La superficie de la Luna no es el lugar más apropiado para establecer una base lunar. Sin embargo, un tubo de lava sí que podría proporcionar la protección adecuada para los astronautas. Incluso, a largo plazo, podrían usarse para albergar ciudades enteras…

Un tubo de lava para construir un hábitat lunar

Concepto artístico de base lunar.
Crédito: NASA

Gracias a un nuevo estudio, publicado en la revista Geophysical Research Letters, hemos descubierto la existencia de un gran tubo de lava en las Colinas Marius. Son una pequeña región de cuencas volcánicas situada en el Océano de las Tormentas, en la Luna. El hallazgo nos proporciona un lugar perfecto para poder proteger a los astronautas de las difíciles condiciones que se dan en la superficie de nuestro satélite.

Ninguna persona ha estado en la luna más de tres días. Los trajes espaciales no son suficientes para proteger a los astronautas de todos sus peligros. La variación de temperatura es extrema. La radiación no encuentra freno al no haber un campo magnético que pueda repelerla. Además, los impactos de meteorito sí son una amenaza a tener en cuenta. En la Tierra, la atmósfera se encarga de desintegrarlos.

Así que el mejor lugar para buscar protección es bajo la superficie de la luna. Ahí entra en juego el tubo de lava. Hay muchos. De hecho, se forman de manera natural cuando el flujo de lava crea una corteza dura. Esta se condensa y forma un techo sobre el flujo de lava que todavía transcurre por debajo. Con el tiempo, esa corriente cesa y, en ocasiones, el túnel se seca, formando un hueco completamente vacío.

El papel de los tubos de lava

La ciudad de Filadelfia a escala, dentro de un tubo de lava de la Luna.
Crédito: David Blair/Purdue Unversity

Así que localizar un tubo de lava es una buena noticia. Especialmente ahora que parece que vuelven a cobrar fuerza los planes de construir una base lunar. Poco a poco, parece que la atención se va centrando en nuestro satélite. Parece evidente, también para la NASA, que la Luna tiene que ser una parada obligatoria antes de emprender el largo y complicado viaje a Marte. El planeta rojo es un objetivo muy ambicioso, y que entraña muchos riesgos.

También es útil para la ciencia más básica. En el interior de un tubo de lava podríamos descubrir nuevos tipos de roca. También analizar los datos de la corriente de lava, y datos se posibles movimientos sísmicos lunares. El estudio, llevado a cabo por investigadores de JAXA (la agencia espacial japonesa) se ha centrado en un tubo de lava localizado en las colinas Marius. La detección ha sido posible gracias al análisis de los datos de radar de la nave SELENE.

Así, se ha encontrado la entrada a un tubo de lava en esta región de la Luna. La pista está en el patrón del eco de radar. La potencia de la señal disminuye y se produce un segundo pico de eco, que, según los investigadores, son la evidencia de que hay un tubo. Los dos ecos se corresponden con los reflejos del radar sobre la superficie de la luna y el suelo y techo del tubo de lava. Además, el patrón ha sido visto en otros lugares alrededor de esa entrada. Es decir, podría haber más de un tubo de lava.

Un trabajo complicado

En la Colina Marius se han encontrado evidencias de un tubo de lava bajo sus superficie

La Colina Marius, observada por SELENE.
Crédito: NASA/Goddard/Arizona State University

En realidad, el sistema de radar de SELENE no fue diseñado para detectar tubos de lava. La nave fue construida para estudiar el origen de la Luna y su evolución geológica. Así que no voló lo suficientemente cerca de la superficie como para conseguir información completamente detallada sobre lo que podría encontrarse por debajo. Así que los científicos japoneses decidieron utilizar sus datos y cotejarlos con los de la misión GRAIL, de la NASA.

GRAIL es una misión dedicada a analizar el campo gravitacional de nuestro satélite. Investigando las zonas en las que GRAIL identificó que hay un déficit de masa, es decir, menos masa bajo la superficie, fueron capaces de reducir la cantidad de datos que debían ser analizados. Los científicos japoneses solo sabían que había un tubo de lava, pero no sabían hasta donde se extendía la cavidad subterránea.

Con la ayuda de la NASA, fueron capaces de descubrir que es parte de un sistema mucho más grande. Los tubos de lava también existen en la Tierra. Sin embargo, los de la Luna son mucho más grandes. Para que sean detectables en los datos de gravedad, es necesario que tengan una extensión de varios kilómetros, y al menos una altura y ancho de un kilómetro. O lo que es lo mismo, en el tubo de lava que han encontrado en Marius Hills, se podría construir una ciudad equivalente a las más grandes de Estados Unidos.

Un hallazgo que puede ser muy útil

Concepto artístico de una base lunar.
Crédito: Science Photo Library

Ya se había especulado en el pasado con la existencia de tubos de lava en la Luna. La combinación de datos de radar y de gravedad, usados en este estudio, nos da una imagen bastante clara de cómo son, cuál es su tamaño y hasta qué profundidad se extienden. La información puede resultar muy útil a largo plazo. De momento, no hay planes definidos, pero tarde o temprano, llegará el momento de construir una base en la Luna.

Hace poco, de hecho, Estados Unidos también ha anunciado que va a poner su atención en la Luna. Es un cambio importante para la NASA, que bajo la dirección de Barack Obama decidió abandonar los planes de visitar el satélite en favor de ir a Marte. Ahora, parece que la NASA vuelve a centrarse en la Luna. Las buenas noticias es que no se trata de un plan sustitutivo. En su lugar, se considera que la Luna tiene que ser un paso intermedio necesario antes de viajar al planeta rojo.

De una manera u otra, la exploración espacial parece estar cobrando mucha fuerza en los últimos años. Ya conocemos los planes de Elon Musk para Marte. También sabemos que la NASA quiere construir una estación espacial en la órbita de la Luna. Marte sigue en el punto de mira, pero centrarse en la Luna, al menos en los próximos años, parece un paso lógico. Es un lugar mucho más cercano con el que experimentar y, en caso necesario, acudir en auxilio de los astronautas.

El estudio es T. Kaku, J. Haruyama, W. Miyake et al.; «Detection of intact lava tubes at Marius Hills on the Moon by SELENE (Kaguya) Lunar Radar Sounder». Publicado en la revista Geophysical Research Letters el 17 de octubre de 2017. Puede ser consultado en este enlace.

Referencias: Phys.org