El pasado viernes, 3 de mayo, China lanzó la sonda Chang’e 6 con destino a la cara oculta de la Luna. Si no hay sobresaltos, aterrizará allí y recogerá muestras, que traerá de vuelta a nuestro planeta. Permitirá entender mejor las diferencias entre los dos hemisferios de nuestro satélite…
La sonda Chang’e 6 es un paso más en la exploración espacial china
China está avanzando a pasos agigantados en su programa de exploración espacial, que cada vez es más sofisticado. Ahora mismo, en opinión de muchos, está compitiendo con Estados Unidos por el liderazgo en el espacio. Además, el gigante asiático ahora tiene una estación espacial tripulada, que está ocupada ahora mismo por tres astronautas chinos. El objetivo del país es lograr que, en 2030, pueda enviar seres humanos a la Luna. En los próximos cuatro años, por si todo esto no fuese suficiente, hay cuatro misiones planeadas que enviarán más sondas a la Luna.
Lejos de la exposición a la Tierra y otras interferencias, la cara oculta de la Luna, todavía misteriosa, es perfecta para la radioastronomía y otras investigaciones científicas. Sin embargo, tiene el reto añadido de que, como ese hemisferio nunca apunta a nuestro planeta, es necesario contar con un satélite de comunicaciones que actúe como punto intermedio. El lanzamiento se produjo sin grandes sobresaltos. Unos 35 minutos después del despegue (desde el centro espacial de Wenchang, en la isla de Hainan), Chang’e 6 se separó del cohete.
Poco después, se anunciaba que el lanzamiento había sido un éxito absoluto. La Agencia Espacial de Filipinas, por su parte, anunciaba que los restos del cohete deberían caer donde se había proyectado. En 2021, hay que recordar, China fue obligada a explicar la gestión que realiza de sus cohetes, después de que una de las fases se desintegrase, de manera descontrolada, sobre el Océano Índico tras su retorno a la Tierra. El administrador de NASA (entre otros) acusó a Pekín de actuar de manera peligrosa al no realizar una reentrada controlada.
Un lanzamiento multitudinario
El lanzamiento atrajo a una gran cantidad de público a las costas de Hainan. Pudieron presenciar el despegue aprovechando que tuvo lugar en medio de las festividades (de cinco días de duración) del día de mayo de China. Al igual que en lanzamientos anteriores, también fue retransmitido por la cadena estatal CCTV. Tras llegar a la Luna, entrará en su órbita y el aterrizador se separará de la nave. 48 horas después, descenderá a la superficie lunar y recogerá muestras del suelo con la ayuda de su brazo robótico. Después, comenzará la segunda parte de la misión.
Las muestras estarán selladas en un contenedor y el aterrizador se conectará con la sonda de regreso de vuelta a la Tierra. Toda la misión durará, de principio a fin, 53 días. En 2020, China ya logró traer muestras de la cara visible de la Luna. Fue la primera vez que se lograba desde que lo hiciera la antigua Unión Soviética en 1976. El análisis de esas muestras permitió comprender que había agua en pequeñas perlas incrustadas en el polvo lunar. Además, hace solo unos días, tres astronautas regresaban al planeta después de seis meses en la estación espacial Tiangong.
El país construyó su estación espacial tras ser excluido de la Estación Espacial Internacional. Principalmente por las preocupaciones de Estados Unidos sobre el control militar total del programa espacial de China. Algo que surge en medio de la competición tecnológica entre ambos países. Las leyes de Estados Unidos, de hecho, impiden prácticamente toda la cooperación entre los programas espaciales de Estados Unidos y China, a menos que haya una aprobación explícita del congreso. Esto ha limitado los movimientos de China.
China se enfrenta a muchas limitaciones
China ha expandido la cooperación con otros países y agencias. En esta misión, la sonda Chang’e 6 lleva instrumentos científicos de Francia, Italia y la Agencia Espacial Europea (en cooperación con Suecia). En el cohete también viajaba un pequeño satélite pakistaní. Además de buscar enviar astronautas a la Luna en 2030, China también quiere traer muestras de Marte en ese mismo año y lanzar tres sondas lunares en los próximos cuatro años. La próxima misión está programada para 2027. A más largo plazo, también se habla de una base lunar.
Por ahora, sin embargo, parece estar en fase conceptual. China ha avanzado mucho desde que llevase a cabo su primera misión tripulada en 2003. En aquel momento se convirtió en el tercer país, tras la Unión Soviética y Estados Unidos, en enviar una persona al espacio usando sus propios recursos. En 2021, lanzó la estación Tiangong, compuesta por tres módulos y más pequeña que la Estación Espacial Internacional, cuya construcción terminó 18 meses después. La estación puede albergar hasta a seis astronautas y se dedica a la investigación científica.
Próximamente, la tripulación instalará equipo de protección frente a la basura espacial y se realizarán diferentes experimentos. China también ha dicho que, tarde o temprano, espera abrir el acceso a la estación a astronautas extranjeros y, también, turistas espaciales. La Estación Espacial Internacional está llegando al final de su vida, por lo que es posible que China llegue a ser el único país que tenga una estación tripulada en órbita. Veremos qué sucede en los próximos años, pero la carrera espacial entre Estados Unidos y China parece estar a pleno rendimiento.
Referencias: Phys
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