¿Cómo sería una civilización marciana? Aunque procedan de la Tierra, los habitantes de Marte tendrán costumbres y perspectivas diferentes. En esta segunda entrega, Nick Nielsen continua profundizando en el camino que seguirán ambas civilizaciones. Puedes leer la primera parte aquí.

Nota: Esta serie de dos artículos es la traducción (casi literal) de un ensayo, publicado por Nick Nielsen en el popular blog Centauri Dreams.

La «revolución urbana» de Vere Gordon Childe en Marte

Vere Gordon Childe, en la década de 1930.
Crédito: Swan Watson, Andrew – The National Library of Australia

Una de las consideraciones más influyentes sobre el origen de una civilización es la de Vere Gordon Childe. Irónicamente, no se consideró explicítamente como un signo de civilización, si no de revolución urbana. Es decir, del origen de las ciudades. Hay amplia literatura sobre el concepto de Childe, y se ha convertido en un punto común para muchos arqueólogos. Especialmente aquellos que formulan teorías sobre el origen de la civilización.

Childe diseñó una lista de criterios sobre la revolución urbana como definición de una civilización. Algo es una civilización si posee la mayor parte de ellos. Algunos prehistoriadores han retocado y ajustado el modelo de Childe, pero a grandes rasgos permanece intacto. Sigue siendo una influencia en el mundo de las reflexiones arqueológicas sobre la civilización incluso en la actualidad. En realidad, el arqueólogo australiano nunca afirmó que esos criterios constituyesen la definición de una civilización, aunque bien podría haberlo hecho.

A fin de cuentas, esa es la lección que se desprende de su estudio. La revolución urbana supone la aparición revolucionaria de muchas ciudades. En cierto modo, es una representación burda de lo que supone una civilización. Una red de ciudades que participa activamente, ya sea cooperando o entrando en conflicto con otras. Ese patrón está presente en Mesopotamia, Mesoamérica y el Valle del Indo, y seguramente lo encontraremos allá donde surja una civilización.

Los asentamientos de Marte

Concepto artístico (de 1989) de una misión a Marte.
Crédito: Les Bossinas of NASA Lewis Research Center

El ejemplo es muy fácil de trasladar al planeta rojo. Volvamos a ese enjambre de asentamientos temporales y permanentes que se mencionaba en la primera parte. Cuando comiencen a relacionarse, y a participar activamente en la cooperación y en los conflictos, tendremos una señal inequívoca de una civilización marciana. A medida que esa civilización crezca, se unificará y se convertirá en una civilización planetaria. Evolucionará bajo las mismas condiciones, de forma uniforme. Igual que ha sucedido con la civilización terrestre en la Tierra.

En Marte, la comunicación entre las regiones del planeta será casi instantánea. Del mismo modo que lo es la comunicación en la Tierra en la actualidad. El vecindario de Marte, sus satélites y sus estaciones espaciales, también formarán parte de esa red instantánea. Marte tendrá su propia red de Internet. Probablemente se actualizará de manera regular. Será como un sistema de respaldo, en el que tanto la Tierra como Marte se respaldarán mutuamente. Las redes sociales marcianas estarán dominadas por la actualidad del planeta rojo. Exactamente de la misma manera en que las redes sociales terrestres están dominadas por la actualidad de la Tierra.

Dos civilizaciones planetarias proyectadas al cosmos

Una ilustración de comerciantes en la Ruta de la Seda

Un planeta es una unidad natural para una civilización. La civilización planetaria es el propósito definitivo de la civilización. Más allá de la perspectiva de una civilización planetaria hay diferentes problemas. La comunicación se verá afectada por los retrasos relativistas, que serán más grandes cuanto mayor sea la distancia que separe a los interlocutores. Habrá comunicación entre Marte y la Tierra, pero será extraña y un tanto artificial.

