El domingo 13 de octubre de 2024 ya es una fecha histórica para SpaceX, porque la compañía de Elon Musk ha logrado atrapar la primera fase, llamada SuperHeavy, de su nuevo cohete. Es algo espectacular por la precisión necesaria para poder realizar esta maniobra y además, por haberlo conseguido en su primer intento…
SpaceX ha logrado atrapar SuperHeavy, pero queda mucho por delante
SpaceX está intentando conseguir una reutilización rápida de sus nuevos cohetes. Para poder convertirlo en realidad, un objetivo necesario es poder atrapar la primera fase y depositarla de nuevo en la plataforma de lanzamiento. El descenso de SuperHeavy se produjo sin ningún tipo de incidente reseñable. Si bien es cierto que se pudieron observar algunas llamas, en la base de la primera fase, cuando ya había sido capturada por los brazos mecánicos de la torre de lanzamiento. Es algo que seguramente se habrá corregido en el próximo lanzamiento de prueba.
En cualquier caso, la imagen en sí no podía ser más espectacular. Era inevitable pensar que el regreso de SuperHeavy, por la dificultad de lo que se quería intentar, terminase con la pérdida de la primera fase y quizás incluso la destrucción parcial de la torre. Sin embargo, lo que pudimos ver fue algo diferente. A esto hay que sumarle que la segunda fase, Starship, prosiguió su vuelo sin complicaciones hasta su regreso a la Tierra. Naturalmente, la reentrada fue uno de los puntos críticos, pero en esta ocasión se pudo observar que sufrió muchos menos daños que en el cuarto vuelo de prueba.
En aquella ocasión, Starship logró sobrevivir en la reentrada, pero lo hizo con muchos daños. Tanto es así que en las imágenes se pudo ver como uno de los alerones quedaba tremendamente dañado. Esto tuvo otra consecuencia que SpaceX ha buscado resolver en esta ocasión. En el anterior vuelo de prueba, la nave cayó en el océano, como estaba previsto, pero lejos del lugar que habían designado. Así que el objetivo en este nuevo vuelo era que amerizase de nuevo, pero lo hiciese dentro de la zona de aterrizaje que se había designado.
Un vuelo muy prometedor
A pesar de que no se buscaba recuperar Starship, sí que se quería que el intento de aterrizaje fuese exactamente igual que si tuviese lugar en tierra firme. Es decir, poco antes de llegar a la superficie del mar, la nave se enderezó igual que en los vuelos de prueba anteriores que hemos podido observar y descendió suavemente hasta la superficie del agua. Después, al carecer de una base en la que poder apoyarse, se precipitó contra el océano y explotó. La cantidad de datos que han recogido y las imágenes serán muy útiles para realizar las correcciones necesarias para próximos vuelos.
Lo más interesante es que la decisión de recuperar la primera fase no se tomó hasta que ya se había lanzado la nave. Era necesario que tanto la primera fase, SuperHeavy como la torre cumpliesen con ciertos parámetros para realizar el intento. Si no hubiese sido así, en su lugar habría caído en el Golfo de México, como ya se había hecho en vuelos anteriores. Es la primera vez que vemos los brazos mecánicos llamados “Mechazilla” por Elon Musk en acción. De los 33 motores que tiene la nave, tres fueron los responsables de las aproximación final a la torre para que los brazos pudieran atraparla con suavidad.
Este tipo de vuelos de prueba son un ejemplo perfecto de la filosofía de SpaceX. Su estrategia es “fallar rápido, aprender rápido”. En esencia, lo que quiere decir es que incluso los lanzamientos de prueba que terminan con la explosión del cohete permiten aprender algo. Desde que se fundase en 2002, la compañía ha avanzado rápidamente hasta convertirse en la empresa líder en la industria aeroespacial privada. Es la única compañía estadounidense, por ahora, que tiene la certificación para enviar astronautas al espacio. Además, ha desplegado una gran constelación de satélites, Starlink.
El objetivo de convertirse en una especie multiplanetaria
El gran objetivo de fondo, no podemos olvidarlo, es el de conseguir que la humanidad se convierta en una especie multiplanetaria. Uno de los sueños de Elon Musk es que en unas tres décadas, en los próximos 30 años, con Starship, se pueda llegar a establecer un asentamiento de más de un millón de personas en Marte. Es algo que todavía está lejos de convertirse en una realidad, pero la capacidad de Starship de transportar 100 personas en cada viaje, desde luego, lo podría convertir en realidad. Si bien es cierto que todavía queda mucho por cubrir hasta llegar a ese punto.
Mucho más cercano en el tiempo, y mucho más urgente, está el conseguir que Starship pueda llevar seres humanos. Una versión modificada es la que se utilizará en el Programa Artemisa para enviar a los astronautas a la superficie de la luna en las misiones Artemisa III y IV. Para que esto se convierta en realidad, sin embargo, primero la nave tendrá que haber recibido la certificación para poder funcionar a nivel comercial. Después tendrá que obtener la certificación para misiones tripuladas. Algo que solo se conseguirá con un puñado de misiones exitosas a nivel comercial.
De momento, la compañía ya está trabajando en el Sexto vuelo de prueba para el que ya tiene el permiso de la FAA. Lo cual quiere decir que la espera no debería ser muy larga hasta que veamos de nuevo el conjunto de SuperHeavy y Starship listos para volar. ¿Qué objetivos se establecerán en ese vuelo de prueba? Es algo que solo sabremos próximamente. Por ahora, lo importante es SpaceX ha dado otro salto de gigante para conseguir un cohete completamente reutilizable. Estamos un paso más cerca de verlo entrar en funcionamiento a nivel comercial…
Referencias: Phys
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