Los meses pasan y cada vez parece más obvio que debemos enfrentarnos a un escenario incómodo. De momento no se han recibido señales de Opportunity. El rover, que aterrizó en Marte en enero de 2004, no se ha comunicado con la Tierra desde el pasado verano…

A la espera de señales de Opportunity

Seguimos sin recibir señales de Opportunity...

Concepto artístico del rover Opportunity.
Crédito: NASA/JPL-Caltech

Fue en aquel entonces, en verano de 2018, cuando Marte se vio envuelto en una enorme tormenta de arena. Desde entonces, el rover Opportunity ha permanecido incomunicado. Ya son más de seis meses a la espera de señales de Opportunity. Aun así, la NASA no parece haberse rendido. No es para menos. No hay que olvidar que, originalmente, la misión del rover tenía una duración prevista de tan solo 90 días. Lleva más de 15 años en funcionamiento…

Pero la realidad es que es posible que, hace medio año, el rover Opportunity dejase de funcionar de forma definitiva. Su última señal se recibió en junio de 2018. No era más que una pequeña transmisión con estadísticas del róver, su estado y poco más. La tormenta a la que se ha enfrentado es una de las más grandes que hemos visto en el planeta. Llegó a alcanzar una superficie de 41 millones de kilómetros cuadrados. Suficiente para cubrir Rusia y Norteamérica.

El rover Opportunity está estacionado en el valle de la Perseverancia, en el cráter Endeavour de Marte. Su descenso por el valle podía ser una gran oportunidad. Está adornado por canales que pudieron ser modelados por el hielo, agua o viento. Era la primera vez que habríamos observado esos canales. Ahora, es posible que esa posibilidad nunca llegue a suceder porque Opportunity no llegue a reanudar su funcionamiento.

Sin una fuente de energía

Imagen de Marte tomada por el rover Opportunity en enero de 2018.
Crédito: NASA

La tormenta de arena impidió que Opportunity recibiese la luz del Sol necesaria para seguir en funcionamiento. Así que entró en modo de hibernación. La expectativa de la NASA era que, una vez pasase la tormenta, los paneles volverían a funcionar y Opportunity seguiría con sus tareas. No era una esperanza vana. No es la primera tormenta a la que se enfrenta el róver y eso es, precisamente, lo que había sucedido en el pasado.

La tormenta tardó 6 semanas en alcanzar su pico máximo y, después, comenzó a disiparse. Pero a pesar de que la luz del Sol llegaba de nuevo al valle de la Perseverancia, no se han detectado señales de Opportunity. No está respondiendo a los comandos que envía la NASA. Una posibilidad es que los paneles se hayan quedado cubiertos de arena por culpa de la tormenta. Así que esperaban que el entorno cambiante pudiese ser una solución.

Es decir, como todavía es temporada de tormentas en Marte, esperaban que fuese otra tempestad la que pudiese resolver el problema. Sin embargo, no ha sucedido. Por ahora, Opportunity ha recorrido 45,16 kilómetros. Todo un logro si tenemos en cuenta que las operaciones, en estos 15 años, se han hecho desde millones de kilómetros de distancia. Pero es posible que no volvamos a tener señales de Opportunity…

En busca de una posible señal

El rastro del rover Opportunity es visible en esta imagen de junio de 2017.
Crédito: NASA/JPL-Caltech/Cornell/Arizona State Univ.

La NASA está apoyándose en la Red de Espacio Profundo (tres potentes antenas, una en EEUU, otra en España y otra en Australia) que permiten a las naves, en otros lugares del Sistema Solar, comunicarse con la Tierra. En el caso de Opportunity, se comunica con un satélite en la órbita de Marte que, a su vez, envía las señales a la Red de Espacio Profundo. La NASA está analizando el espectro de frecuencias que usa el róver.

La esperanza es, lógicamente, intentar encontrar una señal de Opportunity, que puedan utilizar para intentar que responda. Pero, por ahora, no ha habido éxito. Incluso se está observando cualquier señal de radio procedente de Marte. Todo con la esperanza de encontrar una señal perdida que pueda atribuirse al róver. Para hacerlo aún más molesto, el Mars Reconnaissance Orbiter, una de las naves en la órbita del planeta, puede observar el lugar en el que está.

Sin embargo, su resolución no es lo suficientemente alta como para poder ver el problema. Podría ser que sus paneles estén cubiertos de polvo. Pero también podría ser alguna otra causa. Es posible que haya fallado un componente crítico. Si es así, no habría solución posible para el róver. O, por lo menos, desde luego no a corto plazo. Es posible que nunca se llegue a saber qué es lo que habría provocado el final de las operaciones del róver.

El invierno está en el horizonte

Imagen panorámica del afloramiento Payson, cerca de la zona de aterrizaje de Opportunity.
Crédito: NASA/JPL-Caltech/USGS/Cornell

El tiempo ya apremiaba en verano de 2018, pero ahora lo hace todavía más. Se acerca el otoño a la región en la que está Opportunity. Después vendrá el invierno y, con él, un frío intenso. Las temperaturas de Marte podrían caer hasta los -96ºC. No sucederá hasta octubre de 2019. Pero podría suponer el punto y final a las operaciones de Opportunity. La NASA cree que fue, precisamente, ese intenso frío el que puso fin al funcionamiento del róver Spirit en 2010.

Así que, si no se logra recuperar antes, el róver podría sucumbir al frío marciano. Todavía hay motivos para pensar que se podrían recibir señales de Opportunity. En la agencia espacial americana parecen convencidos de ello. Todavía quedan meses por delante en los que se podría detectar esa ansiada señal. Pero, por ahora, lo único que se escucha al otro lado es silencio. Un silencio que podría ser permanente.

En algún momento, la misión del róver Opportunity llegará a su fin. Puede que lo estemos presenciando en estos momentos. A decir verdad, todo apunta en esa dirección. Pero si termina aquí, solo será un éxito monumental. Un róver que fue enviado con una previsión de funcionamiento de tan solo 90 días, que durante 15 años nos ha permitido descubrir el planeta rojo gracias a sus observaciones y sus desplazamientos…

Referencias: Universe Today