¿Por qué los inviernos son más suaves en las ciudades de Europa en comparación a las poblaciones, en la misma latitud, en América del Norte? Por ejemplo, Londres está a la misma latitud que Calgary, en Alberta. Y sin embargo, la ciudad canadiense es unos 8,3 grados más fría en enero…

Los inviernos suaves en Europa se entienden por el Océano Atlántico

En términos generales, cuanto más nos alejamos del ecuador, más bajas son las temperaturas medias. Es uno de los principales motivos por los que los polos son algunos de los lugares más fríos de la Tierra, mientras que muchos de los desiertos más cálidos se concentran cerca del ecuador del planeta. Esa lógica, sin embargo, no se cumple con partes de Europa Occidental. Por ejemplo, la temperatura media máxima en enero en Londres es de 8,3 ºC, mientras que en Calgary (Canadá), 7100 kilómetros al oeste, la media máxima está por debajo de 1 ºC.

La circulación termohalina, mostrando también la circulación en el Océano Atlántico. Crédito: NASA

Ambas ciudades están casi en la misma latitud: Londres se encuentra a 51,5° y Calgary a 51°, lo que significa que están aproximadamente a la misma distancia del ecuador. Y no son las únicas. Nueva York y Madrid están a una latitud similar, pero la media de las máximas en enero en Madrid es de unos 10 °C, frente a los 4,4 ºC de Nueva York. Si uno se encontrara en Viena, a mediados de enero, la temperatura máxima media sería de unos 2,8 °C. Pero si viajara unos 7200 km al oeste, a Grand Forks (en Dakota del Norte), la media de enero es de –8,3 °C.

En conjunto, la temperatura media de enero en Estados Unidos continental, en 2024, fue de unos 0 °C, pero las temperaturas medias en varios países de Europa Occidental fueron más templadas en el mismo período: Alemania tuvo 1,5 °C, Reino Unido estuvo en 3,8 °C y España se quedó en 8,4 °C. ¿Por qué algunas ciudades de Europa Occidental tienen inviernos más suaves que aquellas de América del Norte con las que comparten latitud? Uno de los principales motivos es un sistema de corrientes oceánicas en el Atlántico que lleva calor desde los trópicos hacia Europa.

El papel de la circulación de vuelco meridional del Atlántico

Este sistema es la Circulación de vuelco meridional del Atlántico (AMOC, por sus siglas en inglés). Es una red de corrientes oceánicas que recorre el océano Atlántico. La circulación funciona como una cinta transportadora gigante que mueve unos 17 millones de metros cúbicos de agua por segundo y 1,2 petavatios de calor. Aproximadamente, es la cantidad de energía generada por un millón de plantas eléctricas funcionando simultáneamente. La enorme cantidad de agua cálida que fluye hacia el hemisferio norte también calienta la atmósfera.

Los vientos dominantes son conocidos como vientos del oeste. Soplan de oeste a este y transportan ese aire cálido oceánico hacia el interior continental. Los vientos del oeste son especialmente fuertes en invierno, lo que ayuda a crear ese clima invernal más agradable y cálido de lugares como el suroeste de Inglaterra. Al menos en comparación con el de lugares de latitudes similares en América del Norte, como Calgary o Winnipeg. Europa también es un lugar más cálido porque es un continente relativamente estrecho y está rodeado de agua.

El hecho de estar junto a un océano ya es importante. El agua puede almacenar muchísimo calor. Lo acumula en verano y lo libera a la atmósfera en invierno. Por eso, los lugares junto al mar suelen tener inviernos más suaves que los del interior de los continentes. Eso también ayuda a explicar por qué algunas partes de Europa suelen tener veranos más frescos. Mientras en invierno el océano está más caliente que el aire, en verano ocurre lo contrario. Durante el verano, el agua más fría baja la temperatura de la atmósfera, que luego los vientos del oeste arrastran tierra adentro.

Una corriente que no siempre es beneficiosa

Pero… Nueva York y Boston también son ciudades costeras. ¿Por qué no tienen inviernos más suaves como Europa? Una de las principales razones es la corriente del Golfo, parte de la AMOC, que transporta agua cálida por la costa este de Estados Unidos. Esta corriente genera ondas atmosféricas que atraen aire frío de las regiones polares y lo envían hacia el noreste del país, lo que podría explicar entre el 30% y el 50% de la diferencia de temperatura entre ambos lados del Atlántico, según se explicaba en un estudio de 2011 publicado en la revista Nature.

Recorrido del sol en el firmamento, visto desde Alberta, en Canadá. El lapso de tiempo es desde el solsticio de verano (el 21 de junio) hasta el solsticio de invierno (21 de diciembre). Crédito: Ian Hennes

Otra franja de viento también tiene un gran impacto en el clima de América del Norte: la corriente en chorro (jet stream en inglés). Al igual que los vientos del oeste, la corriente en chorro fluye de oeste a este, pero se desplaza en las capas altas de la atmósfera y, cuando pasa al este de las Montañas Rocosas, suele descender hacia el sur y permite que el aire frío de latitudes polares se desplace sobre América del Norte. La corriente en chorro suele ser más fuerte en invierno porque la diferencia de temperatura a través de ella es mayor en esos meses.

Eso sí, el clima templado de gran parte de Europa podría no durar para siempre. Los fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más comunes con el cambio climático. y algunos estudios apuntan a que la AMOC podría colapsar, debido al cambio climático, entre ahora y 2095, mucho antes de lo que se había previsto. El clima de ciertas partes de Europa, si sucediese, se parecería más al de Alaska o el norte de Canadá. Además, también afectaría a cosas como la agricultura. Así que las consecuencias no se limitarían solo a más frío…

Referencias: Live Science