Un nuevo radiotelescopio canadiense ha detectado ráfagas rápidas de radio. La noticia en sí no debería tener mucho recorrido, salvo por un pequeño detalle. Estas ráfagas se han producido en una frecuencia más baja que las detectadas hasta ahora…

Las ráfagas rápidas de radio

Un radiotelescopio canadiense detecta ráfagas rápidas de radio

El radiotelescopio canadiense CHIME, localizado en la Columbia Británica.
Crédito: chime-experiment.ca

Hay que recordar que las ráfagas rápidas de radio fueron detectadas por primera vez ya en 2007. Desde entonces, se han detectado muchas señales, pero sigue sin estar completamente claro cuál es su fuente de emisión. Lo único que sí está claro es que no tienen su origen en la Vía Láctea. Pero, ¿cuál es el mecanismo que los provoca? Hay todo tipo de teorías, desde supernovas y agujeros negros a, inevitablemente, posibles civilizaciones extraterrestres.

Por eso, los astrónomos están recurriendo a nuevos instrumentos para ayudar a estudiar las ráfagas rápidas de radio (también llamadas FRB por sus siglas en inglés). Aquí es donde entra en escena el radiotelescopio canadiense que nos ocupa. Se trata de CHIME (por Canadian Hydrogen Intensity Mapping Experiment). Está en la Columbia Británica, en Canadá. Concretamente en el Dominion Radio Astrophysical Observatory (DRAO).

El 25 de julio de 2018, realizó su primera detección, un evento denominado FRB 180725A. El anuncio se hizo automáticamente para alertar a la comunidad astronómica y poder realizar observaciones adicionales. De momento, todo está en un una fase muy preliminar. Así que todavía queda por delante mucha investigación por realizar. Con ella se confirmará si realmente es una ráfaga rápida de radio… si realmente sucedió.

Una ráfaga rápida de radio de menor frecuencia

Un concepto artístico que muestra un FRB pasando a través del radiotelescopio de Arecibo.
Crédito: Danielle Futselaar

Pero lo más interesante es que este radiotelescopio canadiense, CHIME, tiene la capacidad de descubrir señales en frecuencias de radio bajas. La señal se produjo en una frecuencia de 400 MHz. Por los datos publicados, sabemos que la señal no duró más de 5 milisegundos. Algo que entra dentro de lo normal. La ráfaga de Lorimer, la primera ráfaga rápida de radio detectada, también tuvo una duración similar.

La señal detectada por el radiotelescopio canadiense parece proceder de un lugar a miles de millones de años-luz, en la dirección de la Gran Nube de Magallanes. Hasta ahora, solo se ha detectado una ráfaga rápida de radio que se haya repetido. Las demás han sido señales que han sucedido una única vez. FRB 121102 fue detectada por el radiotelescopio de Arecibo, en Puerto Rico, en 2012.

Al revisar los datos, se descubrió que aquella señal no había sido detectada una única vez. Tras la ráfaga inicial, se produjeron otras 10. Por lo que todavía quedan muchas incógnitas en este campo. El mundo de las ráfagas rápidas de radio es algo que todavía da mucho que hablar. ¿Por qué la señal que detectó el radiotelescopio de Arecibo fue la única que se ha repetido en múltiples ocasiones? ¿Fue un fenómeno diferente?

El logro del radiotelescopio canadiense

El radiotelescopio de Arecibo.
Crédito: H. Schweiker/WIYN y NOAO/AURA/NSF

En cualquier caso, CHIME ha conseguido varios logros con su hallazgo. Por un lado, es la primera vez que un observatorio canadiense detecta una posible ráfaga rápida de radio. También es la primera vez que se detecta una de estas señales por debajo de la banda de 700 MHz. Es posible, como señalan los investigadores, que en el pasado hubiese ráfagas de estas intensidades pero, simplemente, no tuviésemos la capacidad de detectarlas.

Desde entonces, este radiotelescopio ha detectado varias ráfagas rápidas de radio, algunas en esa misma frecuencia de 400 MHz. Las detecciones han tenido lugar tanto de día como de noche. Los momentos de la detección no parecen tener relación alguna ni con actividades en las propias instalaciones, ni con posibles fuentes de emisión terrestre. Algo que viene a reflejar que todavía queda mucha información por conocer.

Lo más importante, en esta detección, es que puede ayudar a los astrónomos a comprender mejor qué provoca las ráfagas rápidas de radio. También debería permitir definir algunos límites sobre en qué frecuencias suceden. En cualquier caso, hay que tener claro que, ni mucho menos, estas ráfagas son señal de vida extraterrestre. Si bien es una posibilidad que se ha llegado a plantear, lo lógico es suponer que su origen es natural. Por lo que teorías como emisiones de una supernova o de agujeros negros parecen las más sólidas…

Referencias: Universe Today