La búsqueda de vida extraterrestre es uno delos campos que más atención está recibiendo en los últimos tiempos. Mucha gente espera que, un día, detectemos señales de extraterrestres. Sin embargo, un equipo de astrónomos cree que sus emisores podrían haber muerto hace mucho tiempo…

La ecuación de Drake

La Vía Láctea vista desde un parque nacional.
Crédito: Dan Duriscoe

Corría el año 1961 cuando el astrofísico Frank Drake propuso su famosa ecuación de Drake. En Astrobitácora he hablado varias veces. En la última ocasión, me hice eco de otro estudió en el que se habla de algunos de los errores que podría contener, si tenemos en cuenta el conocimiento del que disponemos en la actualidad. El propósito es, simplemente, intentar hacernos estimar cuántas civilizaciones inteligente extraterrestres podría haber en la Vía Láctea.

A lo largo de los años ha habido diferentes esfuerzos por encontrar señales de extraterrestres. Seguramente, el Instituto SETI es el más conocido en la búsqueda de posibles civilizaciones extraterrestres. Llevan varias décadas inmersos en esa tarea. Por ahora no han encontrado nada que, ni siquiera remotamente, nos pueda hacer pensar en que hay civilizaciones en otros planetas. Algo que nos lleva a la otra gran cuestión…

Si la galaxia está repleta de civilizaciones inteligentes, ¿dónde están? Esa aparente contradicción entre lo que nos dice nuestro conocimiento (que la vida debería ser común) y lo que vemos, es lo que conocemos como la Paradoja de Fermi. Ahora, un grupo de astrónomos, que busca actualizar la ecuación de Drake, nos trae un factor más a considerar. Aunque detectásemos señales de extraterrestres, es probable que hayan muerto hace mucho tiempo.

En busca de las señales de extraterrestres

Frank Drake.
Crédito: Dr. Seth Shostak/SPL

Si te interesa conocer mejor la ecuación de Drake, te aconsejo que leas los artículos que he enlazado anteriormente. En cualquier caso, lo que nos dice es que podemos calcular la cantidad de civilizaciones de la galaxia. Para ello se toma en consideración varios factores. El ritmo de formación de estrellas de la galaxia (R*), la fracción de estrellas que tienen planetas ( fp) y la cantidad de planetas que pueden albergar vida (ne).

Así como la cantidad de planetas que desarrollarán vida (fl), la cantidad de planetas que desarrollarán vida inteligente (fl), la cantidad de esas civilizaciones que serán capaces de desarrollar tecnologías de transmisión (fc), y el tiempo de vida que esas civilizaciones tendrán para transmitir sus señales al espacio (L). Todo ello se expresa matemáticamente en esta fórmula, que quizá hayas visto alguna vez: N = R* · fp · ne · fl · fi · fc · L

En este estudio, el equipo comenzó haciendo varias suposiciones sobre dos parámetros muy importantes en la ecuación de Drake. Por un lado, supusieron que las civilizaciones aparecen en nuestra galaxia (N) a un ritmo constante. También que, del mismo modo, no emitirán radiación electromagnética de manera indefinida, sino que algo les limitará en algún momento del tiempo (L). Y desde ahí se desarrolla todo lo demás…

Las señales de extraterrestres no son indefinidas

El radiotelescopio Allen.
Crédito: Seth Shostak, SETI Institute

La suposición de los investigadores es que las posibles civilizaciones inteligentes que pudiera haber no emitirán señales de manera indefinida, solo durante un tiempo. Además, asumen que la aparición de nuevas señales es constante. Cada emisión puede describirse como un anillo con un grosor de L veces la velocidad de la luz, llena de ondas electromagnéticas. Ese anillo crece a la velocidad de la luz.

Así que, aunque esas civilizaciones no emitirán señales durante un tiempo indefinido, seguirán viajando por el espacio a la velocidad de la luz. De manera que serán detectables en una región concreta del espacio. Con ese objetivo en mente, los investigadores han desarrollado un modelo de la galaxia. Con él, buscan intentar determinar si tenemos algunas posibilidad de captar señales de extraterrestres. Esas señales tienen forma de anillo que gradualmente va recorriendo la galaxia.

En este estudio, la galaxia está modelada como un disco. Las posibles civilizaciones emisoras están en puntos aleatorios. Así, determinan que la posibilidad de que una sección de ese anillo atraviese un punto cualquiera del disco (y especialmente, la región en la que está la Tierra) depende del tamaño de ese anillo en relación al disco galáctico. Esto permite a los investigadores determinar la posibilidad de que estudios como SETI detecten señales si llegan a nuestro planeta en el momento de las observaciones.

