Tras la críptica designación de NWA 11119 se esconde algo interesante. Un meteorito que es más viejo que el propio Sistema Solar. No es algo nuevo, pero sí interesante porque nos permite conocer mejor las condiciones antes de la formación de la Tierra…

NWA 11119, una roca muy antigua

NWA 11119: un meteorito más viejo que el Sistema Solar

Imagen del meteorito NWA 11119.
Crédito: UNM Newsroom

Hace unos 4 500 millones de años, se cree que la explosión de una supernova provocó que una nube de polvo y gas colapsase sobre sí misma. De ella, con el tiempo, nacería lo que hoy conocemos como el Sistema Solar. Sin embargo, no está del todo claro cómo se formaron los planetas. Hay diferentes teorías al respecto, pero ninguna que se haya asentado como la más probable. Por eso, NWA 11119 es interesante.

Este meteorito, de tonos verdosos, tiene unos 4 600 millones de años. Por lo que se formó justo antes de la explosión de esa supernova. Algo que permite a los astrónomos conocer mejor cómo era este entorno en aquel momento tan distante. Así como, de paso, el mecanismo por el que se formaron los planetas que lo forman. La roca apenas tiene el tamaño de una pelota de béisbol. Fue adquirida en África en 2016.

El propietario se la envió a Carl Agee, un geólogo planetario y analista de meteoritos en la Universidad de Nuevo México (en EEUU). El geológo no estaba seguro de que la roca fuese, realmente, un meteorito. Así que pidió a uno de sus estudiantes, Poorna Srinivasan, que analizase el objeto. Así, sería posible determinar si su origen era nuestro planeta o, por el contrario, procedía del espacio.

Dudas iniciales

Imagen del meteorito NWA 11119.
Crédito: UNM Newsroom

Al principio, tanto Agee como Srinivasan tenían serias dudas de que no fuese una roca terrestre. Pensaban que no era un meteorito. Sin embargo, tras examinarlo con atención, descubrieron que no había forma posible de que procediese de la Tierra. Eso, a pesar de que su aspecto es bastante similar al de las rocas volcánicas que podemos encontrar en nuestro planeta. Su composición química, sin embargo, indicaba que procede del espacio.

No solo eso, además, NWA 11119 es un meteorito ígneo. Es decir, se formó por el enfriamiento y solidificación de magma o lava. La lava, como quizá sepas, es simplemente el nombre que se le da al magma cuando alcanza la superficie de un planeta. Con 4 600 millones de años, NWA 11119 es el meteorito ígneo más antiguo descubierto. Si bien no es el meteorito más viejo. Se han descubierto otros, no ígneos, incluso más antiguos.

Alrededor del 30% de NWA 11119 está formado por largos cristales de silicio, llamados tridimita. Es una cantidad similar a la que podemos encontrar en las rocas volcánicas de nuestro planeta, pero es muy poco habitual en los meteoritos. Así que este meteorito es muy similar al material que compone la corteza de la Tierra. La capa de rocas más externa que forma una coraza sólida alrededor del planeta.

Entendiendo el origen de NWA 11119

Concepto artístico de la Tierra poco después de su formación.
Crédito: Public Domain Pictures

Esto lleva a los científicos a plantear que NWA 1119 es también la roca de una corteza. Procedente de un asteroide con una corteza que se tuvo que formar de una manera muy similar a como lo hizo la de nuestro planeta. A esto hay que sumarle que otros análisis químicos han revelado que este meteorito no es único. Se parece mucho a otros dos meteoritos especiales. NWA 7235 y Almahata Sitta.

¿Cómo podemos explicar esto? Es muy posible que las tres rocas procedan del mismo asteroide. Pero, en cualquier caso, lo importante es que podría servir para ayudar a los científicos a comprender mejor cómo se formaron los planetas del Sistema Solar. A fin de cuentas, da información sobre cómo pudo ser nuestro planeta en sus primeros instantes, poco después de su formación, y las condiciones en las que se encontraba.

El hallazgo de meteoritos como este permitirán comprender mejor cuál fue el proceso por el que se formó la corteza de la Tierra. Sin embargo, es un campo en el que todavía queda mucho camino por recorrer. Todo lo que se pueda descubrir, en ese sentido, permitirá seguir completando el cuadro sobre los primeros momentos. No solo de la Tierra, sino también del Sistema Solar en su conjunto.

El estudio es P. Srinivasan, D. R. Dunlap, C. Agee et al.; «Silica-rich volcanism in the early solar system dated at 4.565 Ga». Publicado en la revista Nature Communications el 2 de agosto de 2018. Puede ser consultado en este enlace.

Referencias: Live Science