Situada a una altura media de 400 kilómetros por encima de la superficie de nuestro planeta, la Estación Espacial Internacional suele pasar desapercibida durante la mayor parte de nuestro día a día. Es más, probablemente, si preguntásemos a un par de personas al azar, muchos serían incapaces de decir por qué es importante que la EEI siga en el espacio, y sobre todo, qué aporta a nuestra civilización…

Un poco de historia

La Estación Espacial Internacional, fotografiada el 23 de mayo de 2010 desde el Space Shuttle Atlantis.

La Estación Espacial Internacional, fotografiada el 23 de mayo de 2010 desde el Space Shuttle Atlantis.

El primer módulo, Zarya (de fabricación rusa) fue lanzado en noviembre de 1998. En realidad, ni siquiera se diseñó inicialmente para la Estación Espacial Internacional, si no que iba a ser parte de la estación espacial Mir, que todavía se encontraba en órbita en aquella época. Zarya proporcionaba control de altura, comunicaciones y energía eléctrica, pero no tenía ninguna función que permitiese que fuese habitable. Dos semanas después, la NASA lanzó el módulo Unity, que fue ensamblado a Zarya mediante misiones extravehiculares (llamadas EVA, es decir misiones en el espacio) a cargo de los astronautas que viajaron en el Space Shuttle.

Y así permaneció hasta el año 2.000, mientras la Mir siguió ocupada (fue bajada de órbita en 2.000). El 12 de julio de ese año, se lanza el módulo Zvezda, que estaba preprogramado para desplegar sus paneles solares y su antena de comunicación al llegar a órbita, y se convirtió en el módulo pasivo con el que se ensamblaría el conjunto de Unity y Zarya. En este módulo se incluían zonas para dormir, un aseo, una cocina,  depuradores de dióxido de carbono, deshumidificadores, generadores de oxígeno, equipamiento de ejercicio y comunicaciones de datos, televisión y voz con el control de misión. Dicho de otro modo, con este módulo se logró hacer que la estación fuese habitable. 

A partir de ahí, se siguieron añadiendo módulos hasta 2011, cuando se dio por concluido el montaje de la actual Estación Espacial Internacional. No será la última estación que tengamos en órbita, pero se espera que siga en servicio hasta, al menos, el año 2024.

Sus visitantes más ilustres

El astronauta Scott Kelly permanecerá un año en la estación espacial internacional. Su hermano gemelo, Mark, lo hará en la Tierra. El experimento permitirá a los científicos comprobar las diferencias entre ambos tras un año en el espacio.

El astronauta Scott Kelly permanecerá un año en la estación espacial internacional. Su hermano gemelo, Mark, lo hará en la Tierra. El experimento permitirá a los científicos comprobar las diferencias entre ambos tras un año en el espacio.

La primera expedición (llamada Expedición 1) llegó en octubre del mismo año 2000, compuesta por los astronautas rusos Krikalev, Gidzenko y el estadounidense Shepherd. Permanecieron en el espacio durante 136 días (de noviembre a marzo), y desde ahí, hemos tenido astronautas de manera ininterrumpida en la estación hasta la actualidad. Actualmente nos encontramos en la expedición 44, que regresará a la Tierra en septiembre, y será sustuida por la expedición 45.

En esta misma expedición 44 tenemos nuestro primer visitante ilustre. Quizá su nombre, Scott Kelly, no te diga gran cosa, pero va a pasar un año en el espacio mientras su hermano gemelo permanece en la Tierra. Esto va a permitir a la NASA poder estudiar cómo evolucionan dos personas genéticamente idénticas cuando uno de ellos ha permanecido en el espacio durante un año. De momento hay una cosa que sabremos segura. Scott volverá a la Tierra siendo unos microsegundos más joven que su hermano, debido al efecto de la dilación temporal. Puedes seguir sus aventuras en Twitter (al igual que muchos astronautas que han visitado la estación, suele tuitear imágenes del planeta).

Si retrocedemos un poco en el tiempo, a hace sólo un par de años, nos encontramos al que, seguramente, ha sido el astronauta más conocido y mediático en años recientes: Chris Hadfield. Este astronauta canadiense, que formó parte de la expedición 35 supo conectar con el gran público de una manera que pocos han conseguido. Por medio de vídeos publicados a través de la NASA y de la Agencia Espacial Canadiense, Hadfield nos ha dejado ver cosas tan curiosas como qué sucede al intentar escurrir una toalla completamente empapada… Si no se te da muy bien el inglés, basta con que sepas que el experimento es simplemente ese: ¿qué sucede si intentas escurrir una toalla empapada hasta los topes?

 

Pero no fue el único experimento que hizo. Ni mucho menos. Otro muy llamativo fue, qué sucede cuando un astronauta llora en el espacio (en este caso, como dice que no es capaz de llorar cuando quiere, lo que hace es echarse agua en el ojo, el efecto es el mismo)…

 

¿Cómo duermen los astronautas en el espacio? Pues eso también lo explicó (y muchas cosas más, así que si te pica la curiosidad, echa un ojo en Youtube y encontrarás muchos más vídeos sobre temas relacionados).

Pero probablemente, el vídeo por el que es más conocido por la gran mayoría del público sea por su versión de Space Oddity, de David Bowie, que puedes encontrar encima de esta línea.

