La Tierra es un lugar único en muchos sentidos. Entre ellos, por supuesto, por el hecho de tener vida. Un nuevo estudio sugiere que el campo magnético de los exoplanetas podría determinar qué podemos esperar encontrar. El razonamiento tiene mucho sentido…

El campo magnético de los exoplanetas puede ser clave

Basta un vistazo al interior del Sistema Solar para ver una diferencia más que evidente. La Tierra está habitada, tiene océanos y unas condiciones muy hospitalarias para la vida. Venus y Marte, sin embargo, siguieron caminos completamente diferentes. El primero se convirtió en un infierno. En su superficie el plomo se derrite. No hay ninguna posibilidad de que la vida, tal y como la conocemos, pudiese sobrevivir allí. Si bien es cierto que las cosas podrían ser diferentes bajo la superficie. En el caso de Marte nos encontramos lo contrario.

La vida y el campo magnético de los exoplanetas
Recreación de un atardecer en el exoplaneta Gliese 667Cc. La estrella más cercana es la enana roja Gliese 667 C, en la derecha aparecen Gliese 667 A y Gliese 667 B, las tres forman parte de un sistema solar triple. Crédito: ESO/L. Calçada

El planeta rojo tiene un entorno más frío que el de la Tierra. A diferencia de Venus, es un lugar mucho más frío. Aquí sí podemos encontrar hielo en los polos, pero las condiciones en superficie no son compatibles con la vida tal y como la conocemos en nuestro planeta. Ambos mundos tienen algo en común entre sí que la Tierra no comparte. Su campo magnético es mucho más débil. Ese factor, de hecho, es una de las grandes claves de nuestro planeta. Su campo magnético es lo suficientemente fuerte para aguantar los embistes del Sol y preservar su atmósfera y océanos.

Porque, asimismo, sabemos que el océano y la atmósfera de la Tierra es un factor importante. La vida, tal y como la conocemos, depende del agua para sobrevivir. Si no hay agua, por tanto, podemos suponer que las condiciones no serán apropiadas para que se desarrolle. Como solo conocemos un planeta habitado, el nuestro, lo lógico es comenzar a buscar por lo que ya conocemos. Siguiendo ese razonamiento, nuestros esfuerzos están mucho mejor centrados en la búsqueda de planetas que puedan parecerse al nuestro..

El papel de los exoplanetas

En los últimos años no han dejado de sucederse los descubrimientos de exoplanetas. Pero, ¿cuántos de ellos se parecen más a la Tierra que a Venus o a Marte? Sin un campo magnético (o uno débil), las estrellas en torno a las que orbitan podrían haber arrancado el oxígeno de sus superficies sin grandes dificultades. Así que un grupo de investigadores ha intentado dar respuesta a este dilema. Se han lanzado a la misión de intentar determinar cuál es la probabilidad de que los campos magnéticos de los exoplanetas sean más parecidos a los de la Tierra.

El campo magnético de los exoplanetas es el que podría preservar la atmósfera...
Concepto artístico que muestra una estrella iluminando la atmósfera de un exoplaneta. Crédito: NASA Goddard Space Flight Center

La primera impresión, sin embargo, parece bastante desalentadora. Para determinar qué podemos esperar encontrar, se han basado en una muestra de 496 exoplanetas descubiertos en los últimos tiempos. De ellos, tan solo uno podría tener un campo magnético como el de la Tierra o más intenso. El resto, sin embargo, o no tendrán campo magnético alguno o será muy débil. Aunque, ¿cómo podríamos saberlo si no podemos viajar fuera del Sistema Solar? Lo cierto es que, a pesar de la distancia, podemos intuir los campos magnéticos de los exoplanetas.

