El ejército de EE. UU. ha admitido que tres vídeos de OVNIs, publicados a finales de 2018, son reales. En ellos se puede observar objetos voladores no identificados. Sin embargo, eso no quiere decir, ni mucho menos, que admitan que existen los extraterrestres…

Los tres vídeos de OVNIs son reales… y poco más

La realidad es que la noticia, en realidad, es que simplemente se ha reconocido que esos vídeos son reales. Es decir, no son montajes. Pero eso no quiere decir que lo que aparecen sea naves extraterrestres. Hay que comenzar, precisamente, por esto último. Recordemos que OVNI significa, únicamente, Objeto Volador No Identificado. No es sinónimo de nave extraterrestre a pesar de lo que muchos querrían pensar. Hay muchas formas de obtener imágenes de algo que parecería que no es de este mundo, pero sí lo es.

Sobre los vídeos de OVNIs reconocidos por EEUU
Concepto artístico de un exoplaneta. Crédito: NASA

Algunas las explica, fantásticamente, Héctor Socas-Navarro en su blog, en el que cuenta sus propias experiencias con cámaras de infrarrojos y cómo pueden producir resultados llamativos. Como, por ejemplo, que los reactores de un avión provoquen que parezca un objeto ovalado. Es una entrada muy interesante (y extensa) si os gusta el tema. Sin embargo, esto no ha impedido que muchos medios se hayan lanzado a publicar noticias muy poco precisas. En algunos casos, incluso llegando a insinuar que se ha admitido que los extraterrestres nos visitan.

A pesar de lo atractivo de ese planteamiento, no hay nada que indique que sea así. De hecho, tampoco deberíamos caer en el error de llevar esta afirmación más allá de lo que supone. En YouTube podemos encontrar multitud de vídeos de supuestos OVNIs. Digo supuestos porque son, en realidad, montajes. Lo que ha reconocido el ejército de EE. UU. es que tres vídeos en particular son reales. Eso no quiere decir que, automáticamente, todos los vídeos de supuestos avistamientos que circulan por las redes sean reales, ni mucho menos.

Los extraterrestres, si los hay, no saben que estamos aquí

Lo cierto es que, si tenemos en cuenta cómo funciona el universo, rápidamente caemos en la cuenta de que los requisitos necesarios para que una posible civilización extraterrestre sepa que estamos aquí son muy difíciles de cumplir. Vamos a suponer, de hecho, que realmente hay vida en otros lugares de la galaxia. Y, también, supondremos que esa vida es inteligente e, incluso, más avanzada que la nuestra. De hecho, vamos a suponer que pueden viajar por la galaxia. Si bien no hay señal alguna de que existan civilizaciones así.

La Vía Láctea, y galaxias cercanas, vista por la sonda Gaia. Crédito: ESA/Gaia/DPAC

La primera pregunta que nos surge es la más obvia, ¿cómo podrían saber los extraterrestres que la Tierra contiene vida inteligente? La respuesta quizá sea menos evidente de lo que podría pensarse. Dependerá de la distancia a nuestro planeta y de con cuánto detalle lo puedan analizar. La Vía Láctea mide unos 120 000 años-luz y contiene unos 200 000 millones de estrellas. Podemos asumir que hay, como mínimo, otros tantos planetas. A ello hay que sumarle que las distancias en el espacio son grandes. La estrella más cercana, Próxima Centauri, está a 4,24 años-luz.

Para determinar, sin género de duda alguno, que hay una civilización extraterrestre en un planeta determinado, es necesario captar una señal artificial. Algo que solo pueda atribuirse a una civilización. Si no es así, como mucho, se podría sospechar que ese planeta puede albergar vida, quizá incluso vida compleja. Este es el punto más importante de toda esta cuestión, porque nos obliga a fijarnos en dos aspectos: la velocidad a la que se transmite información en la galaxia y, también, cuál fue nuestra primera señal detectable enviada al espacio.

La primera señal que enviamos al espacio

El discurso de Hitler, en los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936, fue la primera comunicación con la potencia suficiente para poder traspasar la atmósfera de nuestro planeta. Desde entonces, nuestras comunicaciones viajan por el espacio, en todas direcciones, en forma de esfera con la Tierra en su centro. ¿A qué velocidad se expande? A la velocidad de la luz. Así que, si una civilización se encuentra en el interior de esa esfera de información, quiere decir que ya puede captar la señal de nuestra presencia y deducir que estamos aquí.

Imagen del Estadio Olímpico de Berlín en 1936. Crédito: Josef Jindřich Šechtl

Han pasado 83 años desde el discurso de Hitler. Por tanto, ha viajado 83 años-luz desde la Tierra, y eso nos da como diámetro, de esa esfera de información, 166 años-luz. Más allá de ese espacio, una civilización extraterrestre no podría saber, con certeza, si hay una civilización en la Tierra. Si esa civilización está, por ejemplo, a 5000 años-luz del Sistema Solar, quiere decir que ve la Tierra tal y como era hace 5000 años. En una época en la que no se emitían señales artificiales al espacio. Por lo que no sabrían que estamos aquí.

Eso nos permite entender que, hasta hace muy poco, nuestra presencia no era detectable, de forma inconfundible, en la Vía Láctea. De un plumazo, nos permite entender por qué la posibilidad de que los extraterrestres nos visitasen hace miles de años resulta tan sumamente improbable. ¿Podría haber sucedido por mero azar? ¿Que una civilización extraterrestre estuviese haciendo turismo por la Vía Láctea y se tropezase con la Tierra? Por poder, podría, pero es una probabilidad extremadamente baja por todo lo expuesto anteriormente.

Los vídeos de OVNIs no son pruebas por sí mismas

En tiempos más recientes, hay multitud de vídeos de OVNIs. Supuestas naves extraterrestres, para muchos, que nos visitan constantemente. Como hemos definido el tamaño de la esfera de información, podemos definir, también, la distancia máxima a la que esa civilización se debería encontrar para poder viajar. Porque podemos suponer, de nuevo, que, cómo máximo, podrían viajar a velocidades cercanas a la de la luz. En este caso obviaremos métodos como los agujeros de gusano. Son teóricos pero no se sabe si realmente son posibles.

Los vídeos de OVNIs no son pruebas por sí mismas
Concepto artístico de la nave Starship alrededor de la Luna. Crédito: SpaceX

De esta manera, una civilización que estuviese a 30 años-luz, descifrase inmediatamente que es una señal artificial y decidiese emprender el viaje en el mismo preciso instante, tardaría, al menos, otros 30 años en visitarnos. En términos astronómicos, 30 años-luz no es nada, es una distancia sumamente pequeña. A menos que las civilizaciones extraterrestres fuesen muy abundantes, parece poco probable que estén a tan poca distancia. Y, si fuesen tan abundantes, parece lógico suponer que ya se habría detectado alguna señal.

En definitiva, hay que tener presente que los vídeos de OVNIs no constituyen una prueba de que los extraterrestres visiten la Tierra. Ni mucho menos. En multitud de casos, esos vídeos ni siquiera resultan ser reales. En muchos otros, simplemente, lo que se observa es algún fenómeno que no sabemos explicar correctamente. Pero, sea como fuere, que estos vídeos sean reales ni quiere decir que todos lo sean, ni que los extraterrestres nos estén visitando. Sería algo muy interesante, pero por desgracia nada indica que sea así.

Referencias: LiveScience