Sagitario A*, el agujero negro supermasivo en el centro de nuestra galaxia, aumentó su brillo, de forma temporal, 75 veces por encima de lo normal. El fenómeno apenas duró unas horas, pero ha servido para preguntarse qué mecanismo lo podría haber provocado…

Sagitario A* aumentó su brillo muy por encima de lo normal

Como quizá sepas, Sagitario A* (se lee «A estrella») es el agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea. Es el objeto en torno al que todo gira en nuestro pequeño rincón del universo. Desde hace décadas, ha sido objeto de estudio y su comportamiento está muy bien detallado. Es un agujero negro gigantesco, con 4,1 millones de veces la masa del Sol, pero, generalmente, muestra poca actividad. Un comportamiento que se vio roto a principios de 2019, cuando Sagitario A* aumentó su brillo 75 veces por encima de lo habitual.

Sagitario A* aumentó su brillo temporalmente 75 veces
Concepto artístico de tres estrellas, y sus órbitas, alrededor de Sagitario A*, el agujero negro supermasivo en el centro de la galaxia. Crédito: ESO/M. Parsa/L. Calçada

A pesar de ello, no fue observable en el espectro visible. Sucedió en el infrarrojo cercano, la parte del espectro infrarrojo más cercana a la luz visible. A lo largo de los más de 20 años de observación, nunca se había visto un episodio en el que haya variado con tanta intensidad. Aunque es un agujero negro con poca actividad, su brillo puede variar con cierta frecuencia. En esta ocasión, alcanzó el doble del máximo aumento de brillo que se había observado hasta ahora. Sucedió el 13 de mayo y tuvo una duración de 2 horas.

Pero, ¿qué lo produjo? Al principio, los investigadores pensaron que podían estar observando una estrella, SO-2, que orbita bastante cerca del agujero negro supermasivo. Pero al ver que su brillo era variable, cayeron en la cuenta de que tenía que el causante tenía que ser Sagitario A*. Y aquí viene lo más desconcertante. ¿Qué lo provocó? No está completamente claro. Porque los aumentos de brillo no son nuevos en el agujero negro. Pero nunca se había visto uno con tanta intensidad. Algo le había pasado a esta bestia cósmica…

Un posible cambio en el entorno de Sagitario A*

Una posibilidad es que, simplemente, los modelos utilizados para entender cómo es Sagitario A* estén equivocados. En cuyo caso hace falta actualizarlos para que estos aumentos de brillo se vean como parte normal de su comportamiento. Pero también es posible que el entorno del agujero negro haya cambiado. La estrella SO-2 podría ser la gran culpable. Su órbita es muy elíptica y cada 16 años, pasa muy cerca de Sagitario A*. La última ocasión sucedió a mediados de 2018 y llevó al astro a pasar a tan solo 17 horas-luz de distancia.

Simulación del Observatorio Austral Europeo (ESO) de la nube G2 siendo distorsionada por Sagitario A*. Crédito: ESO

Es posible que esa aproximación haya modificado cómo llega el material hasta Sagitario A*, y eso podría explicar por qué su brillo aumentó hasta 75 veces por encima de lo normal. Pero esta explicación no es completamente satisfactoria. SO-2 no es una estrella especialmente masiva, y parece poco probable que fuese capaz de perturbar su entorno de esa manera. Además, es la estrella más grande, del grupo S (formado por otras estrellas que también tienen una órbita muy cercana). Así que sus compañeras tampoco podrían ser las responsables.

Esto nos deja con una tercera opción. Una nube de gas. Ya en 2002, los astrónomos vieron lo que parecía una nube de hidrógeno acercándose al centro de Sagitario A*. En 2012, se pudo verificar que, efectivamente, era una nube. La llamaron G2 y midieron su temperatura en 10 000 Kelvin (9726 ºC). También determinaron su trayectoria y observaron que, en 2013, pasaría lo suficientemente cerca, del agujero negro, como para que su gravedad la destrozase. Eso habría provocado, en teoría, que el gas de la nube terminase en el disco de acreción…

Un escenario que nunca llegó para explicar como Sagitario A* aumentó su brillo

Un disco de acreción es, como su nombre indica, un disco de material que gira en torno al agujero negro en su centro. Ese gas de G2, al incorporarse al disco, habría brillado intensamente al aumentar su temperatura. Sin embargo, no se observó ningún fenómeno cuando se acercó la nube. Pero cabe la posibilidad de que el paso fuese lo suficientemente cercano como para desencadenar una cadena de fenómenos que contribuyeron al aumento de brillo observado en mayo de 2019. El inconveniente es que no está claro que haya sido así.

El entorno de Sagitario A* visto por el observatorio Chandra, en la longitud de onda de rayos X. Crédito: NASA/CXC/MIT/F.K. Baganoff et al.

Dicho de otro modo, la investigación sobre qué ha sucedido en Sagitario A* todavía continua. Es posible que, simplemente, se trate de un episodio normal que hasta ahora no se había observado. No es descabellado si tenemos en cuenta que el flujo de material que cae al agujero negro es variable. Por lo que, de cuando en cuando, podrían producirse episodios similares a este. En ese caso, solo estaríamos ante un fenómeno que todavía no conocíamos pero que no tiene mayor misterio. Además, permitiría entender mejor a estas bestias cósmicas.

La única forma de descubrirlo será con más observaciones. No solo con el observatorio Keck (que ha sido el usado para observar este aumento de brillo). También con otros telescopios, como Spitzer, Chandra, ALMA o Swift, que están observando el centro de la galaxia. Además, algunos también lo hacen en otras longitudes de onda (Chandra es un telescopio de rayos X) y puede que, en otra parte del espectro electromagnético, el evento sea visible y se pueda recabar más información. Pero, por ahora, nos tendremos que quedar con la incógnita…

Estudio

El estudio es T. Do, G. Witzel, A. Gautam et al.; «Unprecedented variability of Sgr A* in NIR». Publicado en la revista Astrophysical Journal Letters. Puede consultarse en arXiv.

Referencias: Phys