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El astronauta español Pedro Duque.

¿Y en cuanto a los españoles? Tenemos dos astronautas españoles. Miguel López-Alegría (en realidad hoy en día es estadounidense, tuvo que renunciar a la nacionalidad española para poder ser astronauta de la NASA en aquella época) participó en dos de las misiones del Space Shuttle encargados del montaje de la estación. Por su parte, Pedro Duque (que sí conserva su nacionalidad española ya que es astronauta de la Agencia Espacial Europea) visitó la estación durante diez días, como parte de la misión Cervantes. Publicó varios artículos durante su estancia en el espacio, que puedes leer aquí, y en general permanece bastante activo en su cuenta de Twitter. Actualmente, sigue ligado al espacio, ya que es jefe de la Oficina de Operaciones de Vuelo (cerca de Múnich) que tiene responsabilidad sobre las actividades europeas que se llevan a cabo en la Estación Espacial Internacional.

Las contribuciones más importantes de la EEI

El objetivo principal de la Estación Espacial Internacional, sin ninguna duda, es permitir que podamos avanzar hacia la exploración del espacio. La analogía más sencilla está en nuestra propia historia. Antes de que los primeros marineros se atreviesen a aventurarse al mar (y a descubrir qué había más allá del horizonte) tuvimos que aprender a navegar por los ríos, a tener un sistema de propulsión (las velas), a conservar comida durante largos períodos de tiempo, y muchas otras cosas, para poder asegurar la supervivencia de la tripulación en la medida de lo posible.

El objetivo de la EEI no es muy diferente en ese sentido. A 400 km de altura, está protegida de muchas de las amenazas y peligros del espacio, pero nos permite preparar y avanzar hacia el diseño de naves y misiones con una preparación mucho mejor para poder lanzarnos a la exploración del Sistema Solar.

El brazo robótico Canadarm2, es una pieza fundamental en el mantenimiento y ensamblaje de la Estación Espacial Internacional.

El brazo robótico Canadarm2, es una pieza fundamental en el mantenimiento y ensamblaje de la Estación Espacial Internacional.

Sin embargo, no todos los experimentos que tienen lugar actualmente en la estación (puede haber más de un centenar) tienen que ver con la exploración espacial. Algunos tienen que ver con cómo se comporta el cuerpo humano (o como se comportan, por ejemplo, las hormigas ante la ausencia de gravedad). Estos experimentos cubren un rango de disciplinas enorme.

Valga un ejemplo, ahora mismo se está llevando a cabo uno con bisfosfonatos para intentar contrarrestar la pérdida de masa ósea. Uno de los problemas de estar durante un largo tiempo en un entorno en ausencia de gravedad es que el ser humano pierde masa ósea. En la Tierra, necesitamos cierta cantidad de masa para poder mantenernos en pie. En un entorno de gravedad cero, sin embargo, flotamos en el espacio sin ningún tipo de esfuerzo, así que los astronautas necesitan ejercitarse para intentar minimizar esa pérdida de masa. En este experimento que se está llevando a cabo ahora se está estudiando si el uso de bifosfonatos puede servir para mitigiar ese efecto.

El beneficio principal de ese experimento es, como ya habrás imaginado, para los astronautas que vayan a participar en futuras misiones, pero no es descartable que, a raíz de lo que se descubra en ese experimento, podamos encontrar nuevas aplicaciones en la medicina cotidiana para ayudar a pacientes que sufren pérdida de masa ósea por falta de uso (por ejemplo en pacientes con lesiones en la columna vertebral.

Si te pica la curiosidad puedes consultar todos los experimentos pasados, presentes y futuros, en esta página de la NASA.

Una base de operaciones necesaria

En definitiva, puede que alguna vez hayas oído esa frase (bastante desafortunada, a mi parecer) que dice algo así: Demasiado tarde para explorar la Tierra, demasiado pronto para exlporar el espacio. La Estación Espacial Internacional es una base de operaciones necesaria. Seguirá en funcionamiento hasta 2024 (y quién sabe si quizá siga funcionando más allá de esa fecha) y algunos de sus módulos más nuevos serán reutilizados en la siguiente estación espacial.

Lo importante de todo esto, es que al igual que los marineros que trabajaron para crear barcos más resistentes, y para hallar formas de poder sobrevivir a los rigores de una travesía en el mar, lo que nos permite tener una estación en órbita repercute en el futuro de nuestra civilización, y también en nuestro día a día. La única pregunta pertinente, quizá, es cuantos años tendrán que pasar hasta que tengamos, de nuevo, un astronauta español en el espacio…

Por último, y como me han recordado los chicos del Planetario de Madrid (al que podéis seguir en Twitter), también podéis ver dónde se encuentra la Estación Espacial Internacional en cada momento. Viaja a una velocidad media de 27.600 km/h (da una vuelta a la Tierra cada 90 minutos) y es fácilmente identificable a simple vista, incluso desde las ciudades más iluminadas. Puedes ver la lista de lugares, y momentos, desde los que puede ser observada en Spot The Station. Donde, además, podrás suscribirte para recibir alertas por correo cuando sea posible observar la EEI desde tu ubicación.

Referencias: NASA, ESA, Wikipedia