La fase central del cohete que llevará a la misión Artemisa II a la luna ya está en el Centro Espacial Kennedy. Es el siguiente gran paso en un programa que volverá a llevar seres humanos a nuestro satélite, más de medio siglo después de que lo hiciese la última misión del programa Apolo…
La fase central del cohete de Artemisa II ya está en su destino
La fase central del cohete SLS que enviará la misión Artemisa II a la Luna ha sido fabricada por Boeing. Fue cargada en la plataforma Pegasus, de NASA, para realizar un viaje de 1450 kilómetros, por mar, entre Nueva Orleans y Florida. El hardware de vuelo, que incluye los cuatro motores RS-25 fabricados por Aerojet Rocketdyne, en la época del transbordador espacial, será transportado al Edificio de Ensamblaje de Vehículos. Allí es donde se levantará la fase central y se añadirán el resto de componentes que forman el cohete.
Entre ellos están las dos fases de combustible sólido, fabricadas por Northrop Grumman. Artemisa II es la siguiente gran misión. La intención es que despegue desde la plataforma 39-B del Centro Espacial Kennedy, pero no será antes de septiembre de 2025. Esa misión llevará a los astronautas Reid Wiseman, Victor Glover, Christina Koch y Jeremy Hansen en un viaje alrededor de nuestro satélite y de vuelta a la Tierra. Viajarán a bordo de una cápsula Orión, construida por la compañía Lockheed Martin. Será el primer vuelo tripulado desde Apolo 17, en 1972.
Como explican desde NASA, el objetivo con el programa Artemis es hacer algo muy grande y tremendamente complejo. El tipo de proyecto que inspirará a toda una generación a seguir avanzando en la exploración y la investigación. El cohete SLS es una pieza clave de todo ese trabajo para conseguir establecer una presencia a largo plazo en la Luna. Por ahora, solo ha volado en una ocasión. Fue en noviembre de 2022, con motivo de la misión Artemisa I. Fue el cohete más potente en lograr alcanzar la órbita de nuestro planeta…
Un cohete potente y muchos retrasos
Aunque ese récord lo perdió recientemente, tras el cuarto lanzamiento de prueba de Starship y SuperHeavy (de SpaceX), que logró completar una órbita alrededor de la Tierra y regresar a nuestro planeta. A pesar de ello, la NASA presume de que el SLS es el único cohete capaz de enviar tripulaciones y cargamento en sus misiones lunares. Entre ellas está la construcción de una estación espacial lunar, la Plataforma Lunar Orbital (Gateway, en inglés), y misiones frecuentes en el polo sur del satélite, que buscarán hielo que pueda utilizarse en las misiones.
Esa agua congelada podrá convertirse en combustible y oxígeno para un posible hábitat lunar. La versión no tripulada de Orión, que voló alrededor de la Luna y regresó a nuestro planeta, fue un éxito casi absoluto. Sin embargo, el escudo térmico de Orión sufrió muchos daños. Es el principal obstáculo que resolver antes de que la NASA permita que suban seres humanos a su cápsula. A pesar de ello, el objetivo sigue siendo que Artemisa III vuelve un año después (no antes de septiembre de 2026). En esa misión, el objetivo será todavía más ambicioso.
En Artemisa III, la cápsula Orión viajará hasta la Luna y se encontrará con una versión, para aterrizaje lunar, de la nave Starship de SpaceX. Dos de los cuatro astronautas de Artemisa III utilizarán Starship para aterrizar en la superficie. Uno de esos astronautas será la primera mujer en caminar por la superficie de la Luna. Será uno de los puntos más álgidos del programa Artemisa, Un programa que nació en 2012, a partir del programa Constellation (cancelado) que también incluía una cápsula Orión. El primer vuelo llegó años después de lo anunciado inicialmente.
El programa Artemisa es mucho más caro de lo esperado
A finales de 2023, una auditoría, realizada por la Oficina del Inspector General de NASA, explicaba que, a lo largo de las tres primeras misiones, el programa habrá superado los 93 000 millones de dólares de gasto. El cohete SLS supone el 26% de ese coste, con una estimación de unos 23 800 millones de dólares. En ese mismo informe, se explicaba que el lanzamiento de cada cohete supondrá 2500 millones de dólares. Aunque es cierto que NASA buscaba reducir costes por medio de diferentes vías. Reducciones de personal, mayor eficiencia en el contrato y fabricación…
Hasta se ha planteado buscar clientes que usen el cohete SLS, con el objetivo de reducir el coste a 1250 millones de dólares por lanzamiento. Sin embargo, la Oficina del Inspector General consideraba este último punto poco realista. Aunque sí determinó que el coste podría reducirse hasta los 2000 millones en los primeros diez lanzamientos. Algo posible gracias a la estructura de contrato que se implementó en 2023 y que, se espera, supondrá una reducción del 20%. El objetivo de la NASA, con el programa Artemisa, se estableció durante la administración de Obama.
En realidad, no ha cambiado desde entonces. A través de lo aprendido en las misiones lunares, se espera enviar una misión tripulada a la superficie de Marte en la década de 2040. La llegada de la fase central del cohete SLS, para Artemisa II, al Centro Espacial Kennedy implica pasar a los preparativos para el lanzamiento. Aunque todavía habrá que esperar más de un año, todo avanza a buen ritmo para que la misión se convierta en una realidad. Esperemos que, llegado el momento, todo salga tan bien como durante la misión Artemisa I…
Referencias: Phys
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