Ayer salía a la luz la que, probablemente, es una de las noticias más importantes sobre Marte que hemos tenido en los últimos años: Hay agua en su superficie. Sin embargo, si has estado siguiendo las noticias sobre el planeta rojo en los últimos años, quizá sientas cierta confusión porque no es la primera vez que se anuncia esto, así que… ¿de qué se trata?

En la antigüedad Marte pudo llegar a tener un gigantesco océano

Es posible que, hace 3.800 millones de años, Marte tuviese un aspecto similar a éste. Crédito: Usuario "Ittiz" de Wikipedia

Es posible que, hace 3.800 millones de años, Marte tuviese un aspecto similar a éste.
Crédito: Usuario «Ittiz» de Wikipedia

Vayamos por partes (y de manera muy general, porque, como te puedes imaginar, el tema de la existencia de agua en Marte es de lo más complejo que podemos encontrar en la actualidad). Hoy en día no hay agua en estado líquido, de manera permanente, en la superficie de Marte. Creemos que hace 3.800 millones de años (cuando la temperatura de Marte era más elevada y su atmósfera mucho más densa) pudo tener un gigantesco océano que recubría, aproximadamente, la tercera parte del planeta. En las últimas décadas, además, también hemos visto señales de lo que parecen ser antiguos valles y ríos, algo que hemos podido contrastar gracias a Curiosity que, en el Cráter Gale, encontró guijarros (piedras redondas). Este tipo de piedras sólo pueden aparecer como fruto de corrientes líquidas muy intensas (en este caso, el agua debía moverse a una velocidad de 3,3 km/h).

Todo esto apunta a que, al menos en el pasado lejano del planeta rojo, debió existir un ciclo hidrológico muy similar al de la Tierra. Si es así, no es descabellado pensar que la posibilidad de que apareciese algún tipo de vida en aquel pasado distante fuese mucho más elevada que hoy (lo cual no quiere decir que hubiese llegado a aparecer vida en Marte, ni mucho menos).

Agua en el Marte presente

Es posible que esas líneas oscuras, en la colina Burns, en el cráter Endurance, sean producto del agua líquida. Crédito: NASA/JPL/Cornell

Es posible que esas líneas oscuras, en la colina Burns, en el cráter Endurance, sean producto del agua líquida.
Crédito: NASA/JPL/Cornell

Hoy en día, sabemos que hay agua en forma de hielo. Principalmente en ambos polos del planeta. Todo parece indicar que su grosor aumenta durante el invierno y disminuye durante el verano. La capa del polo sur tiene 3,7 kilómetros de profundidad y parece estar compuesta de tres capas muy diferentes. La primera, centrada en el polo, es una mezcla de dióxido de carbono (un 85% del total) y hielo (el 15% restante).

La segunda capa se compone, principalmente, de pendientes pronunciadas que están repletas, casi en su totalidad, de hielo que termina cayendo a las planicies que rodean el polo. La tercera capa se compone de campos de permafrost que se extienden durante decenas de kilómetros. No sabemos todavía cuál es su composición, pero lo que sí sabemos es que si derritiésemos todo el hielo del polo sur del planeta cubriríriamos su superficie con 11 metros de agua.

En el caso del polo norte, sabemos que tiene un volumen equivalente al 30% del hielo que recubre Groenlandia, y que si lo derritiésemos sería suficiente para cubrir el planeta (Marte) con más de 5 metros de agua. Pero además de en estas dos regiones, existe hielo en otras zonas del planeta (cráteres, fosas y canales) mucho más cercanas al ecuador. En total, si derritiésemos todo el agua del planeta rojo, podríamos cubrirlo con 35 metros de agua.

El anuncio del 28 de septiembre de 2015

Capa de hielo en el polo norte, captada en el verano marciano. Crédito: NASA/JPL/Malin Space Science Systems

Capa de hielo en el polo norte, captada en el verano marciano.
Crédito: NASA/JPL/Malin Space Science Systems

Entonces, si ya sabemos que en el pasado hubo grandes cantidades de agua en Marte, y que hoy en día el hielo en los polos varía en tamaño durante el invierno y el verano marciano… ¿Cuál es la gran noticia que anunció ayer la NASA?. Pues, ni más ni menos, que en la actualidad fluye agua líquida en la superficie del planeta. La principal consecuencia de este hallazgo es que la posibilidad de que exista algún tipo de vida allí ahora es mucho más alta que en el pasado.

Hasta ahora, los científicos no sabían muy bien cómo explicar un extraño fenómeno que se da en el planeta rojo. En determinados momentos del año, se pueden observar pequeñas líneas oscuras que aparecen cerca de colinas con pendientes muy pronunciadas, en ubicaciones muy diferentes del planeta: desde las zonas ecuatoriales a las latitudes medias. Estas corrientes sólo aparecen durante la época cálida y desaparecen cuando las temperaturas caen en picado.

