gigante asiático lleve a cabo su primera misión tripulada al satélite. Además de, también, ser los primeros en lograr enviar una misión tripulada a Marte. China tiene como objetivo enviar su primera misión tripulada a la Luna en 2030. Artemisa III, por su parte, debería tener lugar en 2027.
La situación de la agencia tampoco podría ser más compleja, teniendo en cuenta que todavía sigue bajo un administrador en funciones. Desde este mes de julio, el responsable es Sean Duffy, que ha reemplazado a Janet Petro en el cargo. Se ha rumoreado que Trump podría presentar a Duffy como su candidato a administrador permanente, después de que retirase su nominación del multimillonario Jared Isaacman. Algo que parece estar muy relacionado con el deterioro en las relaciones entre Donald Trump y Elon Musk en los últimos tiempos.
Entre idas y venidas, en 2026 veremos cómo terminan diecinueve misiones activas, salvo sorpresa de última hora, como las misiones Juno o New Horizons. Juno es una sonda que sigue observando Júpiter y sus satélites. New Horizons ha visitado Plutón (en 2015) y Arrokoth (2019) y que podría visitar otro objeto del cinturón de Kuiper en el futuro. También hay futuras misiones que ya no llegarán a despegar, a pesar de que resultaban de lo más prometedoras. Es el caso, por ejemplo, de las misiones Davinci y Veritas, que iban a visitar Venus.
Un objetivo imposible (a corto plazo)
Lo cierto es que Trump no parece dispuesto a cambiar su gran objetivo de conseguir enviar una misión tripulada a Marte. En el camino también cae el resto del programa Artemisa. No habrá misiones a partir de Artemisa IV porque, en su lugar, NASA tendrá que plantear un programa de exploración tripulado diferente que permita materializar esa misión tripulada que pueda enviarse al planeta rojo. Sin embargo, es imposible que suceda durante el mandato de Donald Trump. Hay que recordar que la ventana de lanzamiento a Marte sucede cada dos años.

Es la frecuencia con la que Marte y la Tierra se encuentran en su distancia mínima. La próxima ventana de lanzamiento de misiones a Marte tendrá lugar a finales de 2026. Habrá otra a finales de 2028. Incluso si se lanzase una misión en esa última ventana, la llegada de la tripulación no se produciría hasta bien entrado 2029 y, por tanto, con el mandato de Trump ya terminado. Ni siquiera los escenarios más optimistas permiten contemplar esta posibilidad como algo realista. Todavía queda mucho trabajo por completar en muchas áreas diferentes.
Sin ir más lejos, la nave, presumiblemente, que llevará a esa tripulación es Starship. La nueva nave de SpaceX sigue en desarrollo y no está lista para comenzar a funcionar a nivel comercial. Por otro lado, tampoco se tiene la tecnología necesaria (todavía) para garantizar la supervivencia de una tripulación en un viaje tan largo, porque se debe seguir avanzando en áreas tan diferentes como los sistemas de soporte vital o de alimentación. Mientras tanto, serán muchas las misiones y proyectos de NASA que se verán perjudicados persiguiendo un objetivo imposible…
Referencias: Phys