 

Dos posibilidades para captar señales de extraterrestres

Un mundo alienígena.
Crédito: Emmanuel Shiu / www.eshiu.com

Por sus cálculos, los investigadores sugieren que hay dos posibilidades respecto a captar señales de extraterrestre. Depende del tamaño de ese anillo y de si es más grande o pequeño que el tamaño de la Vía Láctea. Ese grosor está directamente relacionado con la esperanza de vida de una civilización avanzada. Si es superior al tiempo que necesita la luz para atravesar toda la galaxia (unos 100.000 años) o menor.

Por lo que la cantidad de señales que lleguen a la Tierra dependerá de dos factores: cuánto tiempo lleva emitiéndose una señal, y la velocidad a la que aparecen nuevas señales. Si viven menos que el tiempo necesario para cubrir la galaxia, entonces sus comunicaciones solo ocupan un pequeño volumen de la Vía Láctea. O lo que es lo mismo, quiere decir que detectar la señal sería bastante complicado. Aunque es posible que, si el ritmo de nacimiento de nuevas civilizaciones detectables es suficientemente alto, los anillos de cada civilización se solapen.

El segundo escenario es más simple. Si el anillo es más grande que la galaxia, es más probable que detectemos señales de extraterrestres. De todo esto, los investigadores concluyen que la media de señales de extraterrestres, que llegan a la Tierra en un momento dado, es igual al de las civilizaciones que estén emitiendo actualmente. Esto les lleva, a su vez, a determinar que si detectamos la señal de una civilización, es probable que se haya extinguido hace tiempo.

Un estudio un tanto descorazonador

Concepto artístico de una hipotética megaestructura alienígena.
Crédito: Shkadov Thruster L. Blaszkiewicz/CC

La conclusión no es muy alentadora. Es decir, en estos momentos, según los investigadores, podría haber civilizaciones emitiendo mensajes al espacio. Pero las señales de extraterrestres, si las detectásemos, con mucha probabilidad proceden de civilizaciones que seguramente ya no existen. Eso tiene varias implicaciones que resultan interesantes. Por un lado, los investigadores concluyen que, de esta manera, la ecuación de Drake ya no es solo una cuestión de probabilidad.

Su estudio implica que podemos medir cuántas civilizaciones hay. para ello basta con analizar la cantidad de señales que atraviesan la Tierra en un momento dado. Como esa cifra es cero, parece la cantidad no puede ser muy alta… No es un panorama prometedor para los que esperamos (me incluyo) encontrar vida en otros mundos en el curso de nuestras vidas. Por un lado, dependiendo de la cantidad de civilizaciones que haya, puede que nos cueste mucho detectar señales de extraterrestres.

Por otro lado, si detectásemos algo, es muy probable que proceda de una civilización ya extinta. Y podemos estirarlo más. Si un día una civilización capta nuestras señales, el ser humano ya habrá desaparecido de la galaxia. En cualquier caso, esto no elimina la posibilidad de que, en algún momento, podamos concluir que en el pasado de nuestra galaxia ha habido vida inteligente. Quizá incluso varias civilizaciones llegaron a coexistir en el mismo momento.

No es un estudio determinante

Concepto artístico de una esfera de Dyson.
Crédito: Adam Burn

Hay que dejar claro una cosa. Esto no quiere decir (suponiendo que el estudio sea correcto), que no podamos detectar una civilización extraterrestre que esté viva en este preciso instante. Si no que es poco probable que detectemos primero sus señales. También tengo que decir que, personalmente, encuentro este estudio bastante pesimista si consideramos la posibilidad de que existan civilizaciones más avanzadas que la nuestra.

Cabe suponer que, con una tecnología más avanzada, una civilización podrá evitar su aniquilación por alguna catástrofe natural (como la explosión de una supernova, por poner un ejemplo). Y, de hecho, en otros estudios sobre la ecuación se plantea que, quizá, algunas civilizaciones puedan llegar a tener una esperanza de vida infinita, una vez expandan su presencia a otros sistemas planetarios. La detección de señales de extraterrestres es complicada.

Pero en algo sí estoy de acuerdo, necesitamos actualizar la ecuación de Drake. Por desgracia, todavía hay cosas que no podemos cuantificar correctamente. No sabemos cuántos planetas tienen la posibilidad de desarrollar vida, porque solo conocemos un mundo habitado, el nuestro. Sería mucho más fácil hacer estimaciones si conociésemos, por poner, cinco planetas con vida en diferentes estados de evolución. Pero, por ahora, solo podemos reflexionar y preguntarnos… ¿hay alguien ahí fuera?

El estudio es C. Grimaldi, G. W. Marxcy et al.; «Area Coverage Of Expanding E.T. Signals In The Galaxy: SETI And Drake’s N». De momento no ha sido publicado en ninguna revista científica, pero ha sido enviado a arXiv (donde aparecen muchos estudios antes de su publicación, como borrador). Puedes consultarlo en este enlace.

Referencias: Universe Today, arXiv