El Telescopio Muy Grande, del ESO (Observatorio Austral Europeo) ha conseguido superar la calidad de imagen del telescopio Hubble. Lo más interesante, es que lo ha hecho desde la superficie de la Tierra. Las dificultades son mayores y, por eso, es muy prometedor…

El desafío del Telescopio Muy Grande

El Telescopio Muy Grande supera la definición del Hubble

El Telescopio Muy Grande, en el observatorio de Paranal.
Crédito: ESO/G.Hüdepohl (atacamaphoto.com)

El Telescopio Muy Grande cuenta con un nuevo modo de visión, llamado tomografía láser. Con él, ha sido capaz de capturar la imagen más definida de Neptuno y otros objetos.El instrumento MUSE utiliza este nuevo módulo adaptativo, llamado GALACSI. Esta nueva técnica, la tomografía láser, permite corregir la turbulencia de la atmósfera a diferentes alturas. Por lo que es posible capturar imágenes, en el espectro visible, con más definición que las del telescopio Hubble.

Tiene mucho mérito, si tenemos en cuenta que el telescopio Hubble no sufre ningún tipo de interferencia. Al estar en el espacio, sus imágenes no se ven distorsionadas por la atmósfera. Todo esto es posible gracias al instrumento MUSE, la unidad de óptica adaptativa GALACSI y las capacidades de este nuevo método. MUSE, en realidad, es el primer instrumento que la puede utilizar. Ahora tiene dos modos diferentes de observación.

Por un lado, tenemos el modo de campo ancho. En él, es posible corregir los efectos de la turbulencia atmosférica, hasta a un kilómetro de altura por encima de la atmósfera, mientras observamos una región del cielo relativamente grande. En el modo de campo estrecho, sin embargo, se puede corregir el efecto de todas las turbulencias de la atmósfera, a expensas de observar una región más pequeña del firmamento. Con el beneficio de producir imágenes más definidas.

El Telescopio Muy Grande se deshace de algunas barreras

Imagen del telescopio Hubble poco después de separarse del transbordador Discovery, en 1990.
Crédito: NASA

Así que ahora, algunos de los instrumentos del Telescopio Muy Grande llegarán al límite teórico de la definición de imagen posible. No se verán limitados por las turbulencias atmosféricas, que provocan que las imágenes sean algo más borrosas. Es algo difícil de conseguir en el espectro visible. Pero el esfuerzo bien vale la pena, porque permite conseguir imágenes comparables, en definición, a las del telescopio Hubble.

Permitirá a los astrónomos estudiar el firmamento con un nivel de detalle sin precedentes. Desde la superficie de la Tierra, será posible estudiar objetos como los agujeros negros supermasivos en el centro de galaxias lejanas. Los chorros de energía de estrellas jóvenes. Cúmulos globulares, supernovas, así como los planetas y satélites del Sistema Solar. Solo por mencionar algunos ejemplos de lo que permitirá.

La óptica adaptativa es una técnica que compensa el efecto de borrosidad que provoca la atmósfera de la Tierra. Es un gran problema al que se tienen que enfrentar todos los telescopios en la superficie del planeta. Esa turbulencia es la misma que provoca que las estrellas parezcan titilar (o parpadear, si lo prefieres) a simple vista. Es el mismo fenómeno que distorsiona las imágenes del universo en esos telescopios grandes.

El efecto de la perturbación atmosférica

Concepto artístico del Telescopio Extremadamente Grande.
Crédito: ESO/L. Calçada/ACe Consortium

La luz tanto de estrellas como de galaxias se ve distorsionada al pasar a través de la atmósfera. Por ello, es necesario realizar ciertos ajustes, por medio de la tecnología, para poder mejorar la calidad de imagen de forma artificial. ¿Cómo conseguirlo? Para ello, en el caso del Telescopio Muy Grande, se usan cuatro láseres brillantes que proyectan columnas de luz naranja al firmamento, con un diámetro de 30 centímetros.

Esos láseres provocan que se estimulen los átomos de sodio en las partes altas de la atmósfera. Crean algo así como estrellas artificiales. Los sistemas de óptica adaptativa pueden utilizar la luz de esas falsas estrellas para entender cuál es la turbulencia en la atmósfera en cada momento. De esta manera, se realizan miles de correcciones por segundo, deformando y modificando un espejo secundario del telescopio para que corrija la distorsión.

Junto a MUSE, hay otros instrumentos que ya tienen óptica adaptativa en el Telescopio Muy Grande. Como HAWK-I, una cámara infrarroja que también utiliza su propio sistema (no es GALACSI en su caso, sino GRAAL). A todo esto le seguirá en el futuro próximo ERIS, un nuevo instrumento. Todo ello, es muy interesante no solo a corto plazo. También por las implicaciones que tiene para los telescopios de próxima generación.

El Telescopio Extremadamente Grande también se beneficiará

Neptuno, observado por el Telescopio Muy Grande durante las pruebas del instrumento MUSE.
Crédito: ESO/P. Weibacher (AIP)

Porque, aunque de momento estamos viendo estos resultados en el Telescopio Muy Grande, el Telescopio Extremadamente Grande también podrá utilizar esta óptica adaptativa. Poco a poco, desde la superficie tenemos la capacidad de observar el universo con mayor detalle y definición. Algo que resultará muy útil porque, a fin de cuentas, es más fácil mantener y reparar un satélite en la superficie de la Tierra que en órbita.

El Telescopio Extremadamente Grande, por su parte, también necesitará esta tecnología de tomografía láser para poder lograr sus objetivos. Tendrá un diámetro de 39 metros, así que todo lo que se pueda hacer en el Telescopio Muy Grande, y otros observatorios ya en funcionamiento, será muy útil para que el proceso vaya de la mejor manera posible. De momento, ya tenemos como primer resultado de este nuevo método una nueva imagen de Neptuno.

No cabe ninguna duda de que, próximamente, tendremos otras observaciones y resultados muy interesantes. Además, nos ayudará a hacer la espera más llevadera hasta que entren en funcionamiento la mayoría de telescopios de próxima generación. Porque proyectos como el del telescopio James Webb, por ahora, siguen viéndose retrasados. ¡Cada vez podemos observar el universo con mayor detalle!

Referencias: Phys