La sonda InSight ya está en la superficie de Marte. La nave se posó ayer en el planeta rojo tras seis meses de viaje y 458 millones de kilómetros recorridos. Su misión es investigar el interior de Marte. En el proceso, también se podría descubrir cómo se formaron los planetas del Sistema Solar…

El aterrizaje de InSight fue bastante plácido

La sonda InSight aterriza con éxito en Marte

Concepto artístico de la sonda InSight sobre la superficie de Marte.
Crédito: NASA/JPL-Caltech

Lo cierto es que la llegada de InSight a Marte no tuvo sobresaltos. Todo fue según lo previsto. Comenzó con la fase de aproximación, en la que InSight se adentró en la atmósfera del planeta para comenzar la fase de entrada, descenso y aterrizaje. Durante los siguientes cinco minutos, los controladores de la NASA observaron cómo la nave ejecutaba toda la secuencia. Porque hay que recordar que lo que veíamos sucedió con 8 minutos de retraso.

Es decir, InSight tuvo que aterrizar en Marte por su propia cuenta. Todo estaba automatizado y funcionó a la perfección. La nave se separó de su escudo térmico después de la fase inicial de entrada. En ella, se calcula que aguantó una deceleración de hasta 8G. Su escudo térmico pudo llegar a alcanzar temperaturas de 1650ºC. Después de desplegar el paracaídas, cuando la velocidad se redujo por debajo de los 400 m/s, también soltó el escudo térmico.

Después, la nave desplegó sus patas y activó el radar de aterrizaje para detectar el lugar en el que debería posarse. Poco después llegó la confirmación de los satélites MarCO (que acompañaban a InSight en este viaje) de que la nave había tocado la superficie. Durante la fase de aproximación y aterrizaje, funcionaron como puente de transmisión entre la nave y la Tierra. Unos minutos después, fue la propia nave la que confirmó su estado.

Las primeras imágenes de Marte

La primera imagen enviada por la sonda InSight desde Marte.
Crédito: NASA/JPL-Caltech

Poco después del aterrizaje, llegó la primera imagen del suelo bajo InSight. Fue tomada por la cámara Instrument Context Camera. Se encuentra justo debajo de la plataforma de la nave y proporciona una imagen, en ojo de pez, de la zona que está al alcance del brazo robótico de la nave y que mide 1,8 metros. Las manchas negras en la imagen son producto del polvo del planeta rojo. Se habían quedado pegados en la protección de la lente.

De hecho, en ese momento, la cobertura todavía no había sido retirada. Pero a pesar de la dificultad se pueden apreciar detalles de la superficie. En la parte inferior también se pueden ver, incluso, algunas de las partes de la propia nave. Varias horas después, con la nave ya iniciando la fase de preparación para la investigación, se recibió otra imagen de una cámara diferente. Aquí ya se puede apreciar la superficie del planeta rojo con mucha más claridad.

Hacía 6 años que la NASA no aterrizaba una misión en Marte. La anterior fue el róver Curiosity, en 2012. InSight se encuentra en la Elysium Planitia, aproximadamente a 600 kilómetros de distancia del róver. La región fue seleccionada por ser bastante plana. Era un lugar ideal para que se pudiese posar el aterrizador. A fin de cuentas, necesitará estar en un lugar lo más estable posible para los experimentos que va a llevar a cabo.

La misión de InSight

Fotografía de la superficie de Marte tomada por la sonda InSight.
Crédito: NASA/JPL-Caltech

En marzo de 2019 comenzará la misión de InSight. La nave ya está en su fase de operaciones en superficie. Una de las primeras cosas que hizo fue abrir los paneles solares. El brazo robótico tambén comenzará a operar próximamente. De hecho, se comenzará a recoger datos científicos en unos días. Pero la mayor parte del foco de trabajo de los investigadores será desplegar los instrumentos de la nave en la superficie.

InSight estudiará el interior de Marte. Se espera descubrir, entre otras cosas, cómo se formaron los planetas rocosos del interior del Sistema Solar hace más de 4.000 millones de años. Intentará determinar aspectos como el tamaño, grosor, densidad y estructura del núcleo, manto y corteza. Así como el ritmo al que escapa el calor del interior del planeta rojo. Todo ello permitirá ayudar a entender cómo fue ese proceso de formación.

Todo esto podría ayudar a comprender mejor la diferenciación planetaria. Un proceso por el que los materiales más densos, presentes en la formación de un mundo, se hunden hacia el centro del planeta. Mientras tanto, los más ligeros se quedan en las regiones superiores, formando las diferentes capas de la estructura. Pero quizá una de las cosas más llamativas es que InSight prestará mucha atención a la actividad sísmica de Marte…

Entendiendo la actividad sísmica de Marte

Concepto artístico de la sonda InSight y su instrumentación artística.
Crédito: NASA/JPL-Caltech

A través de la actividad sísmica, si InSight la detecta, se podrá determinar si el núcleo de Marte está en estado líquido o sólido. Es uno de los grandes objetivos de la misión. De ello se encargará SEIS. Un instrumento con forma de semicúpula colocado sobre la superficie del planeta. Cuenta con un escudo para aislarlo de la temperatura y el viento. De modo que pueda escuchar atentamente cualquier vibración del suelo.

Así, no solo podrá percibir actividad sísmica. También podría detectar el efecto de los impactos de meteoritos. Otro instrumento muy llamativo es una sonda para analizar la temperatura bajo la superficie. Para ello, se introducirá bajo la superficie hasta una profundidad de 5 metros. Intentará determinar cuánto calor emite el núcleo de Marte. Así se podrá conocer la evolución térmica del planeta. Lleva sensores cada 10 cm con los que crear un perfil de la temperatura del subsuelo.

Además, hay un tercer instrumento, RISE, que analizará la posición de InSight y medirá con precisión la rotación y oscilaciones del planeta a lo largo de su órbita. Con eso, junto a los datos de misiones anteriores, se espera determinar el tamaño y densidad del manto y el núcleo. A todo esto hay que sumarle las dos cámaras que ya hemos tenido oportunidad de observar en acción. Pero proporcionar fotografías no es el principal fin de esta misión.

Una larga misión por delante

Una puesta de sol en Marte, en el cráter Gale.
Crédito: NASA/JPL-Caltech/MSSS

La misión principal de InSight tendrá una duración de 2 años. Después, cabe la posibilidad de que la misión pueda ser ampliada. En cualquier caso, con este, ya son 8 las naves que tenemos en la superficie de Marte. Son las sondas Viking 1 y 2, Phoenix y Mars Pathfinder. Así como los róvers Spirit, Opportunity y Curiosity, al que ahora también se suma InSight. De ellas, solo Curiosity sigue en funcionamiento. Si bien todavía se espera que Opportunity pueda reanudar su misión.

Veremos qué hallazgos nos esperan en el futuro. Aunque ninguna de estas misiones ha tenido como objetivo descubrir vida, sus hallazgos nos permitirán avanzar también en esa dirección. Toda la información que podamos recopilar sobre Marte permitirá entender mejor su entorno y su evolución. Por ello, InSight es una misión tremendamente interesante. Comprender la evolución de Marte y, quizá, su formación, nos dará mucha información valiosa.

Esa información también podría ser extensible a la formación del resto de planetas rocosos. Todo ello ayudará a dibujar una imagen mucho más completa de cómo ha evolucionado el Sistema Solar desde puntos de vista muy diferentes. En el horizonte, además, tenemos la misión Mars 2020. Un róver que llegará al planeta rojo ya en la década de 2020. Marte fue, es y seguirá siendo un gran foco de exploración…

Referencias: NASA, Universe Today