Han pasado dos semanas desde que el radiotelescopio Allen apuntase hacia la estrella KIC 8462852 (a la que también conocemos hoy en día como la estrella de Tabby de manera informal). Ahora, SETI ha anunciado el resultado de sus observaciones, y la verdad es que no podemos decir que se hayan producido grandes sobresaltos…

No hay civilizaciones extraterrestres (al menos por ahora)

Impresión artística de una esfera de Dyson.  Crédito: Kevin Gill/Flickr

Impresión artística de una esfera de Dyson.
Crédito: Kevin Gill/Flickr

En pocas palabras, si hay alguna civilización inteligente emitiendo alrededor de la estrella KIC 8462852, no está haciéndolo con una intensidad lo suficientemente alta como para que podamos detectarla desde la Tierra. Como quizá sepas, tenemos varias teorías sobre qué puede estar produciendo la extraña reducción de brillo de la estrella. Para muchos científicos, parece que la teoría más popular es que se trata de una gran nube de cometas que debe haber sido empujada por alguna estrella vecina hacia KIC 8462852.

Una de las teorías más populares entre los medios de prensa, sin embargo, es que podría deberse a que estemos viendo una esfera de Dyson en pleno proceso de construcción. O bien algún otro tipo de estructura estelar que pudiese resultar útil para esa hipotética civilización avanzada, o, en una perspectiva un tanto romántica, un objeto, a modo de gran faro cósmico, que sirva de señal a otras civilizaciones para saber que hay un pequeño oasis de vida inteligente en el gran desierto que parece ser la Vía Láctea.

El radiotelescopio Allen. Crédito: Seth Shostak, SETI Institute

El radiotelescopio Allen.
Crédito: Seth Shostak, SETI Institute

Para desdicha de aquellos que confían en que, más temprano que tarde, encontremos vida inteligente en la Vía Láctea, los científicos del Instituto de Búsqueda de Vida Inteligente Extraterrestre (SETI Institute, en inglés) han anunciado que no han detectado ninguna señal que pueda ser interpretada como producto de alguna actividad extraterrestre.

No es la primera vez en la historia de la astronomía en la que nos encontramos con un fenómeno que pueda ser asociado con actividades extraterrestre, pero, como en todas las ocasiones anteriores, parece que lo más probable es que la explicación esté en algún fenómeno natural, quizá incluso alguno que no haya sido descubierto hasta ahora.

No hay evidencias claras…

La estrella de la discordia, a la izquierda en infrarrojo, y a la derecha en ultravioleta.  Crédito: Infrarrojo: IPAC/NASA Ultravioleta: STScI (NASA)

La estrella de la discordia, a la izquierda en infrarrojo, y a la derecha en ultravioleta.
Crédito: Infrarrojo: IPAC/NASA Ultravioleta: STScI (NASA)

Durante estas dos semanas, el radiotelescopio Allen ha estado observando la estrella analizando dos tipos de señales de radio. Por un lado, las señales de banda estrecha (de un hercio de anchura), que SETI analiza muy a menudo en sus búsquedas, porque creemos que podrían ser utilizadas por sociedades avanzadas como canal en el que emitir una señal de bienvenida para anunciar su presencia a otras civilizaciones.

Por otro lado, las señales de banda ancha (10 gigahercios), porque podrían provenir de naves que estuviesen trabajando en algún proyecto alienígena alrededor de la estrella (no es tan descabellado pensar que podría haber gigantescas flotas de naves enviando material desde el planeta, o planetas cercanos) o bien porque podrían provenir de naves que utilicen rayos de microondas intensos como sistema de propulsión, porque podríamos detectar parte de esas señales.

De hecho, es la primera vez que se ha utilizado el radiotelescopio Allen para buscar en las señales de banda ancha, porque no es un tipo de emisión que generalmente se tenga en cuenta en las búsquedas de SETI.

Un mundo alienígena. Crédito: Emmanuel Shiu / www.eshiu.com

Ilustración de un mundo alienígena.
Crédito: Emmanuel Shiu / www.eshiu.com

Sea como fuere, el resultado es que no se han detectado señales de origen alienígena ni en banda estrecha, ni en banda ancha. Esto nos permite descartar que pueda haber transmisores de señales omnidireccionales (es decir, transmisores que estén radiando su señal en todas las direcciones a la galaxia para que puedan ser detectadas por quién quiera escucharlas) que tengan una potencia, como mínimo de 100 veces la energía total que utilizamos hoy en día en nuestro planeta en el caso de banda estrecha. En el caso de la banda ancha, esa exigencia de potencia se dispara hasta 10 millones de veces la potencia necesaria para emitir la banda ancha (es una cifra monstruosamente grande).

Puede parecer que estamos hablando de mucha energía (millones de veces por encima de lo que somos capaces de generar en nuestro planeta) para tratarse de transmisores, pero hay que tener en cuenta dos factores: por un lado, suponer que se trata de una civilización que quiera encontrar a otras civilizaciones en la galaxia, y por otro lado, el hecho de que los científicos de SETI calculan que una sociedad tan tecnológicamente avanzada como para crear una esfera de Dyson debería ser capaz de tener acceso a una energía de unos mil cuatrillones de vatios.

Dicho de otra manera: 1.000.000.000.000.000.000.000.000.000 de watios. Es decir, un transmisor omnidireccional que usase una intensidad como la que podría detectar SETI, en realidad, usaría una cantidad ínfima de la energía total que esa sociedad podría utilizar.

…pero no cierra la puerta por completo

Concepto artístico de una ciudad futurística.  Crédito: Emmanuel Shiu / www.eshiu.com

Concepto artístico de una ciudad futurística.
Crédito: Emmanuel Shiu / www.eshiu.com

Sin embargo, esto no quiere decir que podamos descartar las comunicaciones alienígenas por completo. Es decir, es posible que haya comunicaciones alienígenas en la región alrededor de la estrella pero que, simplemente, sean más débiles de lo que SETI puede detectar en estos momentos. Fundamentalmente porque se ve  limitado por la distancia que nos separa de KIC 8462852 (más de 1.400 años-luz).

Además, es posible reducir, enormemente, la cantidad de energía que debería utilizar una civilización alienígena en su transmisor para que pudiésemos detectar esas señales. ¿El requisito? Que envíen esas señales directamente hacia nuestro planeta. ¿El problema? Desde su perspectiva, estarían viendo nuestro planeta tal y como era hace 1.400 años, cuando todavía ni siquiera sabíamos cómo funcionaba el Sistema Solar. Suponiendo que estuviesen buscando vida inteligente en nuestra región de la Vía Láctea, es muy difícil que llegasen a detectar que nuestro planeta está habitado porque en aquella época no emitíamos señales de radio…

En definitiva, las observaciones de la estrella van a continuar en el futuro. Pero de momento lo que está claro es que si hay una civilización avanzada en KIC 8462852, no está intentando comunicarse con nosotros…

Referencia: SETI Institute