Dentro del catálogo Messier, como probablemente ya sepas, tenemos una cantidad descomunal de cúmulos estelares. También es el caso de Messier 6, al que denominamos el cúmulo de la mariposa por el aspecto que parece presentar esta agrupación de estrellas, y, aunque no tenemos constancia de ello, es posible que Ptolomeo (en el siglo I) lo llegase a ver a simple vista…

El descubrimiento del Cúmulo de la Mariposa

El cúmulo de la Mariposa Crédito: Ole Nielsen

El cúmulo de la Mariposa
Crédito: Ole Nielsen

Hoy en día, por la información que ha llegado a nuestra época, los astrónomos creen que el primero en registrar la posición del cúmulo fue el italiano Giovanni Battista Hodierna, en el año 1654. Pero hay indicios que hacen creer que Ptolomeo pudo haberlo observado allá por el año 130, cuando describió el Cúmulo de Ptolomeo (del que no hablaré en esta entrada, ya que se corresponde con el objeto M7 del catálogo de Messier). Además de Hodierna, Jean Philippe de Cheseaux lo redescubrió en 1745 (también observó M4, como puede que hayas leído aquí mismo). En 1764, fue documentado por el propio Charles Messier, que anotó lo siguiente al respecto:

“En la misma noche del 23 al 24 de mayo de 1764, he determinado la posición de un cúmulo de pequeñas estrellas entre el arco de Sagitario y la cola de Escorpio: a simple vista (es decir, a ojo), este cúmulo parece formar una nebulosa sin estrellas, pero incluso el instrumento más pequeño que uno pueda utilizar para examinarlo le hará ver que es un cúmulo de pequeñas estrellas (…)»

Pero, de dónde proviene el nombre por el que lo conocemos? De Robert Burnham, un astrónomo americano que en la década de los 60 publicó un libro de astronomía amateur, y en el que describía este cúmulo de la siguiente manera: «El presente autor considera este uno de los cúmulos más atractivos en el firmamento para los instrumentos pequeños, un grupo completamente cautivador cuya disposición sugiere la forma de una mariposa con las alas abiertas.»

De qué se compone el Cúmulo de la Mariposa

Giovanni Battista Odierna.

Giovanni Battista Hodierna.

En este cúmulo hay alrededor de 80 estrellas, que ocupan un área de entre 12 y 25 años luz, y que son muy, muy jóvenes (en términos astronómicos, claro). Se formaron hace entre 51 y 95 millones de años (es decir, hacia el final de la era de los dinosaurios, o poco después de su extinción). La mayor parte de las estrellas de este cúmulo son estrellas azules, excepto la más brillante, que es una gigante naranja, a la que conocemos como BM Scorpii. Destaca mucho respecto a sus vecinas, y además (oh, sorpresa) es una estrella variable, con un brillo que varía desde la magnitud 5,5 a la 7. El brillo aparente del cúmulo en sí, sin embargo, es algo más elevado, quedándose en un 4,2 (recuerda, cuanto más cercano sea el número a cero, o más negativo sea, más brillante es el objeto del que hablamos).

Todas las estrellas en este cúmulo se formaron en la misma nube molecular y todavía están atadas gravitacionalmente entre sí. Se encuentra a una distancia de nosotros de unos unos 1.600 años luz.

Cómo observar el Cúmulo de la Mariposa

Otra imagen del Cúmulo de la Mariposa. Crédito: Sergio Eguivar, Buenos Aires Skies

Otra imagen del Cúmulo de la Mariposa.
Crédito: Sergio Eguivar, Buenos Aires Skies

Observar este cúmulo no es demasiado complicado, pero es fácil confundirse con Messier 7, que está relativamente cerca y es más brillante. Para encontrarlo, basta con buscar las constelaciones de Escorpio y Sagitario, y buscar el aguijón de la cola de Escoprio (que es una brillante estrella a la que llamamos Lambda). En un cielo suficientemente oscuro, hacia el noroeste, podrás ver un pequeño parche brillante. Con unos prismáticos astronómicos, las estrellas del cúmulo tendrán un brillo parecido y podrás ver fácilmente la forma de la mariposa. En un telescopio, sin embargo, aparecerán muchas más estrellas, y será más complicado reconocer la forma (la ventaja es que podrás ver mejor el color de las mismas).

Referencias: Universe Today y Wikipedia