Un grupo de investigadores ha descubierto que titán tiene olas, que han moldeado las líneas costeras de sus lagos y mares. Es un resultado de lo más llamativo porque nos ofrece una oportunidad única de entender el satélite más grande de Saturno. Lo hace de una manera que nos resulta muy familiar…
Las olas que tiene Titán son suficientemente intensas para causar erosión
Titán es el satélite más grande de Saturno. Junto a la Tierra, destaca por ser el único objeto que tiene ríos, lagos y mares. Si bien en su caso están compuestos por hidrocarburos. La existencia de estos lagos y mares se confirmó en 2007 con la misión de la sonda Cassini. Desde entonces se ha estudiado las imágenes de Titán, y otros datos, para comprender mejor ese entorno líquido. Ahora, un grupo de investigadores ha analizado las líneas costeras del satélite. Con la ayuda de simulaciones, han podido explicar que su aspecto se debe, seguramente, a la erosión por olas.
Hasta ahora solo se habían encontrado señales indirectas y contradictorias de posible actividad de olas. Para determinar su existencia, los investigadores recurrieron a una herramienta diferente. Crearon un modelo que analizase de qué manera se puede erosionar un lago en la Tierra. Después lo aplicaron a los mares de Titán para determinar qué tipo de erosión podría haber producido las líneas costeras observadas por la sonda Cassini. La explicación más probable era la actividad de olas. Si bien es cierto que no pueden asegurarlo por completo.
Para confirmarlo, habrá que observar olas en Titán directamente. En cualquier caso, los resultados muestran que sus costas se han erosionado. Los investigadores explican que, si pudiésemos estar en la costa de uno de esos mares, podríamos ver olas de hidrocarburos llegando a las playas. Sucedería durante las tormentas. Por sus características, tendrían la capacidad de erosionar el material costero. Desde que Cassini observase masas de líquido en la superficie de Titán, la existencia de olas ha sido un tema muy controvertido…
En busca de las pistas más convincentes
En el pasado se intentó captar la actividad de estas olas. En algunos estudios lo que se vio era que los mares eran aparentemente muy tranquilos. Otros dejaban la puerta abierta a que quizás hubiese algún tipo de actividad. Descubrir si Titán puede tener olas puede ser algo crucial. Esto daría información a los científicos sobre el clima del satélite. Cosas como la fuerza del viento necesario para provocar las olas. Además, ayudaría a predecir la evolución de esos mares con el paso del tiempo. Para determinar su presencia, los investigadores han optado por un enfoque diferente.
Explican que en lugar de buscar actividad de olas, se han fijado en el aspecto de la costa. El objetivo era buscar posibles señales de erosión. Los investigadores se centraron en tres posibles escenarios. Uno sin erosión costera. Otro con erosión por la actividad de olas. El último dictado por la erosión uniforme por disolución (en la que un líquido, de manera pasiva, disuelve el material de la costa), o algún otro mecanismo que provoque esa erosión de manera gradual bajo su propio peso. Después simularon qué tipo de evolución provocaría cada uno de estos escenarios.
Realizaron estas simulaciones y compararon los resultados para cientos de posibles aspectos de las líneas costeras de Titán. Así, determinaron que el aspecto de la costa es muy diferente en función del mecanismo que se utilice en las simulaciones. Después comprobaron los resultados comparando su simulación con lagos reales en la Tierra. Observaron la misma diferencia en la forma de la costa, en función de qué mecanismo hubiese provocado su erosión. Es decir, el modelo mostraba claramente qué mecanismo era el que explicaba la evolución de las costas analizadas.
Titán tiene olas, o lo parece, pero habrá que esperar hasta confirmarlo
Con todo esto en mente, centraron su atención en cuatro de los mares más grandes de Titán. El Kraken Mare (con un tamaño similar al Mar Caspio), el Mare Ligeia, Punga Mare y Ontario Lacus. Los investigadores crearon un mapa de las líneas costeras de cada uno de estos mares con las imágenes de Cassini. Después utilizaron su modelo para ver qué mecanismo de erosión explicaba mejor su aspecto. En los cuatro casos, el modelo de erosión por olas era el que mejor encajaba. Su forma se corresponde muy bien con la erosión que provoca este mecanismo.
Ahora, los investigadores están trabajando en determinar qué intensidad deben tener los vientos en Titán para poder formar olas. Especialmente unas que, de manera repetida, puedan chocar con las costas para erosionarlas. También esperan comprender, a partir de la forma de estas costas, desde qué dirección suele soplar el viento. El caso de Titán es extremadamente interesante. Como dicen los investigadores, nos encontramos ante un sistema que se ha mantenido intacto durante mucho tiempo. Es una gran oportunidad de aprendizaje.
Su estudio podría ayudar a comprender aspectos fundamentales sobre la erosión de las costas sin la influencia del ser humano. Algo que quizás podría ayudar a que en la tierra podamos gestionar mejor nuestras costas en el futuro. Sea como fuere, seguramente habrá que esperar hasta la misión Dragonfly para poder entender mejor cómo son esas olas que tiene Titán. Aunque para ello habrá que armarse de paciencia. La misión no despegará hasta 2028. Después habrá que esperar hasta 2034 para que llegue a su destino y comience sus observaciones…
Estudio
El estudio es R. Palermo, A. Ashton, J. Soderblom et al.; «Signatures of wave erosion in Titan’s coasts». Publicado en la revista Science Advances el 19 de junio de 2024. Puede consultarse en este enlace.
Referencias: MIT
Leave a Comment