También habrá comercio, probablemente de objetos valiosos, de una manera muy similar a la Ruta de la Seda. Sirvió para conectar, vagamente, el antiguo este con el antiguo oeste. La comunicación y el comercio, sin embargo, reforzarán a las unidades planetarias naturales de la Tierra y Marte, más que unirlas. A fin de cuentas, lo que se comercie y lo que se comunique (además de lo que no se comercie y no se comunique) es lo que definirá un sistema de significados y valores. Estos sistemas serán diferentes en ambos planetas.

Una civilización por encima de las civilizaciones

Recreación artística del interior de un cilindro de O’Neill.
Crédito: Rick Guidice, NASA Ames Research Center

Siempre podremos formular una definición más completa de civilización. Una en que se incluya a ambas. No es descabellado pensar que podríamos definirla como la civilización humana, ya que ese concepto estará, necesariamente, basado en las propiedades comunes a ambas civilizaciones. Del mismo modo que hoy podemos hablar de una civilización planetaria que engloba muchas de las civilizaciones regionales. Al fin y al cabo, han crecido juntas al ritmo al que el transporte, las comunicaciones y las redes de comercio han integrado a todo el planeta.

Quizá esa definición de civilización planetaria podría considerarse una civilización de novo. A medida que esa civilización planetaria converja en la totalidad, llegará el siguiente paso en la organización social a gran escala. En ese punto habrá interacciones entre las diferentes civilizaciones planetarias. A saber, las civilizaciones de la Tierra, Marte, la Luna y otros lugares, incluyendo los hábitats artificiales.

El ejemplo del Nuevo Mundo

Comerciantes de pieles en Canadá, comerciando con los indios en 1777.
Crédito: William Faden – Library and Archives Canada

Es interesante observar las diferencias en los asentamientos del Nuevo Mundo. Particularmente, aquellas entre las regiones pobladas por la gente llegada del Viejo Mundo, y aquellas pobladas por personas procedentes de asentamientos anteriores. Así, mientras Nueva Inglaterra estaba poblada por Puritanos de Inglaterra, las dos Carolinas (de Estados Unidos) estaban pobladas por plantadores caribeños.

La caña de azúcar era una plantación tan lucrativa que cada trozo de tierra, disponible en las Islas del Caribe, era cubierta con sus plantas. A su vez, estas plantaciones necesitan recibir alimentos y materiales de construcción, así que las Carolinas estaban pobladas para producir el sustento y los bienes necesarios para la cultura de exportación de las plantaciones caribeñas. Las diferencias culturas entre ambas regiones persisten hasta la actualidad, y es probable que continúen persistiendo en el futuro.

La huella en el universo

Marte podría ser el origen de una civilización de viajeros espaciales.
Crédito: Jack Coggins

Sería razonable esperar que un patrón similar aparecerá en los asentamientos del Sistema Solar. Algunas colonias se establecerán directamente desde la Tierra. Otras lo harán desde los asentamientos marcianos y lunares, cuando estas últimas hayan alcanzado un nivel de desarrollo suficiente como para organizar sus labores de colonización por su propia cuenta. De esta manera, las diferencias características entre la civilización terrestre y marciana se perpetuará a lo largo del sistema Solar. Quizá incluso a lo largo de la galaxia. Podrían persistir incluso hasta mucho tiempo después de que cualquier rivalidad entre la Tierra y Marte deje de ser políticamente relevante.

Pero, al final, ¿qué civilización dejará una mayor huella en el universo? El hecho de que los marcianos ya habrán realizado el primer salto de la Tierra a Marte, representando la primera diáspora espacial, así como la desproporcionada cantidad de conocimiento científico y técnico que tendrán a su disposición, les predispondrá a que el proyecto central de su civilización esté centrado en el viaje espacial.

Cuando los marcianos hayan asegurado su supervivencia e independencia, el Sistema Solar será su siguiente paso. Marte es la base perfecta para una civilización de viajeros espaciales, con una gravedad más baja, que hará la construcción de un ascensor espacial más fácil que en la Tierra. Además, estará más cerca del cinturón de asteroides. Por ello, incluso si no llega a surgir una civilización de científicos y viajeros espaciales en la Tierra, puede que las condiciones sociales de Marte sean más favorables para propiciarlo…

Fuente: Centauri Dreams