De ahí, los científicos siempre han elucubrado que el agua, en estado líquido, debe intervenir en su formación. La cosa es, hasta ahora sólo era una suposición. No teníamos evidencia directa que demostrase que, efectivamente, estas corrientes eran fruto de algún tipo de interacción con agua en estado líquido. Ayer se anunció que, gracias a la ayuda de la herramienta CRISM (un espectrómetro), analizando las zonas donde aparecen estas corrientes estacionales se ha encontrado evidencia espectral de sales hidratadas.

Un delta en el cráter Eberswalde. Crédito: Jim Secosky

Un delta en el cráter Eberswalde.
Crédito: Jim Secosky

Las sales hidratadas proceden del agua líquida, así que encontrarlas es importante. En realidad, es lo más cerca que vamos a estar de ver agua en estado líquido en el futuro cercano, ya que CRISM observa Marte en la hora más seca del día marciano (hacia las tres de la tarde). Eso sí, no te imagines corrientes de agua fluyendo por las colinas de Marte (como si fuesen riachuelos como los que podemos encontrar en nuestro planeta). Se trata, más bien, de capas de tierra húmeda.

Parece que las sales asociadas a estas corrientes son percloratos, un tipo de sal que reduce el punto de congelación del agua de 0ºC a -70ºC, y eso sirve para que el agua salada pueda existir en la superficie del planeta rojo con más estabilidad (por si no lo recuerdas, la presión atmosférica de Marte es tal que el agua se encuentra en el punto triple, es decir, cualquier cambio mínimo de presión o temperatura provoca que todo el agua pase de un estado a otro).

Lo que todavía no sabemos es el origen de este agua salada. Hay varias posibilidades: desde que los percloratos estén absorbiendo el agua que pueda haber en la atmósfera, o que provenga de hielo cercano a la superficie (o en la superficie) al derretirse. Es más, los científicos creen que, seguramente, en cada zona del planeta hay un origen diferente para las corrientes estacionales de esa región en particular.

Es buena noticia para la vida

El Marte del presente, al menos como lo conocemos hasta el momento, es mucho más seco y frío que el planeta de hace 3.800 millones de años. Así que el descubrimiento de agua salada en estas zonas del planeta es increíblemente importante. La consecuencia más simple y más directa es que la posibilidad de que haya formas de vida simples aumenta (aunque ni mucho menos lo garantiza, a fin de cuentas no sabemos nada sobre cómo aparece la vida en otros planetas).

En esta animación puedes ver imágenes que sugieren la existencia de agua líquida salada en Marte. Crédito: NASA/JPL-Caltech/Univ. of Arizona

En esta animación puedes ver imágenes que sugieren la existencia de agua líquida salada en Marte.
Crédito: NASA/JPL-Caltech/Univ. of Arizona

Pero tiene una implicación aun más importante y menos ambigua: la exploración humana de Marte ahora parece un poco más sencilla. Disponer de agua salada en Marte (sin importar lo salada que esté) es un paso importante para reducir el coste de la misión y para aumentar la resistencia de las posibles actividades humanas que queramos desarrollar allí. A partir de aquí, ahora podemos intentar descubrir si existe algún tipo de red de acuíferos bajo la superficie marciana.

La exploración será más sencilla

Concepto artístico de astronautas en Marte. Crédito: NASA/JSC

Concepto artístico de astronautas en Marte.
Crédito: NASA/JSC

La idea de la NASA es que las misiones tripuladas a Marte puedan vivir lo máximo utilizando los recursos de la superficie del planeta. Por ese motivo, el próximo rover, que será enviado en 2.020, incluye una herramienta que, al menos en teoría, debería ser capaz de convertir el dióxido de carbono de la atmósfera en oxígeno puro y monóxido de carbono. Si el experimento funciona, los primeros astronautas en Marte deberían poder utilizar una versión más grande de ese dispositivo para mantenerse vivos y para preparar su viaje de vuelta a nuestro planeta (el oxígeno se puede utilizar para quemar combustible para cohetes).

En definitiva, aunque parezca más de lo mismo, la noticia de ayer es tremendamente interesante porque abre un nuevo abanico de posibilidades, tanto a la existencia de vida autóctona en Marte (aunque todo hace apuntar a que serían formas de vida extremadamente simples) como a hacer que una posible misión tripulada al planeta rojo tenga un porcentaje de supervivencia (y éxito) mucho más elevado de lo que podíamos pensar en un principio…

Habrá que ver qué nos deparan los próximos meses (y años) de exploración de Marte. Por que algo está claro: el planeta rojo todavía guarda muchos secretos en (y bajo) su superficie…

Referencias: Wikipedia, Space