Frank Drake fue uno de los padres de la búsqueda moderna de vida extraterrestre inteligente. Falleció el viernes, 2 de septiembre de 2022, a los 92 años. Su trabajo es conocido principalmente por la archipopular ecuación de Drake, que nos invita a estimar cuántas civilizaciones podría haber en la Vía Láctea…
Frank Drake fue un pionero en la búsqueda de vida extraterrestre inteligente
Sin ninguna duda, la contribución más popular de Frank Drake al mundo de la astronomía es la ecuación que lleva su nombre. Se han escrito ríos de tinta gracias a la ecuación de Drake. Esta fórmula estima cuántas civilizaciones, detectables, podrían existir en la Vía Láctea. Frank Drake pensó en la famosa fórmula en 1961. Apenas un año después de que iniciase el Proyecto Ozma. Se trata de una campaña muy interesante. Fue uno de los primeros intentos de buscar vida extraterrestre inteligente, con la ayuda de la tecnología del momento.
Utilizaba un radiotelescopio para captar las posibles señales que pudiesen estar emitiendo las civilizaciones que hubiese en la galaxia. El proyecto fue un punto de inflexión. Introdujo nueva tecnología en el campo y también una forma diferente de enfocar la búsqueda de vida inteligente más allá de la Tierra. Tanto es así que, seis décadas después, los fundamentos del proyecto Ozma siguen siendo cimientos para campañas mucho más modernas. Seth Shostak, astrónomo principal del instituto SETI, le homenajeó en 2020.
En aquella ocasión, dijo que la estrategia desplegada por Drake, seis décadas antes, seguía en uso. Es algo que no tiene precedente en el campo de la exploración. No solo eso, también remarcaba lo difícil que fue para Frank Drake el adentrarse en un terreno así. Tuvo que enfrentarse a la ridiculización. La sola mención del interés en la búsqueda de vida extraterrestre era suficiente para que fueran ridiculizados en más de un sentido. Durante mucho tiempo, explicaba el propio Drake, se trató de un tema que era tabú en el mundo de la astronomía.
Nadie estaba haciendo una búsqueda como la que él planteaba, porque todos los astrónomos de la época tenían miedo. Drake, en sus propias palabras, era demasiado bobo para estar asustado. Ese factor de risas y ridiculización ha ido desapareciendo gradualmente. Sin duda, en parte gracias al trabajo de Frank Drake y las personas a las que ha inspirado. Su trabajo ha dado pie a que muchas generaciones de astrónomos (incluyendo a figuras como Seth Shostak o Jill Tarter) se hayan interesado. Los descubrimientos de las últimas épocas también han ayudado.
La llegada de la tecnología más moderna
A fin de cuentas, no se puede ignorar el impacto del descubrimiento de exoplanetas. Es una de las grandes revoluciones de las últimas décadas. Gracias a las observaciones de telescopios como Kepler, ahora se sabe que los mundos similares a la Tierra son abundantes en el universo. En un estudio reciente, se sugiere que más de la mitad, de las estrellas similares al Sol en la Vía Láctea, pueden tener un planeta rocoso en su zona habitable. Es decir, en la distancia adecuada para que pueda tener agua líquida en su superficie.
Teniendo en cuenta todas esas oportunidades, y los 13 800 millones de años que tiene el universo, no parece absurdo suponer que podría haber aparecido alguna civilización en otros lugares. Es algo que, poco a poco, ha ido expandiéndose al resto de la sociedad. El ejército de EE. UU. ha mostrado mucho interés en los objetos voladores no identificados. Eso sí, no están buscando vida extraterrestre. Su interés es el de determinar posibles amenazas para la seguridad nacional de Estados Unidos. Lo que sí ha cambiado es que, ahora, se habla con más facilidad de estos fenómenos.
La ecuación de Drake, además, aunque no es una fórmula al uso, ha dado pie a multitud de trabajos. En realidad, la ecuación es más bien un ejercicio de imaginación o reflexión. Muchos de sus parámetros no se pueden determinar, porque no existe la información necesaria. Eso no ha impedido que se haya utilizado en incontables ocasiones para realizar suposiciones sobre cuál podría ser la abundancia de civilizaciones en la galaxia. Ha permitido dar respuestas de todo tipo. Desde planteamientos optimistas (con muchas civilizaciones) a más pesimistas.
Una persona que se mantuvo activa durante toda su vida
Frank Drake nació el 28 de mayo de 1930 en Chicago. Se graduó en ingeniería física por la Universidad de Cornell y se doctoró en astronomía por Harvard. Fue profesor de astronomía en Cornell entre 1964 y 1984. Después, mantuvo una posición similar en la Universidad de California de 1984 a 1996. También dirigió el Centro Carl Sagan del Instituto SETI para el estudio de la vida en el universo. Fue miembro de la Academia Nacional de Ciencia, Ingeniería y Medicina de EE. UU. y formó parte del Consejo de Investigación Nacional del país, de 1989 a 1992.
Aquellos que le conocen destacan que Drake se mantuvo activo durante mucho tiempo en la comunidad científica. Prácticamente hasta el final de su vida. Nadia Drake, su hija, escribía que «mi padre fue querido por muchos, y por muchos motivos, pero sobre todo, hoy celebro su humanidad, su ternura y su espíritu amable«. «Un titán en vida. Mi padre deja una ausencia titánica. Era especial para muchos de vosotros, así que en nombre de todos en cuyas vidas ha influido: te queremos, papá. Nos querías, nos enseñaste, nos guiaste. Ad astra, mi querido Papa D. (Nadia lo llama así) Las estrellas son afortunadas«.
Frank Drake es, sin duda, una de las grandes figuras de la astronomía moderna. Su pasión por la búsqueda de la vida inteligente extraterrestre abrió el camino a muchos astrónomos que llegaron después. En el horizonte, sigue estando una de las grandes preguntas de la humanidad. ¿Estamos solos en el universo? Todo hace pensar que no debería ser así, aunque por ahora no hay señal alguna de otras civilizaciones. El trabajo de Frank Drake, sin duda, hace que estemos un poco más cerca de, algún día, poder contestar a esa pregunta…
Referencias: Space
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