La búsqueda de vida extraterrestre no ha dejado resultados satisfactorios por ahora. Pero, ¿y si no fuese porque no estamos solos? Quizá seamos parte de un zoo galáctico. A lo mejor no es una idea tan extravagante como podría parecer…

El zoo galáctico como explicación

Es posible que, simplemente, no sepamos nada de posible vida extraterrestre porque seamos parte de un zoo galáctico. Eso sí, contra nuestra voluntad. Esta posibilidad la ha puesto sobre la mesa un grupo de investigadores que ha participado en una reunión de la organización METI. Su objetivo es, precisamente, el estudio del envío de mensajes a estrellas cercanas en busca de posibles respuestas. Todo esto nos lleva a algo que conocemos como El Gran Silencio. Es decir, si hay vida en la galaxia, ¿por qué no nos han contactado?

¿Podríamos ser parte de un zoo galáctico?
La Tierra vista desde el espacio. Crédito: NASA

Una posible explicación es la del zoo galáctico. Es una hipótesis que ya se planteó allá por la década de los 70. En ella, se plantea que la Tierra sería un planeta que ya está bajo observación. Los cuidadores de ese hipotético zoológico estarían ocultándose, intencionadamente, para evitar su detección. Esto es solo un intento más por intentar responder a una de las preguntas más complejas. ¿Estamos solos en el universo? Cuando pensamos en todo el contexto, la posibilidad de que el nuestro sea el único mundo habitado parece muy improbable…

Solo hace falta pensar en la implicación de que la Tierra sea el único lugar habitado. Estaríamos ante el único planeta capaz de albergar vida y verla evolucionar hasta ser inteligente. Eso entre miles de millones de planetas solo en la Vía Láctea. Los números parecen ir en contra de la idea de ser los únicos. Pero, si hay vida extraterrestre, ¿por qué no la hemos encontrado? También estamos muy familiarizados con esa idea. Es lo que conocemos popularmente como la Paradoja de Fermi. Algo que suele ir en conjunción con la popular ecuación de Drake.

Miles de exoplanetas descubiertos

En las últimas décadas hemos descubierto miles de exoplanetas. Muchos de ellos gracias al telescopio Kepler. Pero, a pesar de los mundos que hemos ido observando hasta ahora, no hay nada que apunte a la presencia de seres extraterrestres. También es cierto que la búsqueda de exoplanetas todavía está dando sus primeros pasos. A pesar de que llevemos décadas, estamos todavía en las primeras etapas. Quizá necesitemos mejor tecnología para encontrar muchos más planetas similares a la Tierra. También falta poder estudiar sus atmósferas.

Concepto artístico del exoplaneta Kepler-186f. Crédito: NASA Ames/SETI Institute/JPL-Caltech

La explicación del zoo galáctico tiene un punto extravagante. Los extraterrestres sabrían de la existencia de nuestro planeta. Nos estarían observando, igual que a animales que están encerrados en un zoológico. En ese caso, quizá debamos actuar en consecuencia. Los investigadores han sugerido que deberíamos crear mensajes que puedan llegar a nuestros «cuidadores» para demostrar que somos seres inteligentes. Ponen un ejemplo concreto: imaginemos que una cebra, de repente, comienza a escribir los números primos…

Si sucediese, tendríamos que preguntarnos si realmente conocemos las capacidades cognitivas de las cebras. Además, probablemente nos sentiríamos inclinados a contestar. Cabe suponer, en este escenario, que esos hipotéticos extraterrestres podrían reaccionar de la misma manera con nosotros. Tan solo necesitaríamos demostrar que somos más inteligentes de lo que ellos podrían pensar. Aunque quizá el escenario no sea exactamente el de un zoo galáctico. Quizá estemos en alguna especie de aislamiento del resto de mundos…

Una cuarentena intencionada en lugar de un zoo galáctico

¿Y si las civilizaciones extraterrestres hubiesen analizado nuestros avances y llegasen a la conclusión de que lo mejor es aislarnos? Puede que nos estén separando del resto de la galaxia activamente. Evitando el contacto con esas civilizaciones por nuestro propio bien. Quizá porque esa interacción podría destruir nuestra cultura si sucediese antes de hora. O, por verlo de otra manera, que simplemente no estemos preparados. Que todavía necesitemos desarrollarnos más como civilización antes de poder interactuar con otras civilizaciones extraterrestres.

Recreación artística de Kepler-22b. Crédito: NASA/Ames/JPL-Caltech

Otra posibilidad es que, simplemente, los extraterrestres no vivan en la superficie de otros planetas. Quizá se encuentren en océanos bajo la corteza de mundos similares a Encélado o Europa. O pueden estar atrapados en la inmensa gravedad de una supertierra. Algo que dificultaría la exploración del espacio por su parte. El escenario más desesperante, por lo que implicaría, es que quizá esas civilizaciones, más avanzadas que la nuestra, se hayan destruido a sí mismas. Porque, en ese caso, también nos podría pasar a nosotros en el futuro…

En cualquier caso, probablemente lo que haga falta sea seguir buscando y estudiando. Todavía estamos comenzando a comprender el entorno que nos rodea más allá de la Tierra. Apenas llevamos unas pocas décadas analizando exoplanetas y comenzando a entender qué señales debemos buscar. Puede que no estemos siendo observados ni seamos parte de un zoo galáctico. La explicación podría ser tan sencilla como que, simplemente, todavía no saben de nosotros. Así como que, del mismo modo, nos queda mucho por explorar…

Referencias: Live Science