En los últimos años, la estación Lunar Gateway ha parecido perder protagonismo. El programa Artemisa la ha trasladado desde ser una pieza esencial a algo secundario. Sin embargo, parece que su construcción podría seguir adelante recurriendo a la ayuda del sector aeroespacial privado…
El enfoque de la NASA en los próximos años
En marzo de 2019, la NASA anunció su plan para volver a la Luna con una misión tripulada en cinco años. Es lo que conocemos como el Programa Artemisa. Su llegada ha supuesto un gran cambio para la agencia espacial, obligando a reubicar elementos que ya estaban planificados. En este aspecto, una de las más afectadas, sin duda, es la Lunar Gateway, anteriormente conocida como el Portal de Espacio Profundo. Una estación que se encontraría en el espacio cislunar y que se desarrollaría en los próximos años. Originalmente, era una pieza clave.
La Lunar Gateway tenía que ser el punto de apoyo de un programa de exploración sostenible de la Luna. En marzo de 2020, la NASA anunció que la estación ya no era una prioridad y que el programa Artemisa dependería, en su lugar, de un aterrizador lunar integrado. Sin embargo, la agencia no ha abandonado su intención de construirla en algún momento, según se ha podido saber gracias a una entrevista del medio Ars Technica con Jim Bridenstine, el actual administrador de la NASA, y Doug Loverro, Administrador Asociado para la Exploración Humana.
Ambos han reiterado que la estación es una pieza clave para la agencia espacial, en sus planes a largo plazo. En ellos se contempla la exploración lunar y la creación de una presencia permanente en el satélite. Así como, también, ese objetivo distante, pero muy presente, de enviar una misión tripulada a Marte. En esa entrevista, han explicado, además, que la estación Lunar Gateway podría seguir adelante y convertirse en una realidad. Su construcción se llevaría a cabo con la ayuda de la popular compañía SpaceX, de Elon Musk, y su cohete Falcon Heavy.
Los planes de la Lunar Gateway
En estos momentos, las intenciones de la NASA pasan por lanzar los dos primeros elementos de la Lunar Gateway en 2023. Se enviarán como una única carga utilizando un socio comercial. Se trataría del núcleo de la futura estación, en la que se incluirían el elemento de Propulsión y Energía (PPE, por sus siglas en inglés), construido por la empresa Maxar Technologies, y el puesto de Habitación y Logística (HALO, por sus siglas en inglés), fabricado por Northrop Grumman. Originalmente, se esperaba tener el módulo PPE para 2022.
Así, se podría haber lanzado como parte de la misión Artemisa 2. Sin embargo, su plan ahora es lanzarlo un año después, en 2023, utilizando un cohete Falcon Heavy de SpaceX. El módulo incluirá un sistema de propulsión eléctrico solar de 50 kilovatios (SEP, por sus siglas en inglés), que actuará como mando móvil y módulo de servicio para las misiones a la superficie de la Luna; así como módulo de comunicaciones. El módulo HALO será, por su parte, el centro de la Lunar Gateway y la cabina de tripulación, que conectaría el PPE y la nave Orión con otros elementos.
Entre esos elementos se encuentra el Sistema de Aterrizaje Humano (HLS), un módulo lunar reutilizable que podría ser enviado tanto desde la nave Orión como desde la Lunar Gateway. Hace solo unos días, la NASA anunciaba las tres empresas que llevarán a cabo su construcción, a través del programa NextSTEP-2. Los dos primeros elementos de la estación se construirán en la superficie, antes de su lanzamiento, para eliminar riesgos y abaratar el coste del lanzamiento. La NASA seguirá trabajando con otros socios comerciales para desarrollar el resto de elementos.
Otras agencias espaciales también participarán
Además de los módulos PPE y HALO, otras agencias y empresas están participando en el desarrollo de la futura Lunar Gateway. Por ejemplo, el Módulo de Habitación Internacional (iHAB) por parte de Airbus y OHB. El módulo de servicio ESPRIT por la Agencia Espacial Europea y JAXA. El módulo de escotilla por Roscosmos, para permitir acoplamientos y paseos espaciales. Así como varios módulos logísticos para el repostaje y los suministros, utilizando un brazo robótico desarrollado por la agencia espacial de Canadá. Todo ello también está planificado.
Además, han explicado que desde NASA se ha simplificado el proceso de construcción de la Lunar Gateway. Se han eliminado dos puntos de acoplamiento, un módulo de servició de propulsión, un sistema de energía adicional, y otros elementos. Esto, junto a una prioridad más baja, para la construcción de la estación en sí, buscan como objetivo minimizar los riesgos asociados con el conjunto del Programa Artemisa. Algo que busca garantizar el éxito de Artemisa III, que será la misión clave en los próximos años. La primera misión tripulada.
En 2024, será Artemisa III quien lleve a la primera mujer (y siguiente hombre) a la superficie de la Luna. Todas estas decisiones se han tomado para poder asegurar que suceda en los plazos establecidos. La Lunar Gateway parece la gran perjudicada, pero al menos parece que la veremos en algún momento. El apoyo de socios comerciales y de otras agencias espaciales permitirá que podamos tener, en unos años, una nueva estación espacial. Sea como fuere, el entorno de la Luna va a cambiar de una forma muy llamativa en los próximos años…
Referencias: Universe Today, Ars Technica
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