Esta semana, en Astrobitácora 5×09, hablamos de si el telescopio James Webb podría tener la potencia suficiente para llegar a captar las estrellas de Población III de manera individual. Además, en YouTube, hablamos de la propuesta de construir una sombrilla espacial para combatir el calentamiento global…
Astrobitácora 5×09: James Webb y las estrellas de Población III
Uno de los grandes objetivos, con el que se construyó el telescopio espacial James Webb, es el lograr observar las llamadas estrellas de Población III. Es un grupo hipotético pero que, en realidad, tuvo que existir en los primeros momentos de la historia del universo. Debieron aparecer entre 50 y 100 millones de años después del Big Bang. Estas estrellas solo podían estar formadas por hidrógeno y helio, los elementos disponibles en aquel momento. Es decir, no podían contener otros elementos, porque los forjaron esas mismas estrellas.
La pregunta, sin embargo, es si el telescopio James Webb podría llegar a observar estas estrellas de manera individual. Algo que solo se podría conseguir con la ayuda de una lente gravitacional. El inconveniente es que, por ahora, la estrella más lejana que se ha observado de manera individual es Earendel. Está a más de 12 000 millones de años-luz, pero para ver las de Población III hace falta ir todavía más lejos. Su descubrimiento sería tremendamente útil. No solo para confirmar la existencia de estas primeras estrellas del cosmos, también para profundizar en sus particularidades.
Estas estrellas fueron mucho más masivas que las que se pueden encontrar en nuestro entorno. Es posible que las más masivas llegasen a tener alrededor de 1000 veces la masa del Sol (es decir, 1000 masas solares). Además, su existencia podría permitir explicar la formación de los agujeros negros supermasivos. Las bestias cósmicas en el corazón de galaxias grandes, como la Vía Láctea. Como siempre, puedes escuchar Astrobitácora 5×09 en iVoox, en su aplicación de iOS y Android, en la web, en este enlace, o si lo prefieres, aquí mismo:
YouTube: Una sombrilla espacial para combatir el calentamiento global
El calentamiento global es una de las grandes preocupaciones (y amenazas) de la sociedad actual. No es sorprendente que, de cuando en cuando, surjan posibles soluciones que parecen propias de la ciencia ficción. Es el caso de la sombrilla solar (o espacial, sunshade en inglés). La idea es aparentemente sencilla. Construir una sombrilla a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, en la dirección del Sol. Esto permitiría reducir parte de la radiación solar que llega a nuestro planeta y, en consecuencia, reducir el impacto del calentamiento global.
En los últimos años, diferentes equipos han abordado este asunto desde una perspectiva muy seria. Lo más intrigante es que, desde el punto de vista tecnológico, cada vez estamos más cerca de poder pensar en realizar algo así. Si bien no quiere decir que sea un proyecto que se pudiese llevar a cabo de manera inmediata. A esto hay que sumarle un aspecto que quizá sí resulte mucho más obvio. El impacto de un proyecto así, a escala global, es difícil de predecir. ¿Qué consecuencias tendría para los diferentes ecosistemas del planeta?
No solo eso, ¿qué hay del aspecto político? ¿Qué países deberían involucrarse? ¿Qué sucede en cuanto a los países que quieran participar pero, por algún motivo, puedan ser excluidos? Son preguntas difíciles de responder y que sirven para poner de relieve la importancia de una estrategia adecuada en la lucha contra el calentamiento global. A fin de cuentas, es algo que afecta a toda la población del planeta. De esto, y de mucho más, hablamos en el vídeo de esta semana, que puedes ver en el canal de YouTube, en este enlace, o al principio de este artículo.
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