El programa Artemisa está dando lugar a la llegada de multitud de conceptos interesantes, como LUNARSABER. Es un planteamiento de la compañía Honeybee Robotics, propiedad de Blue Origin y una de las compañías más destacadas en el ámbito de la tecnología espacial.
LUNARSABER podría resolver varios problemas a la vez
Lo más interesante de LUNARSABER es que podría resolver varios desafíos con una única pieza. Las siglas de LUNARSABER se corresponden con Lunar Utility Navigation with Advance Remote Sensing and Autonomous Beaming for Energy Redistribution (se traduce, aproximadamente, como Utilidad de navegación lunar con sensor remoto y haz autónomo para la redistribución de energía). El concepto es muy intrigante. Se trata de un mástil de 100 metros de altura que puede sostener una tonelada de equipamiento encima.
Esto permitiría que funcionase como central de energía, comunicaciones y centro de iluminación de una base lunar. También podría funcionar como parte de una red conectada con otros lugares interesantes de la superficie lunar. LUNARSABER es una estructura demasiado grande para lanzarla al espacio. No existe (ni existirá en un futuro cercano, como mínimo) un cohete que pueda lanzar una torre de 100 metros al espacio y, posteriormente, aterrizarla en la Luna. Del mismo modo, construirla en la superficie del satélite, sin infraestructura previa, sería casi imposible.
Así que Honeybee Robotics busca aprovechar la tecnología existente. Específicamente, el sistema DIABLO (por las siglas de Deployable Interlocking Actuated Bands for Linear Operations, que se traduce como Bandas accionadas entrelazadas desplegables para operaciones lineales). DIABLO utiliza una pieza plegada de metal y la convierte en una estructura cilíndrica desplegable que puede transportar cargamentos pesados. En este caso, esa estructura sirve como base para LUNARSABER. Lo interesante, en realidad, es lo que permite.
El juego de estructuras y tecnologías pensadas para la Luna
En los laterales de la torre, Honeybee Robotics planea incorporar los paneles solares. Algo esencial para obtener energía. En el vídeo que acompaña esta sección, se puede ver los dos sistemas para el despliegue que tienen en mente. Uno es tradicional, con paneles solares en lo alto de la torre. El otro es una estructura desplegable que rodea la torre, de manera que se puede capturar la luz del Sol desde cualquier ángulo. Los ingenieros calculan que podría producir 100 kilovatios de energía con estas técnicas, y además presenta otras ventajas.
Algunas regiones de los polos lunares reciben luz solar constantemente (o casi). En estos lugares, una torre alta capturaría luz solar (en mayor o menor medida) durante casi el 95% del tiempo. Si bien es cierto que esa luz solar solo alcanzaría la parte superior de LUNARSABER sin perder una cantidad importante de generación de energía. Disponer de energía durante la larga noche lunar sería mucho más atractivo que no tener nada y necesitar apoyarse únicamente en las baterías. Esa es una de las grandes funciones de esta estructura, pero no la única.
También puede enviar energía a otros dispositivos, monitorizarlos, comunicarse con diferentes dispositivos y, por supuesto, iluminar toda su región. Enviar energía es muy importante en el campo de la tecnología espacial y, recientemente, algunas pruebas de Caltech y el Laboratorio de Investigación de la Armada de EE. UU. han arrojado resultados muy positivos. Esta tecnología podría utilizarse con LUNARSABER. Si un mástil recibe mucha luz, pero otro está en sombra, se puede transferir desde uno al otro. También puede dar energía a dispositivos en su entorno.
LUNARSABER todavía es una propuesta
Así, puede transferir energía a róvers o incluso a trajes espaciales de astronautas. La zona en la que existiría esta posibilidad, naturalmente, es enorme. Por ello, podrá utilizar sensores para encontrar y monitorizar esas herramientas. En principio, cualquier cosa que tenga una línea de visión directa podría ser monitorizada y/o alimentada por la torre. En teoría, LUNARSABER podría incluso funcionar como torre de telefonía, permitiendo disponer de una especie de red de internet que permita que diferentes róvers se coordinen entre sí aunque estén en otros lugares.
Por último, para enviar esos comandos, los astronautas necesitarán ver hacia dónde van. Por ello, la luz en lo alto de la torre resultaría muy útil, al proporcionar luz visible para la navegación del terreno en el entorno. Esto permitiría que puedan llevar a cabo actividades tanto en el día como en la noche lunar. Si se utilizan diferentes torres en conjunto, se puede asegurar una fuente de energía solar, y también comunicación con la Tierra, de forma constante. La mitad de la Luna está siempre iluminada, por lo que se podría aprovechar este hecho.
Bastaría con repartir las torres en lugares estratégicos para que algunas siempre reciban luz. De esta manera, una base lunar podría recibir energía incluso en plena noche lunar. La exploración de la cara oculta de la Luna se podría realizar incluso con comunicación permanente con la Tierra gracias a las torres de LUNARSABER. En cualquier caso, estamos ante una propuesta sobre cómo afrontar algunos de los retos de la exploración de la Luna (y de disponer de un asentamiento permanente) y habrá que ver si la NASA decide recurrir a ella…
Más información:
Este documento (en inglés) profundiza en la propuesta de LUNARSABER: https://www.hou.usra.edu/meetings/lpsc2024/pdf/2535.pdf
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