En estos últimos días, hemos recibido un pequeño jarro de agua fría… Marte tiene corrientes de arena, y no de agua salada como se planteó hace tan solo unos años. Es la conclusión de un nuevo estudio que, además, refuerza la idea de que el planeta rojo es extremadamente seco.

Las líneas de pendiente recurrente de Marte

Marte tiene corrientes de arena

Líneas de pendientes recurrentes en Marte.
Crédito: NASA/JPL/University of Arizona

Cuando las primeras misiones comenzaron a visitar el planeta rojo en los años 70, supimos que estabamos ante un paisaje seco, frío y desolador. Aquello puso fin a la especulación, de muchas generaciones, de que Marte podía tener vida. Con el paso de los años, sin embargo, las investigaciones nos habían dado evidencias que apuntan a que, en su pasado distante, tuvo agua líquida en su superficie. Sabemos que debió ser un mundo muy diferente al que conocemos hoy día.

A esto hay que sumarle algo llamado líneas de pendiente recurrentes (RSL, por sus siglas en inglés). Que se llegó a plantear que podrían ser la señal de que, de forma estacional, Marte podría tener agua salada fluyendo por su superficie. Sin embargo, un nuevo estudio indica que estas líneas, sin embargo, probablemente son el fruto de corrientes de arena. Así que no habría agua por ninguna parte y, lo que es peor, implicaría también que se trata de un entorno demasiado frío para la supervivencia de microorganismos.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores se han apoyado, principalmente, en la nave Mars Reconnaisance Orbiter de la NASA. Han consultado los datos del instrumento HiRISE, una cámara que toma fotos de alta resolución. Fue el mismo instrumento que en 2011 llevó al descubrimiento de las líneas de pendiente recurrente. Estaban presentes en las latitudes medias del hemisferio sur de Marte. Además, parecían surgir durante el final de la primavera, y en el verano marciano, y desaparecer en invierno.

Corrientes de arena…

Cara interior de un cráter que muestra diferentes líneas de pendiente recurrentes.
Crédito: NASA/JPL-Caltech/UA/USGS

Esa naturaleza estacional apuntaba, fuertemente, a que podía ser el resultado del fluir de agua salada. Algo que además se apoyaba en el hecho de haber detectado, en estos lugares, sales hidratadas. Sin embargo, el examen de los datos de HiRISE ha llevado a los investigadores a varias conclusiones. Estas líneas solo aparecen en pendientes que son lo suficientemente pronunciadas como para que desciendan los granos secos de arena. Igual que pasa en una duna.

Es decir, el comportamiento de estas líneas encaja mucho mejor con una corriente de arena seca. No habría, por tanto, ninguna señal de que pudiese haber agua salada en la superficie de manera ocasional. La lectura de todo esto es que, como ya se sospechaba, Marte es un planeta muy seco. Las imágenes de HiRISE, y los modelos usados por los investigadores, muestran que estas líneas aparecen solo en colinas de más de 27º de inclinación.

Además, esas pendientes acaban de la misma manera que en las dunas que se pueden observar tanto en la Tierra como en Marte. Es decir, acaban allí en donde la pendiente tiene un angulo mucho menor, algo común de las corrientes de arena. Sin embargo, las de agua sí fluyen en pendientes menos inclinadas. Así que la conclusión de los investigadores parece completamente lógica. Lo observado encaja muy bien con corrientes de arena.

Una pequeña decepción

Líneas de pendiente recurrentes en Marte.
Crédito: NASA/JPL-Caltech/Univ. of Arizona

Este hallazgo no deja de ser un mazazo en ciertos sentidos. Que pudiese haber agua en la región ecuatorial de Marte era una posible señal de que podría haber vida microbiana. Estos pequeños organismos podrían sobrevivir en ese entorno. Pero las corrientes de arena, por mucho que fastidie, encajan mucho mejor con el entorno que conocemos en Marte. Tiene una atmósfera muy fría y delgada, así que era difícil explicar cómo era posible que el agua líquida pudiese sobrevivir en su superficie.

Aún así, hay algunas preguntas que siguen quedado en el tintero. No conocemos todo sobre las lineas de pendiente recurrentes. Por ejemplo, no está claro cómo se forman estas corrientes de arena, ni cómo crecen. Así como el hecho de que estén activas solo durante la primera y el verano. Además, no podemos olvidarnos de las sales hidratadas detectadas en estos lugares. Contienen pequeñas cantidades de agua…

Los investigadores dan algunas explicaciones a estas preguntas. Las sales, por ejemplo, podrían hidratarse atrapando el vapor de agua de la atmósfera. Eso explicaría por qué hay partes de las líneas de pendiente recurrentes que presentan colores diferentes. También proponen que los cambios estacionales en la hidratación podrían ser un mecanismo que active las corrientes de arena. El agua se absorbe y se libera, provocando que la pendiente colapse.

La frecuencia de las pendientes

Ilustración de la sonda Mars Reconnaissance Orbiter y su estudio de Marte (y el posible ciclo de agua que tuviese).
Crédito: NASA/JPL/Corby Waste

Si el vapor de agua fuese un mecanismo de activación, también hay otra pregunta importante. Las líneas de pendientes recurrentes no aparecen en todas las pendientes. Esto, según los investigadores, podría ser una señal de que tanto las líneas de pendiente como el mecanismo de formación no sea muy parecido a lo que vemos en la Tierra. Seguramente será algo exclusivo de marte. Así que es una buena oportunidad para descubrir mejor el planeta rojo.

Para comprender estas líneas de pendiente recurrentes por completo, los investigadores creen que será necesario realizar investigaciones in-situ. Además, avisan de que será necesario tomar precauciones. Aunque son corrientes de arena y no favorecen la vida microbiana, sí podría llevarse desde la Tierra (en los instrumentos). Con una investigación en el lugar, se podrá explicar por qué se oscurecen y desaparecen.

En los próximos años, la NASA planea explorar diferentes lugares de la superficie del planeta rojo con el rover Mars 2020. Entre esos planes, se incluye una misión de retorno de muestras. Esas muestras, recogidas y almacenadas por el rover, deberían ser recuperadas por una misión tripulada en la década de 2030, y ser devueltas a la Tierra para su análisis. Sin embargo, habrá que esperar unos cuantos años para eso. Mientras tanto, quedan muchas cosas por aprender….

El estudio es Colin M. Dundas, Alfred S. McEwen et al.; «Granular Flows at Recurring Slope Lineae on Mars Indicate a Limited Role for Liquid Water». Publicado en la revista Nature Geoscience. Puede ser consultado en este enlace.

Referencias: Universe Today