Hacía semanas que venía rumoreándose, y por fin se ha confirmado la noticia. En una multitudinaria rueda de prensa, la NASA ha desvelado su planes de poner en órbita su primer hotel espacial para el año 2019. Con este movimiento, la agencia espacial demuestra que está decidida a conseguir su objetivo de poner astronautas en la superficie de Marte en las próximas décadas, y que no escatimará en gastos para acelerar el desarrollo de la industria espacial…

La construcción comenzará en los próximos meses

De izquierda a derecha, Scott Horowitz, Doug Cooke, Caris Hatfield y Jeff Hanley, que han participado en la multitudinaria rueda de prensa en la que han desvelado el Inno-5. Crédito: NASA

De izquierda a derecha, Scott Horowitz, Doug Cooke, Caris Hatfield y Jeff Hanley, que han participado en la multitudinaria rueda de prensa en la que han desvelado el Inno-5.
Crédito: NASA

La primera piedra de esta nueva construcción espacial será lanzada al espacio en sólo seis meses. En junio de 2016, la agencia americana planea poner en órbita el primer módulo del hotel (llamado «Inno-5», por ser la quinta revisión del diseño del complejo, llamado Innovation). Será el módulo de control, encargado de realizar las correcciones de altura necesarias en caso de posibles colisiones con basura orbital. Que será una versión más avanzada, y reducida, de los sistemas de control de los que ya dispone la Estación Espacial Internacional.

De este modo, la NASA podría llegar a prescindir de la presencia de astronautas en el hotel a largo plazo. Aunque no será el caso durante los primeros cinco años, como mínimo, en los que la estación estará supervisada por tripulaciones de dos astronautas que permanecerán durante seis meses en las instalaciones, siguiendo el mismo sistema utilizado en la Estación Espacial Internacional.

La NASA ha explicado que su modelo habitacional está inspirado, en cierto modo, en este presentado por Orbital Technologies hace algunos años. Crédito: Orbital Technologies

La NASA ha explicado que su modelo habitacional está inspirado, en cierto modo, en este presentado por Orbital Technologies hace algunos años.
Crédito: Orbital Technologies

Quizá por eso no resulte sorprendente que el segundo y el tercer módulo, que serán lanzados a finales del año próximo, sean el módulo habitacional de la tripulación y un módulo científico en el que se llevarán a cabo diversos experimentos. Algunos estarán destinados a mejorar la habitabilidad del hotel espacial, y otros con la mira puesta en el viaje de dos años que aguarda a los astronautas que, eventualmente, visitarán la superficie de Marte.

Ya en verano de 2017, comenzará el lanzamiento de los módulos destinados a la parte turística del complejo, con el módulo residencial (con capacidad para cuatro personas). A principios de 2.018 se lanzará el módulo turístico. Será muy similar a la cúpula de la Estación Espacial, que permitirá tomar espectaculares imágenes de la Tierra. A finales de ese mismo año, también, se lanzará el módulo de soporte vital que tendrá todo el equipamiento necesario para el día a día de los visitantes.

El módulo Leonardo (que actualmente está en la Estación Espacial Internacional) en el año 2001. Crédito: NASA

El módulo Leonardo (que actualmente está en la Estación Espacial Internacional) en el año 2001.
Crédito: NASA

Por último, a lo largo de 2019 en fechas todavía por definir, se lanzarán los últimos dos módulos. El primero, al que la NASA ha definido como módulo de bienvenida, servirá como punto de embarque (al que llegarán las naves que visiten el hotel) y también podrá ser usado como módulo de salvamento si fuese necesario enviar a los inquilinos del hotel (astronautas incluidos) de vuelta al planeta. Algo que sólo se contempla en caso de que el hotel pudiese sufrir daños que pusiesen en peligro la supervivencia de sus habitantes. El segundo módulo será multipropósito, similar al módulo Leonardo de la Estación Espacial Internacional, que permitirá albergar material de reparación del hotel, provisiones de reserva y, también los desechos generados por los habitantes (que serán enviados a la atmósfera del planeta para que se desintegren allí).

En total, el hotel espacial Inno-5 estará compuesto de siete módulos, con una longitud aproximada de unos 60 metros. Se colocará a la misma altura que la Estación Espacial Internacional (a unos 400 kilómetros), en la misma órbita pero en el extremo opuesto de la misma. La NASA ya está familiarizada con esa órbita y la consideran la mejor opción (y más segura) para poder comenzar las operaciones cuanto antes.