Sus campos no se pueden medir de forma directa. Pero se puede determinar a partir de aspectos como el radio del planeta, su tamaño, la densidad de su núcleo externo y otros datos. El telescopio Kepler ha permitido determinar el radio de muchos de esos exoplanetas. A partir de ahí, según su tamaño, se puede determinar la masa y el ritmo de rotación, así como cuál podría ser el tamaño de su núcleo externo y la posibilidad de que pueda estar generando un campo magnético. Pero el panorama es desalentador…

Mundos muy diferentes…

Porque los investigadores determinan que, en esta muestra de 496 planetas, más del 99% están en rotación síncrona. Es decir, al igual que la Luna con la Tierra, siempre muestran su misma cara a su estrella. Por lo que su período de rotación será, en consecuencia, idéntico al tiempo que necesitan para completar una vuelta alrededor de su estrella. Algo que apuntaría a que el campo magnético de los exoplanetas es, en muchos casos, débil o directamente inexistente. Sin su presencia, las condiciones en el planeta no tendrán nada que ver con el nuestro.

Concepto artístico de los cuatro planetas interiores de Gliese 581. Crédito: Lynette Cook

De momento, nuestra tecnología está un tanto lejos de poder determinar si esos mundos son templados y húmedos, como la Tierra. O si, por el contrario, tienen muchos más parecidos con Venus y Marte. La llegada de los telescopios de próxima generación, como James Webb, que entrará en funcionamiento en la próxima década, o TESS, el sucesor del telescopio Kepler, nos ayudarán a profundizar en ese conocimiento. Es un recordatorio de que la Tierra es un lugar que podría reunir muchas condiciones únicas.

Porque, desde luego, hay motivos para pensar que debería haber vida en otros lugares de la galaxia. También, por extensión, del universo. Lo que no tenemos tan claro es cuál es la abundancia de esa vida ni la frecuencia. No hay que olvidar que no sabemos cómo apareció la vida en la Tierra. Hasta que no encontremos vida en otros lugares, no podremos afirmar que realmente la hay. Si este estudio está en lo correcto, parece que tendremos que tener mucha paciencia. Porque esa confirmación podría tardar mucho tiempo en aparecer…

El problema de las enanas rojas y el campo magnético de los exoplanetas

Por si todo esto no fuera suficiente, hay otro factor que no podemos ignorar. Muchos de estos exoplanetas orbitan en torno a estrellas mucho más pequeñas que el Sol. Se trata de las enanas rojas. Son mucho más tenues que nuestra estrella. También menos masivas y mucho más longevas (viven del orden de billones de años). Pero por sus características, sus planetas están mucho más cerca del astro que lo que podemos encontrar en el Sistema Solar. Suponen, aproximadamente, el 75% de las estrellas de nuestra galaxia y del universo.

Recreación artística de Kepler-186f. Crédito: NASA Ames/SETI Institute/JPL-Caltech

Así que tienen la llave, en gran medida, para determinar si la vida podría abundar. Este tipo de estrellas suele emitir llamaradas con frecuencia. Si un planeta no tiene un campo magnético fuerte, terminará perdiendo el agua que haya podido acumular durante su formación. Es decir, será imposible que llegue a desarrollar vida. La ausencia de campo magnético de los exoplanetas indicaría que no pueden hacer frente a esas llamaradas. Así que el agua que pudiesen tener desaparecería con bastante rapidez. No es el único factor.

Por su cercanía a la estrella, estos planetas también estén, con toda probabilidad, en rotación síncrona. Por lo menos en una inmensa mayoría de casos. En definitiva, el campo magnético de los exoplanetas parece tan importante como aspectos como su temperatura o si está en la zona habitable de su estrella. Los investigadores recalcan que, en las próximas misiones, los esfuerzos se deberían centrar en entender mejor los exoplanetas que puedan tener un campo magnético fuerte. Esperemos que con más descubrimientos descubramos que la Tierra no es tan rara…

Estudio

El estudio es S. McIntyre, C. Lineweaver y M. Ireland; «Planetary Magnetism as a Parameter in Exoplanet Habitability». Publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society el 7 de marzo de 2019. Puede ser consultado en este enlace.

Referencias: Phys, IFLScience