La sonda Solar Orbiter, que será lanzada en unos días, tiene como objetivo entender mejor el funcionamiento del Sol. Especialmente en lo referente a las tormentas solares, y ese amenaza siempre presente para nuestro planeta…

Solar Orbiter observará los polos del Sol

Aunque podría parecer que el Sol es una estrella muy bien estudiada, no es así. Hay lagunas en la comprensión sobre su funcionamiento, particularmente en lo referente a la meteorología espacial. Por ello, la sonda Solar Orbiter, de la Agencia Espacial Europea, buscará entender esos huecos. Su objetivo es estudiar la física del Sol. Será la primera en obtener imágenes de sus polos. Funcionará en conjunción, además, con la sonda Solar Parker, de la NASA. El lanzamiento se producirá el próximo 7 de febrero.

Solar Orbiter, una misión para entender mejor el sol
El Sol, observado en el espectro ultravioleta. Crédito: S. Wiessinger/NASA’s Goddard Space Flight Center/SDO

Las tormentas solares son torrentes de partículas cargadas, y campos electromagnéticos, que golpean el campo magnético de la Tierra. En el caso de las más extremas, sus consecuencias pueden llegar a sentirse en la superficie. Pueden dañar nuestro tendido eléctrico y poner nuestra tecnología en jaque. También suponen una amenaza para los satélites. Por ello, hasta no hace mucho, ya se podía predecir las posibles amenazas, producto de la actividad del Sol, gracias a telescopios y naves que lo observaban desde la distancia.

En la actualidad, existen predicciones geoespaciales locales. Pueden avisar con 45 minutos de antelación. No es mucho tiempo, sin embargo, para que se pueda proteger debidamente toda la instalación eléctrica y minimizar las consecuencias. La nave Solar Orbiter intentará entender la relación entre la actividad solar y el plasma que fluye hacia la heliosfera. Dicta, a fin de cuentas, qué sucede con el clima espacial. Pero a pesar de todo esto, no está completamente claro cómo se generan esas condiciones en el Sol.

La dificultad de predecir el comportamiento del Sol

Los investigadores explican que no es fácil predecir el comportamiento del Sol. Las tormentas solares solo se pueden observar después de que se produzcan. Eso impide que se puedan anticipar con el nivel de precisión que sería deseable para poder tomar medidas adecuadas. Con Solar Orbiter, la esperanza es que se pueda entender mejor las particularidades del Sol en ese sentido. Algo que permitirá crear un sistema capaz de predecir las condiciones que podemos encontrar en el espacio, en torno a la Tierra, con más exactitud.

Llamarada solar del 31 de agosto de 2012. Crédito: NASA Goddard Space Flight Center

Solar Orbiter será capaz de analizar las regiones activas. Es decir, aquellas en las que pueden producirse eyecciones de masa coronal. Son, sin duda, un factor muy importante en las tormentas solares. Para ello, la nave cuenta con diferentes instrumentos, como el sensor de iones pesados. Es un espectrómeto capaz de analizar la composición del viento solar que pueda interceptar. Al conocer su composición, se podrá saber dónde está la energía, cómo alimenta el viento solar y las erupciones en la superficie del Sol, y cómo aceleran las partículas en la heliosfera.

Hay que recordar que la heliosfera es una burbuja, alrededor del Sistema Solar, formada por el viento solar. Su papel es muy importante, porque nos protege de la radiación cósmica procedente del resto de la galaxia. Su límite, además, está siendo estudiado por las populares sondas Voyager. Todo esto permitirá que Solar Orbiter sea capaz de entender en qué lugar se formó el viento solar, que detecte la nave, en la superficie del Sol. Su misión es diferente a la que tendrá por delante la sonda solar Parker.

Solar Orbiter y Solar Parker operarán en campos diferentes

La sonda solar Parker se centrará en los protones, electrones y partículas alfa. Solar Orbiter, sin embargo, buscará la presencia de elementos más pesados que el carbono, el oxígeno o el hierro, que son muy escasos en nuestra estrella. Esos iones pesados son los que permiten entender cuál es la fuente de energía del viento solar. De modo que, según explican los investigadores, habrá que entender esos iones pesados, y su papel, para comprender el funcionamiento del viento solar de nuestra estrella.

Concepto artístico de la sonda solar Parker. Crédito: NASA/Johns Hopkins APL/Steve Gribben

La nave de la Agencia Espacial Europea llegará a acercarse a un máximo de 42 millones de kilómetros del Sol. La sonda Solar Parker, por su parte, tiene como objetivo ser la nave que más se acerque a la corona solar. Se acercará mucho más que ninguna otra nave. Intentará recoger datos directamente de la corona solar. Su objetivo es comprender qué provoca su temperatura (millones de grados superior a la de la superficie del Sol), y cómo se acelera el viento solar y las partículas que expulsa nuestra estrella.

La sonda Solar Orbiter ayudará a entender mejor qué sucede con el viento solar. Especialmente en el espacio entre la Tierra y el Sol, en lugar de en el entorno de nuestro planeta. Ayudará a entender qué sucede en el Sol en relación a lo que se observa en el viento solar. Todo ello, si sale como se espera, permitirá entender qué papel desempeña el campo magnético solar, y el plasma, con el viento solar. Nos esperan años muy interesantes en lo referente al estudio de nuestra estrella, gracias a estas dos sondas…

Referencias: Phys