Cuando el telescopio Nancy Grace Roman despegue en octubre de 2026, no solo analizará el universo más lejano, también estudiará asteroides en nuestro entorno. Será un potente observatorio que podrá actuar como una herramienta más en la tarea de protección del planeta…
Roman también estudiará asteroides y protegerá la Tierra
Entre las muchas tareas del telescopio espacial Nancy Grace Roman, estarán las de observar los confines del universo, estudiar la energía oscura y los exoplanetas. Este potente telescopio también va a servir como un guardián para la Tierra. Ayudará a los científicos a entender y monitorizar los asteroides y cometas potencialmente peligrosos que puedan amenazar nuestro planeta. Lo que hace que Roman sea especialmente valioso en la defensa planetaria es su capacidad de medir las propiedades físicas de estas rocas espaciales con mucha precisión.

Será una herramienta más precisa que sus antecesores. Otros telescopios son capaces de observarlos, pero Roman estudiará asteroides y podrá determinar su tamaño, forma, composición y rumbo orbital exacto. Está información tan detallada es clave para entender qué objetos son un peligro real y cuáles son inofensivos. El telescopio no va a trabajar en solitario en esta tarea de observación de nuestro vecindario. Le acompañarán otras dos grandes instalaciones que permitirán crear una red de defensa planetaria muy detallada.
Conjuntamente cubrirán buena parte del espectro electromagnético. El Observatorio Vera C. Rubin, que ya está en marcha en Chile, utiliza la luz visible para analizar el cielo y se espera que descubra 100 000 nuevos objetos cercanos a la Tierra. Por su parte, NEO Surveyor, un próximo telescopio espacial, observará en el espectro del infrarrojo medio, donde los asteroides brillan por el calor que emiten. Se espera que pueda llegar a descubrir entre 200 000 y 300 000 objetos cercanos a nuestro planeta. Algunos con diámetros tan pequeños como 20 metros.
Los beneficios de cada telescopio
Cada observatorio tiene una fortaleza diferente y por eso se complementarán muy bien. El observatorio Vera Rubin destaca a la hora de encontrar nuevos objetos en grandes regiones del cielo. NEO Surveyor puede detectar la firma térmica de asteroides pequeños, que sean demasiado tenues como para verlos en el espectro visible. Roman, por su parte, tiene una resolución muy alta y puede observar en el infrarrojo cercano. Por lo que proporcionará observaciones detalladas, que permitirán entender realmente cómo son estos objetos.
Una de las contribuciones más importantes será la mejora, muy significativa, de las órbitas de los asteroides. Las mediciones actuales de las trayectorias de objetos cercanos a la Tierra se verán mejoradas notablemente. Esto permitirá que las predicciones de su comportamiento en el futuro sea miles de veces más preciso. Algo que será clave para determinar si un asteroide, que se descubra hoy, podría llegar a ser una amenaza dentro de varias décadas. Roman también trabajará estrechamente con el telescopio espacial NEO Surveyor.
Proporcionará medidas precisas de tamaño y brillo de los asteroides. Al observar los mismos objetos en diferentes longitudes de onda del espectro infrarrojo, los dos telescopios podrán determinar tanto el tamaño del asteroide como la cantidad de luz que refleja su superficie. Ambos son factores clave para evaluar el posible daño que podría provocar ese asteroide si colisionase con nuestro planeta. Pero además, Roman será capaz de identificar las composiciones y tipos espectrales incluso de los objetos más pequeños cercanos a nuestro planeta.
Roman también estudiará la composición de los asteroides y su posible uso
Esto permitirá entender de qué están hechos los asteroides. Se podrá determinar si son rocosos, metálicos o congelados. Algo que afectará tanto a su posible impacto y su valor como futuros recursos para la exploración espacial. Para cumplir con estos objetivos, NASA necesitará desarrollar nuevas técnicas de proceso de datos, diseñadas específicamente para extraer información de imágenes que muestran a objetos moviéndose rápidamente. Es algo que contrasta con las galaxias lejanas que observará, que parecen objetos estacionarios.

Los asteroides aparecerán como estelas en el campo de visión del telescopio espacial Nancy Grace Roman y eso obligará a utilizar software especializado para poder seguirlos y medir sus propiedades de manera precisa. El momento de lanzamiento de estas misiones creará una oportunidad sin precedentes para la defensa planetaria. Conjuntamente, proporcionarán el censo más detallado de asteroides potencialmente peligrosos que se haya recopilado hasta el momento. Este conocimiento es clave, no solo para proteger la Tierra de sus impactos.
También para entender cómo es la población de objetos pequeños que han perdurado como restos del proceso de formación del Sistema Solar. Estos asteroides no solo son interesantes por la necesidad de entender el riesgo que pueden presentar para nuestro planeta (si es que lo suponen). También son una oportunidad fantástica para comprender mejor cómo fue la infancia del Sistema Solar y qué sucedió con esos objetos que no llegaron a participar en la formación de los planetas. Los próximos años serán muy importantes para entender mejor nuestro vecindario.
Estudio
El estudio es B. Holler, R. Cosentino, W. Schultz et al.; «The Roman Space Telescope as a Planetary Defense Asset». Puede consultarse en arXiv, en este enlace.
Referencias: Universe Today