Si has tenido oportunidad de visitar el calendario astronómico de 2017 de Astrobitácora, habrás visto que la primera cita es inminente. Una lluvia de estrellas que puede ser muy intensa y que suele pasar desapercibida en estas fechas de celebraciones…

El origen del nombre de la lluvia de estrellas

Un cuadrante mural en el Museo de Historia y Ciencia, de la universidad de Oxford. Crédito: Wikimedia Commons/Heinz-Josef Lücking

Un cuadrante mural en el Museo de Historia y Ciencia, de la universidad de Oxford.
Crédito: Wikimedia Commons/Heinz-Josef Lücking

Esta lluvia de meteoros fue descubierta por Adolphe Quetelet, del Observatorio de Bruselas, allá por 1830. Poco después, varios astrónomos en Europa y América dieron constancia del fenómeno. Sus meteoros fueron bautizados como Cuadrántidas, haciendo referencia a una antigua constelación, en esa ubicación, llamada Quadrans Muralis (el Cuadrante Mural, un instrumento astronómico).

Esa constelación fue inventada por J. J. Lalande para conmemorar el instrumento que utilizó para observar las estrellas de su catálogo, pero hoy en día está en desuso. En su lugar, decimos que las Cuadrántidas proceden de la esquina noroeste de la constelación Bootes (el Boyero). Es uno de esos casos curiosos en los que el nombre no hace referencia a la constelación de la que parecen proceder las estrellas fugaces.

Los restos de un viejo cometa

Este mapa de la NASA muestra el lugar del que parecerán proceder las cuadrántidas. Crédito: NASA/JPL-Caltech

Este mapa de la NASA muestra el lugar del que parecerán proceder las cuadrántidas.
Crédito: NASA/JPL-Caltech

En su momento de mayor actividad, es posible llegar a observar de 60 a 120 meteoros por hora (bajo circunstancias de observación extremadamente buenas, es decir, un cielo lo más oscuro posible, lejos de la iluminación de las ciudades). Sin embargo, está distribuido de una manera irregular. Seis horas antes y después de su pico de actividad, estos meteoros azules (color derivado de las capas de magnesio que arden cuando el fragmento entra en la atmósfera de la Tierra) aparecen con solo la mitad de la frecuencia.

Eso quiere decir que el flujo de partículas es bastante estrecho, probablemente desprendidos recientemente de algún cometa pequeño. De hecho, en 2003, el astrónomo Peter Jenniskens, de la NASA, descubrió que el asteroide cercano a la Tierra, catalogado como 2003 EH1 (aquí puedes leer por qué a veces se usan estos nombres tan raros para los objetos celestes), parecía estar en la órbita apropiada para provocar el fenómeno.

Algunos astrónomos creen que, en realidad, este pequeño asteroide no es más que una parte de un antiguo cometa. En concreto, uno que pudo ser registrado por astrónomos chinos, coreanos y japoneses durante los años 1490 y 1491. Si es así, es posible que el cometa se rompiese en diversos fragmentos, que se convirtieron en los meteoros que dan lugar al flujo de la lluvia de estrellas de las Cuadrántidas.

Dónde y cómo observarlos

Fotografía de una Cuadrántida, en Tenerife, en el año 2012. Crédito: Roberto Porto

Fotografía de una Cuadrántida, en Tenerife, en el año 2012.
Crédito: Roberto Porto

En 2017, todo apunta a que Norteamérica será el lugar con las mejores condiciones para ver la lluvia de estrellas (por desgracia, no es posible observarla desde el hemisferio sur), pero en Europa también disfrutaremos de unas condiciones inmejorables para verlas, porque la Luna se pondrá poco antes de la medianoche, ofreciéndonos cielos completamente oscuros y la posibilidad de observar los meteoros más tenues, que suelen ser ocultados por su brillo. Las mejores horas de observación serán después de la medianoche y, especialmente, en las horas previas al amanecer, tanto la noche del 3 de enero como la del 4.

Si te animas, recuerda llevar suficiente ropa de abrigo. Las sesiones de observación de estrellas fugaces pueden ser muy largas, y estas fechas son de todo menos calurosas (en el hemisferio norte) por lo que siempre es recomendable llevar ropa suficiente. La siguiente cita con las lluvias de estrellas no tendrá lugar hasta el mes de abril, con las Líridas. Antes, en febrero, viviremos un eclipse penumbral de Luna (que será visible en toda Europa y el este de Sudamérica).

Referencias: Space