Como seguramente sepas, los objetos celestes (como la Tierra o los planetas del Sistema Solar) no son perfectamente esféricos, si no que están ligeramente deformados y achatados. Ahora, hemos observado el objeto natural que mas se asemeja a una esfera perfecta…

Una esfera (casi) perfecta

La estrella KIC 11145123 es el objeto natural más esférico que hayamos encontrado en el universo, con sólo una diferencia de 3 kilómetros entre el radio del ecuador y los polos. Crédito: Mark A. Garlick

La estrella KIC 11145123 es el objeto natural más esférico que hayamos encontrado en el universo, con sólo una diferencia de 3 kilómetros entre el radio del ecuador y los polos.
Crédito: Mark A. Garlick

Como hemos sabido por nuestras investigaciones, ni siquiera el Sol es una esfera perfecta, y es lógico deducir que las estrellas que pueblan la Vía Láctea presentan exactamente las mismas irregularidades, estando ligeramente deformadas por la influencia de diferentes factores. Sin embargo, un nuevo estudio publicado por un equipo internacional de astrónomos ha desvelado la existencia de una estrella, que gira lentamente sobre sí misma y está a unos 5.000 años-luz de distancia del Sistema Solar, que es lo más parecido a una esfera perfecta que hayamos observado hasta el momento.

Hasta ahora, la observación de las estrellas ha estado confinada principalmente a aquellas con una rotación rápida, y sólo era posible a través de la interferometría. Es una técnica utilizada habitualmente por los astrónomos para conseguir estimaciones del tamaño de lo que estén observando, y depende de muchos telescopios pequeños que sean capaces de hacer lecturas electromagnéticas del objeto en cuestión. Después, la información recolectada se combina para crear una imagen de alta resolución que podrá ser obtenida con la ayuda de un telescopio grande.

Una técnica diferente

Las variaciones en el brillo pueden ser interpretadas como vibraciones u oscilaciones dentro de las estrellas, utilizando una técnica llamada astrosismología Crédito: Kepler Astroseismology team.

Las variaciones en el brillo pueden ser interpretadas como vibraciones u oscilaciones dentro de las estrellas, utilizando una técnica llamada astrosismología Crédito: Kepler Astroseismology team.

Sin embargo un equipo de astrónomos (del Instituto Max Planck, la Universidad de Tokio y la Universidad Abu Dhabi Nueva York), ha conseguido analizar una estrella recurriendo a un método completamente diferente, realizando mediciones astrosismológicas del astro, y fueron capaces de conseguir una medida muy precisa de su forma. Esta técnica, que puede ser muchísimo más precisa que la interferometría, sólo funciona en estrellas que cumplen ciertos requisitos (como una oscilación muy prolongada).

Concretamente, estamos hablando de KIC 11145123, que está a 5.000 años-luz de distancia del Sistema Solar y que resultó ser una candidata perfecta. Es una estrella caliente y brillante, con el doble del tamaño del Sol, y que tarda 100 días en completar una vuelta sobre su propio eje. Sus oscilaciones son muy prolongadas y se corresponden directamente con fluctuaciones en su brillo. Así que con la ayuda de los datos obtenidos por la misión Kepler durante un período de más de cuatro años de observaciones, el equipo fue capaz de conseguir unas estimaciones muy precisas.

Para determinar su aspecto, compararon las frecuencias de los modos de oscilación que son más sensibles a las regiones de baja latitud con las frecuencias de los modos que son más sensibles a las regiones de alta latitud (esto puede sonar bastante enrevesado, pero simplemente hace referencia a cómo funciona la astrosismología). Esa comparación les permitió ver que la diferencia entre el radio del ecuador y los polos es de sólo 3 kilómetros, con una precisión de 1 kilómetro. O dicho de otro modo, KIC 11145123 es el objeto natural más esférico que hayamos podido observar hasta el momento.

En comparación, el Sol, que tarda 25 días en completar una rotación sobre sí mismo, tiene una diferencia entre el radio polar y ecuatorial de 10 kilómetros. En la Tierra, que tiene un período de rotación de un poco menos de un día (23 horas, 56 minutos y 4 segundos), esa diferencia entre ambos radios se va hasta los 23 kilómetros.

La importancia de la forma de una estrella

En esta recreación artística puedes ver Sirio A y B (a este sistema estelar lo conocemos, simplemente, como Sirio). Sirio B, la pequeña estrella a la derecha, es una enana blanca. Crédito: NASA, ESA y G. Bacon (STScI)

Recreación artística de Sirio A y Sirio B.
Crédito: NASA, ESA y G. Bacon (STScI)

En el pasado, los astrónomos ya habían observado que la forma de una estrella puede venir determinada por diversos factores, desde su velocidad de rotación, pasando por sus campos magnéticos, sus asfericidades térmicas, sus vientos estelares, o la influencia gravitacional de cualquier compañero estelar o algún planeta gigante. Es decir, medir la asfericidad (una palabra que puede sonar extraña pero que simplemente indica el grado en el que una estrella no es esférica) puede decir a los astrónomos mucho sobre su estructura y su sistema de planetas (si es que los tiene).

Por ejemplo, la velocidad de rotación siempre se ha considerado un aspecto muy relacionado con la asfericidad de las estrellas. Cuanto más rápido rote, más oblato es su aspecto (o más elongado está, si lo prefieres). Sin embargo, al observar los datos recogidos por el telescopio Kepler, los investigadores vieron que en el caso de KIC 11145123 esa elongación era sólo la tercera parte de lo que se podría esperar observar por su velocidad de rotación. Por eso, concluyeron que debe haber algún otro factor que hace que su aspecto sea altamente esférico. Quizá la presencia de un campo magnético en las latitudes bajas que podría hacer que parezca más esférica al observar sus oscilaciones.

En el futuro, los investigadores esperan poder observar otras estrellas empleando esta técnica. En nuestra galaxia, hay muchas cuyas oscilaciones podrían ser medidas observando los cambios en su brillo, y por eso esperan poder utilizar la astrosismología para analizar otros astros que hayan sido observados por Kepler, así como los que sean observados en próximas misiones como TESS y PLATO.

El estudio es «Shape of a Slowly Rotating Star Measured by Asteroseismology» y puede ser consultado en la Asociación Americana para el avance de la ciencia.

Referencias: Universe Today