Pocas posibilidades de detectar civilizaciones extraterrestres

Concepto artístico de un exoplaneta visto desde su luna. Crédito: IAU/L. Calçada

Un grupo de investigadores plantea que hay muy pocas posibilidades de detectar civilizaciones extraterrestres. La afirmación, en sí, no resulta particularmente llamativa. pero se fija en un aspecto poco estudiado hasta ahora. Específicamente, las particularidades para que una civilización pueda sobrevivir…

Hay pocas posibilidades de detectar civilizaciones extraterrestres… si no se cumplen ciertas condiciones

¿Hay civilizaciones extraterrestres en otros lugares de la Vía Láctea? Lo único que se sabe es que hay una (la nuestra). Por lo que es imposible saber si deberíamos ser optimistas o pesimistas respecto a la posibilidad de encontrar a otras criaturas inteligentes. En un nuevo estudio, Un grupo de investigadores plantea que hay pocas posibilidades de detectar civilizaciones extraterrestres tecnológicas, a menos que se cumpla un requisito. El ratio de nacimientos y muertes, en otros mundos, debe estar en un rango apropiado para permitirlo…

Esta imagen muestra el cielo en la región de la estrella de Barnard. Crédito: ESO/Digitized Sky Survey 2 Acknowledgement: Davide De Martin E — Red Dots

Según explican, el ratio adecuado está en un rango de cifras relativamente pequeño. Algo que los autores definen como un problema de ajuste fino. El ratio debe ser el adecuado para permitir detectar otras civilizaciones avanzadas. Sin embargo, a priori no se sabe cuál podría ser. Según explica David Kipping (uno de los autores del estudio), la población de civilizaciones avanzadas, en la galaxia, es un equilibrio entre el ritmo al que emergen y desaparecen. Ese ratio, continúa, es todo lo que importa. Sin embargo, no hay manera alguna de establecer límites.

El ritmo de nacimiento, explica, podría ser de una aparición por mundo y por milenio, o quizá de una por billón de planetas y por billón de años. Lo mismo sucede con el ritmo de fallecimiento. Junto a Geraint Lewis, de la Universidad de Sidney (Australia), Kipping ha analizado el ratio del ritmo de nacimiento y el ritmo de fallecimiento. Esa cifra podría estar muchas magnitudes por debajo, o por encima, de uno. La Tierra tiene 4600 millones de años y su única especie tecnológicamente avanzada apenas existe desde hace unos 100 años.

Un ratio muy bajo para la Tierra

Por tanto, en el caso de nuestro planeta, ese ratio nunca ha estado cerca de uno. En la actualidad, el ratio de nacimientos y muertes de seres humanos está ligeramente por encima de uno (es decir, nacen más seres humanos de los que fallecen). Sin embargo, los demógrafos creen que tenderá a uno hacia el final de este mismo siglo. Por otro lado, el ratio siempre estará sujeto a reducciones drásticas. Su origen estará en catástrofes como el cambio climático, una guerra nuclear, una pandemia muy severa o la colisión de un asteroide.

Así que, en la Tierra, el intervalo en el que el ratio está cerca de uno es muy limitado si lo enfrentamos a la escala de la vida de la galaxia. La Vía Láctea tiene, aproximadamente, 10 000 millones de años. La pregunta es inevitable. ¿Es esta evolución del ratio similar para otras civilizaciones tecnológicas avanzadas? Al no haber encontrado otras civilizaciones extraterrestres, es imposible saberlo. Pero, basándose en la historia de la Tierra, los autores creen que es muy poco probable que el ratio tenga un valor de uno. Con todo esto en mente, presentan algo intrigante.

Lo llaman la ecuación de Drake de estado estacionario y está relacionado, naturalmente, con ese ratio de nacimientos y muertes. Después, concluyen que, como la búsqueda de vida extraterrestre inteligente solo ha investigado entre 1000 y 10 000 sistemas estelares, sin encontrar civilizaciones, el ratio de nacimientos a muertes debe ser mucho más grande que el recíproco de esta cifra. Dicho de otra manera, debe estar entre 0,001 y 0,0001. Esto deja una ventana tremendamente pequeña para realizar una búsqueda de civilizaciones con éxito…

Hay pocas posibilidades de detectar civilizaciones extraterrestres incluso si se pudiese estudiar toda la galaxia

Aproximadamente, el ratio es de 0,01 a 0,1, para civilizaciones que existan y que podamos detectar. Este rango tan pequeño es lo que los investigadores definen como un valle al que deben aferrarse los optimistas en la búsqueda de civilizaciones extraterrestres y lo que consideran un problema de ajuste fino. Kipping se explica con estas palabras: creen que alguien que espere lograr esa detección se enfrenta a un problema de ajuste fino. Debe esperar que el ritmo de nacimientos frente a muertes no sea muy bajo. Pero, al mismo tiempo, no puede ser muy alto.

Concepto artístico de una civilización alienígena. Fuente: Wallpaperup.com

Tiene que encontrarse en ese reducido valle de posibilidades. Aunque analizar más mundos aumenta la posibilidad de éxito, ni siquiera el estudio de toda la galaxia, y sus 100 000 millones de estrellas, aumenta la probabilidad de éxito de una manera notable. Apenas una entre un trillón. Esto se debe a que el ratio de nacimientos y muertes puede ser muy inferior a uno. De hecho, no hay un límite mínimo. La única forma de cambiar el panorama es que su ecuación de estado estacionario de Drake no se cumpla. O que el ratio no esté cerca de uno.

Para ilustrarlo, explican que la probabilidad de que la Tierra, de forma espontánea, formase proteínas a partir de aminoácidos se estima en un 10^-77. Es un número tremendamente pequeño… y solo es el primer paso hacia la vida. A pesar de esto, el estudio defiende la importancia de la búsqueda de vida extraterrestre. Incluso si las posibilidades de éxito son minúsculas, un único descubrimiento sería el mayor en la historia de nuestro planeta. Además, sus propios hallazgos permiten soluciones que podrían mejorar esas posibilidades enormemente…

Estudio

El estudio es D. Kipping y G. Lewis; «Do SETI Optimists Have a Fine-Tuning Problem?». Se publicará en la revista International Journal of Astrobiology y puede consultarse en arXiv, en este enlace.

Referencias: Phys

Alex Riveiro: Divulgador científico. Autor de "Hacia las estrellas: una breve guía del universo", "Más allá de las estrellas: ¿estamos solos en el universo?" y la saga de ciencia ficción "Ecos de un futuro distante". Colaborador en eltiempo.es y Otros Mundos. También en Twitter, YouTube, Twitch e iVoox.
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