¿Cuáles son los riesgos de un viaje tripulado a Marte? Será un viaje de larga duración en el que un grupo de seres humanos estará confinado a un espacio muy pequeño. No solo hay desafíos logísticos y biológicos, la propia convivencia tendrá sus altibajos…

Los riesgos de un viaje tripulado a Marte no son solo tecnológicos

Un grupo de investigadores ha desarrollado un modelo para ayudar a la NASA a ver qué conflictos y problemas de comunicación podrían surgir entre los miembros de la tripulación que viaje al planeta rojo. Los riesgos de un viaje tripulado a Marte no están, únicamente, en las cuestiones tecnológicas. Proteger a los astronautas de los rayos cósmicos es importante. Pero también lo es conseguir que lleguen a su destino sin matarse entre ellos. O que, por otro lado, sean capaces de responder apropiadamente en situaciones de mucho estrés

Los riesgos de un viaje tripulado a Marte
Concepto artístico de una colonia en Marte. Crédito: NASA/Pat Rawlings

Saber enfrentarse a esas situaciones definirá, literalmente, la posibilidad de éxito o fracaso de la misión. La agencia espacial norteamericana tiene muy claro que su objetivo es llegar a Marte. Para ello, es necesario entender los diferentes obstáculos que impiden conseguirlo. Por un lado, las propias cuestiones fisiológicas. Por otro, los retos de ingeniería. Finalmente, pero no menos importante, los obstáculos sociales. Con todo esto en mente, los investigadores han llevado a cabo un estudio, de dos fases, que se centra particularmente en el último punto de esos retos.

Los investigadores han estudiado la conducta de una tripulación en misiones simuladas. Se incluyen todas las condiciones que se podrían encontrar en la misión real. Aislamiento, privación del sueño, tareas relacionadas con la misión, así como comunicaciones con el centro de control, con el mismo retraso que se podría encontrar en un viaje espacial real. El objetivo es triple. Primero, entender los efectos del aislamiento, y el confinamiento a un espacio reducido, del equipo. Segundo, identificar formas de mejorar su rendimiento. Así como desarrollar un modelo que ayude a la NASA.

En busca del equipo ideal

Todo esto permitiría a la agencia estadounidense identificar las posibles incidencias en los equipos que formen antes y durante la misión. Permitiendo conocer, de antemano, los riesgos de un viaje tripulado a Marte. Los investigadores destacan que el trabajo en equipo será un factor esencial. Un viaje al planeta rojo exigirá una fortaleza psicológica excepcional, incluso para un astronauta. La nave será pequeña, quizá del tamaño de un apartamento. El viaje de ida y vuelta, en ese pequeño espacio, será de tres años.

La NASA espera enviar humanos a Marte en la década de 2030. Crédito: NASA

Contar con profesionales tan preparados como los astronautas es, lógicamente, un gran paso. Son personas que están en una condición física extremadamente buena y muy inteligentes. Pero no quiere decir que sean infalibles ni perfectos. Con este estudio, lo que se intenta es determinar todavía mejor cuáles son los valores, rasgos y condiciones necesarias para que la tripulación sea capaz de funcionar. No solo como equipo, también a nivel humano. El retraso en las comunicaciones, que será de más de 20 minutos, hace que sea una misión muy especial.

No hay ninguna misión tripulada, en el pasado de nuestra especie, en el que la comunicación con la Tierra se haya visto afectada de esa manera. Este estudio, según sus autores, parte con la ventaja de que se han utilizado datos muy concretos para que su representación de lo que podríamos esperar sea la mejor posible. Porque esos datos proceden de la experiencia de las tripulaciones que han participado en el experimento. Así, intentaban ejecutar tareas con privación del sueño. Mientras, los investigadores recogían datos sobre su rendimiento, actitud, adaptación…

Capacidades deterioradas

Los equipos que se han sometido al experimento muestran los mismos resultados. Su capacidad para pensar de forma creativa y resolver problemas se ve reducida en estas circunstancias. Además, solo son capaces de completar sus tareas con éxito entre el 20 y el 60% de las ocasiones. Es una clara muestra de los riesgos de un viaje tripulado a Marte que podrían poner en serio peligro la misión. Son aspectos esenciales en una misión tan compleja como viajar a Marte. Necesitan un porcentaje de éxito muy superior a ese margen…

Concepto artístico de un explorador en la superficie de Marte. Crédito: Alberto Vangelista

En la segunda, fase que comenzó el 15 de febrero, los investigadores están usando un modelo para analizar cómo se relacionan entre ellos. La tripulación se enfrentará a cambios en cuanto a quién trabaja con quién, cuándo y en qué. De esta manera, los investigadores quieren analizar si hay combinaciones que tengan resultados más positivos. El 15 de marzo, también se sumarán dos astronautas rusos y estadounidenses a la misión. Aunque su experimento será muy diferente. En lugar de simular una misión a Marte, será a la Luna.

Participarán en una misión ficticia de 120 días de duración alrededor del satélite. Así como un aterrizaje en su superficie. Todo ello como parte de esa misión de la NASA de entender cuáles son los riesgos de un viaje tripulado a Marte. Se busca entender cosas como la posibilidad de que la tripulación y los equipos de apoyo en la Tierra funcionen bien entre sí. Así como intentar prever qué problemas podría haber. También se analiza la estructura del trabajo. Se intenta, así, que los astronautas puedan llevar bien el paso de una misión en equipo a una individual (y viceversa).

Una cuestión tan importante como las demás

En realidad, es importante que la tripulación sea capaz de trabajar de manera efectiva. Por muy controlado que pueda estar el entorno, es obvio que se enfrentarán a situaciones imprevistas. En ciertos momentos, según lo que suceda, pueden enfrentarse a cosas como la privación del sueño. No necesariamente, además, porque el trabajo esté mal planificado. Simplemente podría deberse a insomnio. A fin de cuentas, un viaje de estas características no es ni mucho menos algo habitual en la vida de un astronauta. Los imprevistos suceden.

Este es un concepto de hábitat en Marte propuesto por la NASA en 1995. Crédito: John Frassanito and Associates for NASA

Este trabajo es, en realidad, una piedra angular de un proyecto que, todavía, sigue pareciendo demasiado lejano. La agencia norteamericana sigue teniendo como objetivo llevar una tripulación a Marte en la década de 2030. De momento hay muchas incógnitas en el aire. Quedan todavía cuestiones por resolver. Por ejemplo, cuál es la protección adecuada frente a la exposición a los rayos cósmicos. O cómo será el entorno en el que estén durante su misión en Marte. Cómo conseguir recursos allí (como agua) si fuese necesario.

Por otro, está la cuestión logística. La nave necesitará ser autosuficiente. Los sistemas de soporte vital deben ser infalibles. También será necesario alimentar a una tripulación durante 3 años de viaje. Eso es mucho alimento que almacenar (y conservar) durante un período de tiempo muy largo. En definitiva, aunque se sigue avanzando en ese ambicioso objetivo, lo cierto es que todavía queda mucho camino por recorrer. Pero estudios como el que se está llevando a cabo sirven para demostrar que no se está dejando nada en manos del azar…

Referencias: Phys