Un nuevo estudio plantea que el polvo cósmico pudo tener un papel esencial en la aparición de la vida en la Tierra. Los aminoácidos, los bloques básicos de la vida, pudieron llegar a nuestro planeta a bordo de granos de polvo interestelar. Si es así, ayudaron a que la biología echase a andar…
El polvo cósmico pudo ser esencial para la aparición de vida
En un nuevo estudio, un grupo de investigadores ha analizado qué sucede con aminoácidos como la glicina o la alanina. ¿Podrían sobrevivir a las duras condiciones del espacio y llegar a la Tierra incrustados en el polvo cósmico? Los aminoácidos son los cimientos moleculares de las proteínas y las enzimas. Rigen cada proceso biológico en los organismos vivos. Aunque se debate desde hace mucho si estas moléculas se formaron en la Tierra, o llegaron desde el espacio, este estudio ofrece pruebas convincentes de que pudieron llegar desde el exterior.

El polvo cósmico pudo tener un papel clave en entregar ese material. El equipo sintetizó pequeñas partículas de silicato de magnesio amorfo. Es uno de los componentes principales del polvo cósmico y depositaron aminoácidos (glicina, alanina, ácido glutámico y ácido aspártico) en ellas. Por medio del estudio en el espectro infrarrojo y de rayos X, examinaron cómo se comportaban estas moléculas cuando las partículas de silicato se calentaban. Así, simulaban el calentamiento que sucedió en la infancia del Sistema Solar.
Así, determinaron que solo la glicina y la alanina se adhieren con éxito a las partículas de silicato. Estos aminoácidos formaron estructuras cristalinas y, en el caso de la alanina, permaneció estable a temperaturas por encima de su punto fusión. El estudio también determina que las dos moléculas espejo de la alanina (L-alanina y D-alanina) se comportan de manera diferente bajo el calor. La L-alanina mostraba más reactividad que la forma D. La glicina, por su parte, se perdía del silicato a temperaturas inferiores a su punto de descomposición puro.
El comportamiento de los aminoácidos
Es decir, se despegaba de la superficie del grano en lugar de descomponerse. El equipo preparó dos muestras de silicato amorfo y sometieron una prueba a un tratamiento de calor, antes de depositar los aminoácidos. Lo hicieron para eliminar los átomos de hidrógeno de la superficie del silicato, produciendo dos silicatos con diferentes propiedades en superficie. Algo que también se determinó que influye en la temperatura a la que se pierden los aminoácidos. Estas pequeñas diferencias podrían ser muy importantes para la vida.
Pudieron tener implicaciones profundas en los tipos de moléculas que sembraron la vida en el planeta. El estudio estaba limitado a un único componente del polvo cósmico, pero los hallazgos podrían apuntar a la existencia de un posible «mecanismo astromineralógico de selección». Se trataría de un proceso natural de filtrado donde la variedad limitada de superficies de granos disponibles implica que solo ciertos aminoácidos pueden pegarse a los granos de polvo. Los aminoácidos se forman en los mantos de hielo que cubren los granos de polvo cósmico.
Este mecanismo entraría en escena cuando el manto de hielo se sublimase en el espacio, junto a los aminoácidos que tuviese. Algo que sucedería cuando los granos de polvo se adentrasen más allá de lo que se conoce como la línea de nieve. Sucedería en regiones más cálidas, e interiores, del Sistema Solar en su juventud. Esto, a su vez, podría haber influido en qué moléculas fueron las que llegaron a la Tierra, moldeando la variedad de elementos orgánicos disponibles. El estudio, por tanto, apoya la idea de que los aminoácidos se formaron en mantos de hielo interestelar.
La vida podría tener más pistas del papel de ese polvo cósmico
Esos aminoácidos se debieron transferir a los granos de polvo de silicato y sobrevivieron lo suficiente para poder viajar hasta la Tierra. Esto debería haber sucedido hace entre 4400 y 3400 millones de años. Un período en el que tuvo lugar la formación de la corteza de la Tierra, y sus océanos, tras el bombardeo intenso tardío. Así como la aparición en el registro geológico de los primeros microfósiles. Los micrometeoritos antárticos y las muestras de cometas como Wild 2 y 67P/Churyumov-Gerasimenko han mostrado concentraciones altas de material orgánico.

Entre ese material también se han encontrado aminoácidos. Además, aunque en aquella época hubo impactos de cometas y asteroides, y ambos deberían contener aminoácidos, el flujo de micrometeoritos se cree que debió ser muy alto. Tanto que, seguramente, fue la fuente dominante de carbono orgánico en la Tierra en su juventud. Ese baño de la superficie de la Tierra con polvo espacial rico en los precursores de la vida, se plantea, podría haber compensado las cantidades limitadas de aminoácidos producidas a partir de la síntesis terrestre por sí sola.
Esas condiciones permitieron que la vida apareciese en nuestro planeta. La investigación del equipo aporta una pieza clave para los orígenes de la vida. Muestra que los granos de polvo interestelar no son solo transportadores de moléculas. Pueden influir activamente en qué compuestos orgánicos sobreviven y alcanzan planetas como el nuestro. Al entender estos procesos, los científicos pueden entender mejor cómo puede aparecer la vida en otros lugares del universo. Algo que ayudará a entender hasta qué punto podría ser abundante…
Estudio
El estudio es S. Thompson y S. Day; «Laboratory study of amino acids on amorphous Mg-silicate using infrared spectroscopy and X-ray diffraction – implications for the survival and delivery of interstellar organics to the solar nebula and early Earth». Publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society el 3 de septiembre de 2025. Puede consultarse en este enlace.
Referencias: Phys