Tatooine es, seguramente, el planeta más famoso del universo de Star Wars. El hogar de Luke Skywalker es un páramo desértico que gira alrededor de dos soles. Lo más interesante, según un nuevo estudio, es que estos planetas podrían existir en el universo…

Un trabajo teórico

Una recreación artística de un sistema binario visto desde un planeta sin atmósfera.
Crédito: Wikimedia Commons/The Plague

Primero pongámonos en contexto. Este artículo es puramente teórico. Aunque hemos encontrado planetas circumbinarios (es decir, que orbitan alrededor de dos estrellas), son gigantes gaseosos. De momento no hemos encontrado ningún planeta rocoso en la zona habitable de estos sistemas, pero no es descartable que pase tarde o temprano, a medida que mejoran nuestras herramientas y entran en funcionamiento mejores telescopios (como el próximo Telescopio Europeo Extremadamente Grande).

Así que, ¿y si encontrásemos un planeta similar a la Tierra alrededor de dos soles? ¿podría albergar vida? Es la pregunta que se ha hecho un grupo de astrónomos, y la respuesta es muy interesante. Si estuviese a la distancia apropiada, el planeta no sólo sería hospitalario, a diferencia de Tatooine, puede que ni siquiera tuviese desiertos. En la zona habitable de estas estrellas, un planeta podría mantener su masa de agua durante mucho tiempo.

Lo interesante es que de aquí podemos deducir que los sistemas dobles podrían ser excelentes candidatos para albergar planetas habitables. Es algo que a primera vista no parece demasiado probable porque la cantidad de luz que recibiría un planeta en este sistema podría ser muy variable. Para ayudarnos a comprender mejor de qué están hablando, los investigadores han utilizado un sistema que ya conocemos.

El hipotético caso de Kepler-35

Este concepto artístico muestra un hipotético planeta, cubierto de agua, alrededor del sistema Kepler-35.
Crédito: NASA/JPL-Caltech

Kepler-35 es un sistema binario, formado por las estrellas Kepler-35A y Kepler-35B. En la realidad, alrededor de ellas orbita un planeta llamado Kepler-35b. Es un planeta gigante, con ocho veces el tamaño de la Tierra. Tarda 131,5 días en completar su órbita. Para su estudio, los astrónomos decidieron fijarse en este sistema, pero ignorando a Kepler-35b. En su lugar, añadieron un planeta hipotético cubierto en agua, con un tamaño similar al de la Tierra, orbitando alrededor de las dos estrellas. Analizaron cómo se comportaría su clima en función de diferentes períodos orbitales. Desde 341 a 380 días terrestres.

Buscar planetas potencialmente habitables no es una tarea sencilla, pero con este estudio se intenta demostrar que vale la pena prestar atención a los sistemas binarios. Además, estos sistemas son algo más complejos. Tienen una zona habitable, exactamente igual que los sistemas con una única estrella, pero es algo más complicada de definir. En los sistemas binarios, la zona habitable depende de la distancia al centro de masa en torno al que orbitan las dos estrellas. Además, la órbita del planeta alrededor de dos estrellas no es circular, si no que se bambolea al sufrir la influencia gravitacional de los astros.

¿Cómo sería el hipotético Tatooine?

Tattoine el mundo natal de Luke Skywalker en Star Wars.
Crédito: Lucasfilm/20th Century Fox / The Kobal Collection

Los resultados de este hipotético planeta en Kepler-35 son interesantes. En el borde más lejano de la zona habitable, experimentaría una gran variación en la temperatura de su superficie. Aunque sería un planeta frío con sólo una pequeña cantidad de agua en su atmósfera, la temperatura media global de la superficie oscilaría 2º C a lo largo del año. Es similar a lo que experimentamos en la Tierra, en climas áridos como el desértico, donde hay una gran variación de temperatura entre el día y la noche.

Más cerca de las estrellas, en el borde interior de la zona habitable, la temperatura media global de la superficie se vuelve casi constante. Es el efecto de que haya mucho más vapor de agua que podría mantener en la atmósfera. Actuaría como un colchón para permitir que las condiciones en la superficie sean mucho más cómodas. Fuera de la zona habitable, los resultados son los mismos que en un sistema con una única estrella. Demasiado lejos y el planeta se convierte en una bola de hielo. Demasiado cerca, y el efecto invernadero lo convierte en un planeta similar a Venus.

Una de las cosas llamativas es que, en comparación a la Tierra, un planeta cubierto en agua, alrededor de dos estrellas, tendría una cobertura de nubes menor. Es decir, los cielos estarían mucho más despejados. Todavía no conocemos ningún planeta terrestre alrededor de un sistema binario, pero es inevitable dejar volar la imaginación. Quizá en algún lugar de la Vía Láctea exista un mundo parecido a Tatooine…

El estudio es Max Popp y Siegfried Eggl, «Climate variations on Earth-like circumbinary planets». Publicado en la revista Nature Communications, disponible en este enlace.

Referencias: NASA