Puede parecer desconcertante, pero el monóxido de carbono podría ser una biofirma. Es decir, su presencia, podría llevarnos a pensar que un planeta podría estar habitado. ¿Cómo es posible? La propia historia de la Tierra nos lo explicaría…

La importancia del monóxido de carbono

Poco a poco, nuestra tecnología sigue avanzando. Primero se trató de descubrir exoplanetas. Ahora, estamos entrando en la fase de poder estudiar las atmósferas de esos planetas. Será posible con la llegada de telescopios como James Webb. Permitirá observar las combinaciones de gases que podrían apuntar a la presencia de vida. Es uno de los aspcetos más apasionantes del estudio de exoplanetas de los próximos años. Así terminamos encontrándonos con el monóxido de carbono. Porque resulta ser muy controvertido.

La importancia del monóxido de carbono
Concepto artístico de un exoplaneta. Crédito: NASA

Para algunos científicos, es todo lo contrario a una biofirma. Es decir, si es lo suficientemente abundante, según ellos, debería tomarse como una señal de que el planeta no está habitado. Pero un grupo de investigadores cree que, al contrario, podría ser una señal de vida. Para ello, han creado un modelo que simula una biosfera y la química atmosférica. En el estudio, establecen un paralelismo que resulta muy tentador. El pasado de la Tierra nos ofrece un escenario en el que el monóxido de carbono era un elemento que estuvo muy presente.

En planetas habitados, como el nuestro, no se espera encontrar grandes cantidades de monóxido de carbono. Se destruye rápidamente por las reacciones químicas en un entorno rico en oxígeno. Pero la Tierra no siempre ha sido así. Hace miles de millones de años, los océanos tenían abundante vida microbiana. La atmósfera era muy diferente a la actual. El oxígeno era muy poco frecuente y la superficie recibía menos luz, de un Sol que era más tenue que hoy en día. En equel momento, el monóxido de carbono podría estar presente en 100 partes por millón.

El monóxido de carbono es mucho más abundante en ciertos entornos

Esa abundancia sería mucho más elevada que lo que podemos encontrar hoy en día. Para los investigadores, es una señal importante. Creen que indica que deberíamos esperar encontrar grandes cantidades de monóxido de carbono, en aquellos planetas que estén habitados en torno a estrellas como la nuestra, pero que tengan poco oxígeno en sus atmósferas. Es decir, el pasado de la Tierra podría ser una guía perfecta para intentar encontrar vida en otros lugares de la galaxia. Pero, ¿qué hay de los planetas en torno a otros tipos de estrellas?

Concepto artístico de un exoplaneta visto desde su luna. Crédito: IAU/L. Calçada

Porque también tenemos que contar con, por ejemplo, enanas rojas como Próxima Centauri. ¿Cómo varía la composición de la atmósfera en torno a estrellas de este tipo? Alrededor de esa estrella, la más cercana al Sistema Solar, se encuentra Próxima b, un exoplaneta rocoso, con un tamaño similar al de la Tierra, en su zona habitable. En este caso, los investigadores han observado que un mundo rico en oxígeno también podría tener una gran cantidad de monóxido de carbono. No solo eso, también nos recuerda algo sobre la vida.

Un entorno así sería claramente hostil para gran parte de la vida de la Tierra. Los seres humanos, y los animales, seríamos incapaces de sobrevivir en esas condiciones. Pero las formas de vida microbianas podrían desarrollarse sin grandes dificultades. Los investigadores comentan que, en las atmósferas de planetas en torno a enanas rojas, es más sencillo que el monóxido de carbono abunde. Por las características de sus estrellas, en sus atmósferas debería haber menos hidróxido. Permitiendo que el monóxido de carbono y el metano sean abundantes.

El estudio de las atmósferas de otros planetas

Todo esto lleva a los investigadores a remarcar que la presencia de monóxido de carbono en las atmósferas de otros planetas no tiene por qué ser una noticia negativa. Ciertamente, no en el caso de planetas que orbiten en torno a enanas rojas. Podría haber grandes cantidades en planetas que estén habitados. Es decir, tendríamos dos escenarios válidos. Una atmósfera rica en metano y dióxido de carbono, con poco monóxido de carbono, es muy prometedora. Pero también podríamos encontrar atmósferas en las que los tres gases sean muy abundantes.

Concepto artístico de una llamarada en una enana roja dentro de un sistema binario. Crédito: NASA’s Goddard Space Flight Center/S. Wiessinger

En algunos casos, podrían ser, aun así, planetas habitables. Al margen de todas estas consideraciones, queda claro que la búsqueda de posibles biofirmas está siendo un campo muy activo de investigación. No es sorprendente. Necesitamos saber qué significa la presencia de cada elemento que podamos encontrar en la atmósfera de planetas que giran en torno a otras estrellas. En esencia, parece que podríamos esperar dos tipos diferentes de mundos. Por un lado, aquellos que puedan ser similares a la Tierra en la actualidad.

Por otro, también, planetas que podrían ser similares a la Tierra durante sus primeras etapas. Mundos que, por tanto, ofrecerán un panorama muy diferente al que podemos encontrar aquí. Pero, para saber cómo podría ser esa vida, primero tendremos que confirmar que realmente está ahí. Queda un largo camino por recorrer. Tarde o temprano, llegarán las detecciones ambiguas. La posibilidad de que un mundo, que hayamos estudiado, tenga suficientes señales para que nos preguntemos si podría estar habitado. Pero, ¿cuánto tendremos que esperar?

Estudio

El estudio es E. Schwieterman, C. Reinhard, S. Olson et al; «Rethinking CO Antibiosignatures in the Search for Life Beyond the Solar System». Publicado en la revista The Astrophysical Journal el 15 de marzo de 2019. Puede ser consultado en este enlace.

Referencias: Centauri Dreams