¿Por qué un hotel espacial?

La cúpula del hotel será muy similar a la que ya está instalada en la Estación Espacial Internacional. Crédito: NASA

La cúpula del hotel será muy similar a la que ya está instalada en la Estación Espacial Internacional.
Crédito: NASA

Sabemos que es imprescindible que la industria del turismo espacial arranque para que nuestra civilización comience a andar el largo camino que nos separa de convertirnos en una especie multiplanetaria. Con este movimiento, la NASA espera que las empresas del sector privado, de una vez, se animen a lanzar sus propias propuestas y dejen de moverse en el campo delo meramente teórico. La agencia es consciente del enorme desembolso económico que supone hoy día, ya que la construcción del hotel tiene un coste estimado de 500.000 millones de dólares. La NASA no espera recuperar la inversión, pero sí pretende demostrar que existe un mercado, y están dispuestos a abrir las puertas al mismo.

Eso sí, no marques ninguna fecha en el calendario para visitarlo. El hotel espacial, al menos hasta 2025, será accesible sólo para personas con un gran poder adquisitivo (un fin de semana en el hotel costará 400.000 dólares, cinco días tendrá un coste de 750.000, mientras que la semana completa costará un millón de dólares) y estará limitada a un máximo de cuatro inquilinos a la vez. Además, será necesario pasar algunas pruebas físicas (no tan exigentes como a las que se someten los astronautas) para garantizar que los visitantes estén en perfecto estado de salud y sean capaces de soportar las fuerzas experimentadas en el momento del despegue y el aterrizaje de las naves. No se espera que el coste de la visita comience a reducirse antes de 2.025, cuando la tecnología para los lanzamientos de naves de turismo espacial estará más desarrollada.

La cápsula Dragon, que podría ser utilizada durante la construcción del hotel espacial. Crédito: SpaceX

La cápsula Dragon, que podría ser utilizada durante la construcción del hotel espacial.
Crédito: SpaceX

El sistema de lanzamientos es bastante simple, a la par que ambicioso. En total se utilizarán ocho cohetes (que serán proporcionados por las compañías SpaceX, Blue Origins y Orbital Sciences) que visitarán el hotel espacial el viernes, y domingo, cada dos semanas, para recoger y entregar a los nuevos visitantes. La mayor ambición de la NASA, aquí, es conseguir comenzar a realizar lanzamientos con esa frecuencia de sólo dos semanas de separación.

Es muy ambicioso si tenemos en cuenta que ahora mismo los lanzamientos están separados por meses, pero necesitaremos mucho más que eso si queremos construir una base en Marte en las próximas décadas, y no es ni mucho menos imposible desde el punto de vista tecnológico.

Los primeros visitantes no llegarán hasta 2020

El comandante Chris Hadfield, en una intervención desde la Estación Espacial Internacional en 2.013. En comparación con la imagen anterior, su cara está sensiblemente hinchada por la ausencia de gravedad. Crédito: NASA

El comandante Chris Hadfield, en una intervención desde la Estación Espacial Internacional en 2.013. 
Crédito: NASA

No se espera la visita de los primeros turistas espaciales hasta finales del año 2020. Hasta ese momento, los astronautas se encargarán de poner a punto las instalaciones y de identificar posibles dificultades y riesgos que pudieran poner en peligro la viabilidad del proyecto. En el peor de los casos, si por algún motivo el hotel espacial no pudiese entrar en operación civil, sería desmantelado y los módulos reutilizados en la próxima estación espacial, así que la inversión no estaría completamente perdida.

Es difícil saber qué pasará en las próximas décadas. ¿Asistiremos a una revolución de la industria espacial? ¿Será un fracaso, fruto de la presión a la que se está sometiendo la agencia norteamericana para poner un astronauta en Marte en las próximas décadas? O peor aun, este proyecto… ¿podría verse bloqueado por el próximo presidente de los Estados Unidos, que considere la idea demasiado extravagante? No seré yo quién ponga en duda esta aventura en la que se quiere embarcar la agencia norteamericana. Quién sea inocente, que tire la primera piedra…

Referencias: NASA, Rueda de prensa de la NASA (Vídeo)

PD: ¡Esta era la inocentada de 2015!