En la actualidad, para definir si estamos ante un planeta habitable, se analizan multitud de factores externos. Cosas como la distancia a su estrella, el tipo de estrella en el que orbita… Pero un grupo de investigadores cree que el interior del planeta no es menos importante…

Los requisitos de un planeta habitable

La idea general es bastante conocida. Principalmente, lo que define si estamos ante un planeta habitable es la distancia a su estrella y la presencia de agua en su superficie. En términos generales, podríamos decir que solo preocupa, por encima de todo, que esté en la zona habitable. En realidad, también se intentan tener en cuenta otros factores. Por ejemplo, si tiene atmósfera, la composición de esa atmósfera, la distancia a su estrella, el tipo de estrella, la estabilidad de la órbita del planeta e, incluso, qué lugar ocupa en la galaxia.

¿Qué factores hacen falta para un planeta habitable?
Concepto artístico de un exoplaneta visto desde su luna. Crédito: IAU/L. Calçada

Pero lo que no se suele considerar son los factores internos. Un grupo de investigadores cree que es error importante. Porque, a fin de cuentas, nuestro conocimiento nos indica que hace falta una combinación muy específica para que tengamos un planeta habitable. De hecho, una de las piezas más importantes es la presencia de un campo magnético. Es lo que, en el caso de la Tierra, nos protege de la mayor parte de la radiación dañina que emite nuestro Sol. Ese campo es posible gracias a que parte del núcleo del planeta está fundido.

Es solo un recordatorio de que el interior del planeta también es un factor importante. No slo el único, de hecho. En el estudio que han publicado los investigadores, básicamente, lo que buscan es conseguir que se abra el campo de búsqueda de exoplanetas. Según ellos, es necesario incorporar a más científicos de otras disciplinas, porque determinar si hay un planeta habitable depende de muchos factores diferentes. Es uno de los mejores momentos para hacer esta reflexión. Nuestra mejor tecnología para la investigación está por llegar.

En busca de más requisitos

Porque estamos en plena etapa de lanzamiento de telescopios de nueva generación. Con mejor tecnología, más fácil será observar un exoplaneta y obtener información muy variada. En la actualidad, es posible determinar su masa y densidad, así como su distancia a su estrella, así como cuál podría ser la composición de su atmósfera. Con telescopios como James Webb, será más fácil conocer mejor las atmósferas de algunos exoplanetas. Por sí mismo, esto parecería un gran paso, pero incluso entender cómo es la atmósfera es solo una pieza más.

Concepto artístico del telescopio espacial James Webb. Crédito: NASA

La mayor parte de la masa de un planeta, como recuerdan los investigadores, está en el interior. Aunque, ahora mismo, la atmósfera pasa por ser uno de los puntos más interesantes. La presencia de oxígeno, o una proporción adecuada de elementos, podría ser un gran indicador de que tenemos un planeta habitable ante nosotros. Pero no son, por sí mismos, motivos suficientes para concluir que la vida podría existir en un planeta en concreto. Al fin y al cabo, una atmósfera se ve influenciada por muchos factores diferentes.

Desde los elementos que la componen y que, principalmente, proceden del interior del planeta, a la estabilidad de esa atmósfera en escalas de tiempo suficientemente grandes para que la vida aparezca y se desarrolle. En nuestro planeta no solo tenemos el ciclo del agua. También podemos encontrarnos el del carbono. Los volcanes, a través de sus erupciones, lo expulsan a la atmósfera. Allí se liberan y terminan regresando al suelo, manteniendo un equilibrio. Para los investigadores, es una parte muy importante…

El delicado equilibrio de elementos como el carbono

En el caso del carbono, desde la atmósfera, regresa al suelo y al lecho oceánico. Desde allí, a través de procesos geológicos, vuelve al interior del planeta a través de ciertas zonas entre las placas tectónicas. Ese ciclo es otro factor que define cómo es nuestra atmósfera. Por tanto, es lógico suponer que será decisivo en otros planetas. Según qué ciclos tenga su atmósfera, o no, podemos esperar encontrar un planeta habitable o un páramo desértico y hostil para la vida tal y como la conocemos. También hay que tener en cuenta la distribución de elementos.

Las placas tectónicas podrían ser imprescindibles para permitir un planeta habitable,
Las placas tectónicas de la Tierra. Crédito: msnucleus.org

En los planetas es habitual encontrar oxígeno, silicio y hierro. Pero la cantidad de cada uno de ellos puede variar enormemente incluso entre planetas formados a partir del mismo disco protoplanetario. Todo depende de las condiciones iniciales y del proceso de formación de los planetas. Si, por ejemplo, los planetas gigantes se forman en primer lugar, la composición final de los planetas más pequeños se verá afectada, exactamente igual que si invertimos la secuencia. La cantidad de variables a tener en cuenta es muy grande.

Mucho más grande de lo que nos podría hacer pensar factores como estar en la zona habitable o no. Así que los investigadores, en su estudio, lo que piden es que a a medida que mejora la tecnología, también aumente la cantidad de factores que se valoran. Para poder entender cada uno de esos factores, a su vez, será necesario incorporar científicos expertos en diferentes ramas de la ciencia. De esta manera, harán falta expertos en minerales, o en el estudio de discos protoplanetarios y su composición, por mencionar algunos ejemplos.

Un sistema de clasificación para definir un planeta habitable

Los investigadores también juegan con la idea de que podría hacer falta un sistema de clasificación de planetas habitables que funcione por niveles. Así, el primer nivel sería aplicable para los aspectos más básicos. Cosas como que el planeta esté en la zona habitable. A partir de ahí, se podrían añadir otros factores, en niveles posteriores, para seguir definiendo las características de cada posible planeta habitable. En realidad, la idea no es nueva. En 2009, un grupo de científicos planteó un sistema de cuatro niveles de clasificación.

Recreación de un atardecer en el exoplaneta Gliese 667Cc. La estrella más cercana es la enana roja Gliese 667 C, en la derecha aparecen Gliese 667 A y Gliese 667 B, las tres forman parte de un sistema solar triple. Crédito: ESO/L. Calçada

Otro estudio, de 2012, planteaba que era necesario tener en cuenta los procesos geológicos, y su presencia, para saber si es un planeta habitable o no. La idea, por tanto, ya lleva algún tiempo rondando a la comunidad científica. Este estudio lo que hace es profundizar en el concepto. Entender qué hace que un planeta seas habitable no es nada sencillo. Hay que tener en cuenta muchos factores. Así que, en esencia, sugieren que hay que ponerse manos a la obra. No solo para definir cómo son las atmósferas de esos mundos, también sus interiores.

Con la llegada de los telescopios de nueva generación, será posible ir incorporando más factores. En poco tiempo tendremos la capacidad de analizar las atmósferas de mundos rocosos. Su interior, con un poco de suerte, no tardará mucho más. Por lo menos, para definir cómo es el campo magnético de un planeta. Algo que parece imprescindible para que la vida pueda desarrollarse en unas condiciones hospitalarias. Al menos, eso es lo que nos ha enseñado la Tierra. Pero, por ahora, todavía estamos comenzando a recorrer el camino…

Estudio

El estudio es A. Shahar, P. Driscoll, A. Weinberg y G. Cody; «What makes a planet habitable?». Publicado en la revista Science el 3 de mayo de 2019. Puede ser consultado en este enlace.

Referencias: Universe Today